Alrededor del mundo se ha establecido un sentimiento anti-imperialista y anti-americano, debido a las acciones unilaterales de los EEUU alrededor del mundo dentro de su lucha contra el terrorismo. Sin dejar de reconocer el daño que estas acciones le han hecho a la comunidad internacional y sus instituciones multilaterales, lo que nos interesa analizar es la otra cara de la moneda: la doble moral que existe alrededor del mundo, y especialmente en América Latina, con respecto a la influencia e importancia de los Estados Unidos alrededor del planeta.
Los países latinoamericanos han estado bajo la esfera de influencia americana casi desde su comienzo como naciones. Las acciones americanas en la región no han sido siempre las mas populares o benéficas. Su intervención durante la época de las dictaduras, las guerrillas comunistas y el surgimiento de la izquierda latinoamericana en las décadas de los 50, 60 y 70 del siglo pasado, dejó en algunos países nefastos resultados, y en algunos casos, tampoco los mejores resultados para los Estados Unidos.
Sin embargo, de igual manera Estados Unidos ha sido la única nación que ha intervenido de manera positiva en la región. Las naciones Europeas, con las que en teoría deberíamos tener nexos mas estrechos y mayor nivel de influencia, se han mantenido al margen de la situación en Latinoamérica, primero debido históricamente a sus complejos conflictos internos y segundo , debido a la idiosincrasia europea, donde el nacionalismo y el rechazo a todo lo extranjero fue la norma durante mucho tiempo. Aun hoy es palpable esta actitud a pesar de la apertura que Europa ha vivido hacia el mundo en épocas recientes.
Más importante aun, los latinoamericanos han encontrado en Estados Unidos la apertura y las oportunidades que en sus propios países muchas veces no encuentran. Cerca de 40 millones de latinoamericanos viven en los Estados Unidos y mas de 10 millones de manera ilegal, que a pesar de toda la atención y criticas que se han hecho últimamente en los medios y estamentos políticos americanos sobre el tema, solo están considerando seriamente alternativas para hacerlos residentes legales y darles la oportunidad de quedarse en el país. Basta preguntarle a cualquier Latinoamericano que vive en Nueva York, Miami o los Ángeles, cual es su impresión sobre los Estados Unidos y nos daremos cuenta que el antiamericanismo, típico de los latinos en sus países, se reduce a casi cero.
En el caso de algunas naciones particulares, los Estados Unidos se han convertido en un socio fundamental. México tiene la tasa mas baja de desempleo del continente básicamente gracias a su tratado de libre comercio con la nación del norte. Colombia ha recibido más de 5 mil millones de dólares en asistencia que han servido para transformar nuestra situación de seguridad y ahora servirán, en conjunción con el tratado de libre comercio, para continuar mejorando las condiciones sociales del país. Los países centroamericanos han recibido miles de millones de dólares en asistencia y amnistías para sus nacionales en los Estados Unidos cuando desastres naturales arrasaron la región a finales de la década de los 90. Además, para la región en general, las remesas provenientes de los latinoamericanos residentes en esta nación se han convertido en una de sus principales fuentes de ingresos, la principal en muchos casos.
Todo esto lo comparamos con la retórica antiamericana de algunos gobiernos en la región y nos muestra esa doble moral, hipócrita de los latinoamericanos hacia los Estados Unidos. Nadie puede negar la influencia negativa que algunas veces ha tenido esa nación, y que muchas veces ha actuado basado en sus propios intereses como estado, pero los últimos anos han visto un intervencionismo que ha resultado muy positivo para muchos países. Quizás lo más significativo, es que los Estados Unidos han abierto sus puertas, aun en épocas del pánico del terrorismo, a los latinoamericanos. Ninguna otra nación del mundo ha acogido de esta manera a sus vecinos, especialmente cuando sus vecinos son más pobres, como lo ha hecho la sociedad americana. En algunos sectores de Latinoamérica dicen que esta migración beneficia a los Estados Unidos, que es lógico, y que los latinoamericanos son explotados en el norte, pero la realidad es muy distinta. Si bien es cierto que La economía americana se beneficia de la migración latinoamericana, los inmigrantes de nuestra región encuentran en ella las oportunidades que no encuentran en sus países y una vez su situación migratoria se resuelve, las condiciones laborales y oportunidades mejoran sustancialmente, al nivel de las del resto de la población. Obviamente las oportunidades de cada persona dependen de su nivel educativo, pero en general, los Estados Unidos han asimilado la inmigración latinoamericana como parte de su nueva realidad y estructura social. Lo más alentador de este proceso, es que los latinoamericanos residentes en esa nación están igualmente asimilando muchos elementos de la cultura Americana que nos hacen falta en nuestros países. El respeto por la ley, el valor del trabajo, la importancia de la participación en la sociedad y la comunidad, entre otras cosas, son valores sociales que los Americanos están “exportando” hacia América Latina a través de la transformación que los inmigrantes de la región sufren al vivir en esta nación.
Si bien Estados Unidos debe enfocarse con mucho mas vigor en Latinoamérica y servir como un aliado decidido y concreto para el desarrollo de la región, los Latinoamericanos nos debemos dar por bien servidos frente al tipo de influencia que recibimos de los Estados Unidos y que podemos contar con el país del norte cuando nuestros propios estados no son capaces de sacar sus pueblos del subdesarrollo. Las potencias Europeas o asiáticas no han pasado de ser espectadores de la tragedia Latinoamericana, Criticando a los Estados Unidos cuando se involucran pero haciendo poco o nada por nuestros problemas, ignorando la región a través de la historia. La realidad, es que con todos los elementos negativos y positivos que eso tiene, ninguna otra superpotencia del mundo nos ha dado la mano como los Estados Unidos en ningún momento de nuestro desarrollo como naciones.
Ahora, muchos Latinoamericanos piensan que mejor hubiera sido dejarnos solos. Miremos por un momento cual era la situación de Europa y sus grandes imperios antes de que los Estados Unidos decididamente construyeran nuevamente un continente que solo se estaba destruyendo a si mismo con ya dos guerras mundiales; y eso que la cultura Europea llevaba siglos de grandeza. En el mundo actual América Latina necesita un aliado fuerte y decidido a trabajar con los países de la región en mejorar sus condiciones políticas, económicas y sociales. Lo más cercano que hemos tenido a dicho aliado es los Estados Unidos y es por eso que es en nuestro propio interés cultivar y promover una relación que nos beneficia. La hipocresía latinoamericana frente a esta nación debe acabar para que podamos convertirnos en una verdadera prioridad para el gobierno Americano y tengamos capacidad de influir y presionar por mejores políticas hacia América Latina, pero hablar por un lado sobre el “demonio” americano y por el otro recibir miles de millones de dólares en remesas y asistencia, y presenciar como la sociedad Americana acoge a nuestros inmigrantes y les da oportunidades que todo quisiéramos tener en nuestras propias naciones,  demuestra cierto manto de hipocresía y evidencia nuestra falta de conocimiento y valoración sobre la realidad de nuestra relación histórica con los Estados Unidos.