Muchos sectores en Colombia están a favor del libre comercio y la globalización y muchos otros en contra. Para los argumentos de ambos lados nunca faltan ejemplos de cómo la globalización ha beneficiado o perjudicado otras naciones, y como el libre comercio ha sido un motor de desarrollo, o la ruina de las economías de otros países.
Hace algunos días el Periódico Wall Street Journal publicó un artículo denominado: “Las ganancias de la globalización tienen su precio”. El artículo utilizó el caso mexicano, posiblemente uno de los ejemplos más claros sobre los efectos de la globalización, como ejemplo para expresar el siguiente argumento: La globalización ha cumplido sus promesas de generar millones de empleos y levantar millones de personas de la pobreza en el mundo en desarrollo, pero al mismo tiempo la inequidad ha crecido, y la diferencia de ingresos entre pobres y ricos es aun más extrema hoy que antes. El elemento más claro que se pudo identificar para explicar la diferencia de ganancias que la globalización ofrece a las naciones y su gente es: La educación.
La evidencia a nivel mundial es clara. Si bien es cierto que el libre comercio trajo a las naciones que la implementaron beneficios económicos, aquellos más pobres resultaron menos favorecidos que aquellos más preparados. La mano de obra no calificada es la que inicialmente se benefició del proceso que comenzó a mover todo la manufactura de las naciones desarrolladas a las naciones del tercer mundo. Sin embargo, una vez el mercado se dió cuenta que invertir en naciones con mejores niveles educativos y una fuerza laboral preparada era más rentable, las condiciones cambiaron y ahora los países con una fuerza laboral más preparada son los que están viendo los beneficios de la globalización y aprovechándola para su propio desarrollo; la mano de obra con poca o ninguna preparación esta viendo sus condiciones de vida deteriorarse nuevamente.
Esto no solo está ocurriendo en las naciones en vías de desarrollo. En Estados Unidos la diferencia de ingresos entre los más ricos y los más pobres ha crecido continuamente por más de una década, convirtiéndose esto en una de las razones por las que el movimiento laboral americano esta en contra de la globalización. Nuevamente los más afectados son los empleados con bajos niveles educativos.
Colombia está abriendo su economía agresivamente y en el corto plazo esto puede generar miles de nuevos empleos, mejorar las condiciones de vida de muchos colombianos que hoy viven en la pobreza y ampliar el tamaño de nuestra economía. Pero si queremos que esos efectos sean duraderos y las diferencias en el nivel de ingresos no se crezcan de la manera tan dramática que ha ocurrido en otras naciones, la preparación de nuestra fuerza laboral para satisfacer las necesidades del mercado actual, y para poder desarrollar nuestra propia tecnología, se debe convertir en una política de estado tan clara como la globalización misma. El Gobierno tiene que identificar aquellos sectores que están moviendo la economía mundial: informática y software, servicios financieros, manufactura de productos de alta tecnología, Bio-productos, combustibles y productos benéficos para el medio ambiente, entre otros, son los elementos que están determinando las nuevas tendencias en la economía mundial. Si nuestro país es capaz de ofrecer una fuerza laboral preparada para estas industrias, no solo podremos atraer la inversión extranjera de aquellos países que no están preparados, sino generar nuestra propia tecnología, nuestra propia industria, que nos convierta no solo en centros de producción sino en centros de generación de conocimiento y tecnología.
Definitivamente abrir la economía es el camino a seguir. Los acuerdos de libre comercio ratificados o actualmente en negociación, son la estrategia que nos va a abrir las puertas a nuevas tecnologías, procesos industriales y la creación de una economía más sólida y robusta. México y China son dos muestras claras de ello. Pero también ambas naciones están viviendo o comenzando a vivir los problemas generados por la falta de preparación de la fuerza laboral, de generación de tecnología propia y de una diferencia abrumadora en la distribución de los beneficios de la globalización, que por ende generara diferencias grandes entre los que pueden aprovechar las ventajas de la internacionalización de la economía, la tecnología y el conocimiento, y los que no. En Colombia estamos comenzado el proceso, aun tenemos la oportunidad de hacerlo bien y aprovechar un esquema que de hecho genera riqueza, pero que debe generarla de manera mas equitativa y duradera.