Esta semana la revista NewsWeek publicó un artículo sobre el fin de la era Bush y sus implicaciones para los Estados Unidos, pero sobretodo para el mundo. Básicamente se reconocía el daño que el gobierno de George Bush le ha hecho a la política internacional Americana y su imagen, además de los fracasos militares en Irak, la negligencia con respecto al medio ambiente y las difíciles relaciones con las nuevas o renovadas potencias mundiales (Rusia y China). Luego se hizo un análisis de los candidatos y sus propuestas y los resultados no fueron muy alentadores en el lado republicano (Algunos parecen aun más beligerantes y unilateralistas) y algo confusos en el lado demócrata (Oposición a la guerra en Irak y mas diplomacia, pero tratando de mostrar “mano Dura” de igual manera para no mostrarse débiles en defensa, con la idea de que esto es un elemento fundamental para los americanos)
La realidad es que el rumbo que han tomado los Estados Unidos después del 11 de septiembre es insostenible y realmente perjudicial para las instituciones internacionales. Sin embargo, este unilateralismo ha demostrado claramente la ineficacia y debilidad de esas mismas instituciones y muestra la necesidad de 3 elementos: Una reforma profunda de estas instituciones (a la que Estados Unidos se opone), una redefinición del mapa de poder global y, quizás la más importante, la creación de instituciones que hagan a las naciones responsables por sus actos y sean medidas de acuerdo a unos estándares mínimos de respeto a sus pueblos y a la comunidad internacional (Algo que Estados Unidos apoya).El hecho de que el gobierno americano haya decidido por si solo invadir Irak y nada se haya podido hacer al respecto, es una muestra clara de la debilidad del sistema internacional.
El próximo gobierno se espera que se encargue de reparar las relaciones de EEUU con el mundo y, especialmente, con sus aliados tradicionales, que ahora se han visto severamente dañadas. Adicionalmente, se esperan cambios en la manera como se están manejando los conflictos actuales y las relaciones con las nuevas potencias militares y económicas del planeta: El medio oriente, Irán, Afganistán, Rusia y China.
Para Latinoamérica la era Bush ha sido algo ambivalente. Muchos analistas dicen que el giro a la izquierda protagonizado por Chávez en la región se debe en parte al olvido americano por la región y a su unilateralismo a nivel internacional. La realidad es que si bien América Latina dejo de ser una prioridad para el gobierno americano, Los líderes populistas de la región usan a los EEUU para justificar sus “revoluciones”.
En cuanto al libre comercio, Los latinoamericanos hemos visto lo que está pasando con nuestros, TLC teniendo en el congreso una mayoría demócrata. La era Bush significó un total apoyo al libre comercio con la región y al terminarse se pierde un gran aliado en ese sentido. Los demócratas, básicamente por motivos electorales, se han dedicado a bloquear cualquier negociación o tratado que signifique abrir los mercados de América a otras naciones y aumentar el nivel de mano de obra que se traslada a otras naciones. Se han escondido en razones humanitarias, de derechos humanos, de debilidad en las leyes laborales, pero la realidad es que gran parte de sus votos dependen de los sindicatos Americanos. Sin intentar generalizar, los candidatos demócratas ofrecen pocas esperanzas de que los esfuerzos hechos por abrir nuevos mercados para Latinoamérica en los EEUU se consoliden en el futuro cercano.
La política Norteamericana es, sin lugar a dudas, algo que el mundo entero sigue y espera. Cada nación tiene intereses particulares que espera se vean protegidos, o por lo menos considerados por cada nuevo gobierno en Washington. La realidad es que el poder en una nación como los EEUU depende de muchos factores internos y externos. Así como en otras naciones son familias poderosas, grupos industriales o hasta grupos paramilitares (lamentablemente!!) los que influyen para obtener los resultados electorales que les convienen, En EEUU los poderosos lobby de la industria, los sindicatos, los maestros, los judíos, los Conservadores, los Afro-Americanos y ya hasta los latinos, entre otros, son los que realmente determinan quien va a ser el nuevo ocupante de la casa blanca. La democracia mas sólida del mundo no es muy diferente a la Colombiana, o al Brasilera o las Europeas, o la de cualquier otro país en donde cada gobierno debe responder a intereses particulares para mantenerse en el poder. La diferencia es que las decisiones que los Americanos tomen no solo afectan a su nación, afectan el mundo entero. Siempre habrá naciones satisfechas con el resultado y otras seguramente verán sus intereses afectados, solo esperemos que, en general. El nuevo gobierno, cualquiera que sea, ofrezca una nueva cara de la nación líder del planeta y que su influencia, inevitable, sea mas positiva para más gente en el mundo. La era Bush tuvo elementos positivos, pero fueron mas los que terminaron debilitando la imagen y la razón de ser del pueblo americano y sus valores frente al mundo.