Será que los colombianos, que somos capaces de recolectar fondos para la guerra, internamente y en el exterior, seriamos capaces de recolectar fondos para el desarrollo y el crecimiento de nuestras áreas mas olvidadas, y mas estratégicas? El país tiene que empezar a pensar en el desarrollo de algunas regiones marcadas por el subdesarrollo que se deben convertir en los nuevos polos de crecimiento del país, y esto es importante frente a las nuevas perspectivas de la globalización, el tratado de libre comercio y la internacionalización de la economía.
El ejemplo de este proceso es la Unión Europea y sus miembros. El fondo de la unión esta diseñado para que las regiones y países más atrasados de la comunidad puedan desarrollarse hasta lograr el nivel de los miembros más desarrollados. El éxito de este esquema se ha visto claramente en países como España, Portugal, Italia y ahora los nuevos miembros, donde los avances son impresionantes.
Obviamente un esquema como este necesita algo fundamental: Un adecuado manejo de los recursos y un control extremo de ellos para evitar la politiquería y la corrupción. En Europa la comisión de la unión europea se encarga de la vigilancia estricta de estos fondos y al más mínimo caso de corrupción o malos manejos, dichos fondos se cortan y el país miembro se enfrenta a serias sanciones. Adicionalmente, los países ricos de la unión, quienes son los que aportan los fondos, están constantemente monitoreando el uso de ellos
Un esquema similar es lo que se propone en este artículo. Si los colombianos somos capaces de aceptar impuestos adicionales para la guerra, para la política de seguridad democrática, a la que hasta sus contradictores le reconocen sus virtudes, deberíamos ser capaces de apoyar economicamente la creación de un fondo nacional de desarrollo estratégico. El objetivo de este fondo es invertir en las zonas mas deprimidas de país, que realmente deberían convertirse en polos de desarrollo tecnológico, comercial e industrial. Este fondo seria utilizado para la creación de infraestructura, centros educativos de alta tecnología, promoción de estas zonas para el turismo y la inversión. En Colombia las regiones costeras, que deberían ser las más desarrolladas, presentan un atraso y un nivel de pobreza con respecto al resto del país que no se alcanza a entender. Este fondo de desarrollo estratégico permitiría desarrollar la zona pacifica chocoana, la zona de Urabá y los litorales del caribe, la zona amazónica y la zona del Orinoco. La construcción de vías de alta velocidad, líneas férreas, puertos y aeropuertos, centros de investigación y desarrollo, universidades y centros educativos, además de unas comunidades y ciudades dignas, con un buen nivel de vida que hagan atractiva para nacionales y extranjeros la posibilidad de moverse hacia estas zonas, serian elementos fundamentales para que el proceso sea exitoso. No se trata de pavimentar una carretera o abrir la selva de manera irresponsable para gastarse los recursos, se trata de crear una región que sea estratégicamente diseñada para convertirse en un polo de desarrollo, y por ende en un imán para profesionales, familias e inversionistas que vean los beneficios de invertir y asentarse en estas zonas. Estas regiones tienen un potencial inmenso de desarrollo. Su ubicación es estratégica, tienen una población joven y amplia mano de obra disponible que solo necesita mayor y mejor educación, además de los inmensos recursos naturales que poseen y que podrían ser extraídos y exportados fácilmente si la infraestructura se construye. Esto adicionalmente generaría empleo, crecimiento económico y la posibilidad de un nivelamiento de estas regiones con lo que se ve en las ciudades del interior.
Este Fondo de desarrollo estratégico debería ser una manera más de promover a Colombia en el exterior, con el objeto de buscar apoyo internacional. El gobierno nacional debe garantizar la seguridad y sobretodo, la transparencia del esquema, para que gobiernos e inversionistas extranjeros decidan aportar de la misma manera que lo han hecho con el Plan Colombia. El control de estos recursos debería ser hecho por una combinación de organizaciones internacionales y locales que permita controlar el fondo globalmente y los proyectos particulares. De lograr consolidar algo así, los beneficios serian para toda Colombia. Las zonas industriales del centro y sur del país tendrían la posibilidad de poner sus productos y servicios en el exterior con menos costos y mayor agilidad, estas regiones se convertirían en centros de inversión nacional e internacional. La economía estaría más preparada, al igual que la gente, para aprovechar la cantidad de oportunidades que se avecinan con la apertura de nuestra economía a nuevos mercados en Latinoamérica, EEUU y Europa. Pero quizás lo mas importante, Colombia lograría ofrecer un futuro mejor a muchos de sus habitantes, hoy olvidados en zonas remotas, pero que tienen un potencial mucho mas grande que las regiones que hoy han logrado importantes niveles de desarrollo en el país.