La semana pasada hicimos el ejercicio de imaginarnos como seria Colombia sin guerrilla y frente a ellos muchas personas comentaron que el problema de Colombia no es solo la guerrilla; algunos incluso expresaban que no es el verdadero problema. Según muchas personas en Colombia, el problema de Colombia son los políticos, el congreso, el presidente, los gobernadores, alcaldes y concejales que dirigen los destinos de este país y están acabando con nuestros recursos, violando la ley y destruyendo el futuro de los colombianos.
Yo me pregunto entonces, el problema de Colombia es la Democracia?. Quizás deberíamos tratar sistemas políticos diferentes. Y será que cambiando nuestro sistema las cosas si van a mejorar? De pronto la solución no es acabar con la guerra, ni la guerrilla, sino con la democracia!.
Es que es por la democracia que los políticos que tenemos están en el poder. Es irónico que los colombianos nos quejemos sobre lo corruptos que son nuestros políticos, cuando somos nosotros, libremente en la mayoría de los casos, los que los elegimos. Nadie puede negar que en regiones remotas del país la democracia no sea tan libre como debería, y que en varias zonas del país, los ciudadanos eligen al que les toca, no al que quieren; pero como en toda nación demócrata del mundo, quienes realmente tienen el poder no son los políticos elegidos en las regiones apartadas de la nación, son los políticos que representan los centros de poder económico, político y social los que rigen los destinos del estado, pues es allí donde se encuentran las grandes mayorías que al final deciden las elecciones. Así que, en su mayoría, si los habitantes de las grandes capitales y ciudades de Colombia llenaron el congreso, las alcaldías, gobernaciones, concejos y asambleas con políticos corruptos, es porque así lo quisieron. Será que nuestra nación, que tanto se queja de la corrupción política, no esta lista para elegir sus lideres de manera libre y conciente?
La realidad es que lo primero que tenemos que reconocer es que el hecho de que políticos corruptos vuelvan al poder después de que sus escándalos son públicos es totalmente nuestra culpa. La primera vez un político nos puede engañar con promesas y expectativas que luego resulten ser falsas, pero si lo elegimos la segunda vez ya la culpa no es del político, es nuestra. Así que todos aquellos que se quejan de la corrupción política y que, aun peor, son capaces de afirmar que eso es peor que la guerrilla, deben reflexionar por quien votaron las elecciones pasadas, si es que lo hicieron. Los ciudadanos en Colombia afortunadamente tenemos la posibilidad de elegir quien nos lidera, contra la guerrilla no podemos hacer nada mas que rechazarla y apoyar nuestras fuerzas armadas y nuestro estado, pero poco podemos hacer para cambiar su accionar o “sacarla del poder”. A un político si lo podemos sacar del poder e incluso, como se ha visto hace poco en el país, hasta mandarlo a la cárcel.
Hay ejemplos claros de ciudades y regiones que han aprendido a valorar la democracia y los derechos que tenemos como ciudadanos. Ciudades como Medellin y Bogotá han elegido casi consistentemente políticos competentes y que han trabajado por sus ciudadanos, transformando estas urbes de manera muy positiva. Otras regiones aun continúan permitiendo que los corruptos sigan en el poder, lo que al final va en su detrimento. Lo importante es que los ciudadanos nos demos cuenta de dos cosas: La oportunidad que tenemos de decidir quien nos lidera es algo que debemos apreciar y valorar. Muchas partes del mundo aun tienen a sus pueblos oprimidos y subyugados luchando por el derecho a elegir libremente su destino. Nosotros logramos ese derecho hace casi 2 siglos y hoy parece que no lo valoráramos; segundo y aun más importante, es que eso que se llama democracia no es un derecho… ES UN DEBER. Un deber con nosotros mismos, nuestros hijos y nuestra nación. Tenemos el deber de elegir correctamente, de castigar a quienes usan el poder para su beneficio y de premiar a aquellos que lo usan para sacar adelante nuestro pueblo, ciudad, región y país. En vez de quejarnos por lo corruptos que son nuestros políticos, porqué no aprovechamos en octubre y elegimos correctamente a quienes nos van a dirigir regional y localmente. Ninguna democracia esta libre de equivocarse y muchas veces las expectativas creadas por el candidato no se traducen en las acciones del político elegido, pero la democracia, aunque imperfecta, tiene la manera perfecta de castigar y remediar la situación. En nuestras manos está hacer que ese instrumento democrático por excelencia, el voto, funcione. Sin ese acto, que a muchos colombianos les parece a veces inútil, los corruptos no pueden continuar en el poder. Muchas naciones en el mundo quisieran tener la oportunidad de quitarle el poder a quienes los dirigen, pero no pueden. En Colombia, al igual que en muchas otras democracias, Si podemos, así que llego la hora de quejarnos menos y actuar mas. No votemos por todos aquellos políticos que alguna vez fueron corruptos o defraudaron nuestra confianza y renovemos el liderazgo de las regiones que necesitan esa renovación. La culpa no es de la democracia, es de lo que hacemos, o mejor, de lo que dejamos de hacer, en ella y con ella.