Geopolíticamente durante nuestra historia se nos ha dicho que la posición de Colombia es privilegiada. Que estamos realmente en el centro del planeta y por ello estamos destinados a ser en un jugador importante dentro del contexto mundial, para bien o para mal. Somos la puerta de entrada al sur de América y el punto geográfico de unión entre el sur y el norte del continente. En términos de este y Oeste, estamos en el centro del hemisferio occidental. Siempre se ha definido esta situación como una fortaleza o ventaja geopolítica.
Históricamente en los últimos 100 años hemos pasado a estar dentro de la esfera de influencia norteamericana. Al estar en el mismo hemisferio que la potencia del norte, El poder político, económico y cultural que ejerce sobre nosotros siempre ha predominado sobre nuestros antiguos colonos en España y Europa. Recientemente Colombia ha sido más cercana en casi todos los aspectos a los Estados Unidos que a España, y lo que preservamos del legado español se ha ido transformado en una mezcla de costumbres y culturas autotóctonas con influencia anglosajona y algunos rezagos de la madre patria.
Pero cual es el camino, cual debe ser la posición de Colombia en el contexto actual? Nuestro estado parece estar decidido a integrar al país a la economía mundial y convertirlo en un verdadero abanderado del libre comercio. La estrategia más clara es con los Estados Unidos. Una relación que ha estado marcada por la violencia y el narcotráfico pretende convertirse cada vez más en una relación comercial y de inversión.
También nos estamos acercando al sur. A pesar de las diferencias evidentes en términos ideológicos, el interés de Colombia de obtener mercados y mantener su influencia en la región lo ha llevado a dejar a un lado esas diferencias, a veces complejas y difíciles de manejar, en aras de la integración comercial y la apertura de mercados para la industria y productos nacionales.
Finalmente parece estar abriéndose el camino con Europa. Hay un interés claro de comenzar negociaciones de integración comercial con la Unión Europea, ya sea como parte de la comunidad andina o independientemente como nación. La integración con Europa es un poco más complicada debido al carácter proteccionista de esta región y las dificultades que esto representa en una negociación. Sin embargo el proceso ya ha comenzado y no hay razón para pensar que no pueda lograrse un acuerdo.
Y, Políticamente, donde debe estar Colombia? Actualmente hacemos parte de la derecha latinoamericana, pro-norteamericana y pro-Occidente. Es este el camino correcto?. Basta con decir lo siguiente: Colombia se ha convertido en el centro de la derecha democrática Latinoamericana. Junto con México, Perú y algunas naciones centroamericanas, aun está convencido de los beneficios del libre comercio y la integración con Los Estados Unidos y Europa, pero está trabajando más activamente que el resto de las naciones mencionadas en su integración con el resto del continente. La razón es básicamente que Colombia quiere convertirse en uno de los centros políticos y económicos de la región, con el objeto de ejercer influencia sobre las decisiones tomadas en el norte y liderar el debate político y económico en el sur. La integración con Europa y el resto de las naciones occidentales servirá para fortalecer más esa posición de liderazgo regional y convertirse en la puerta de Suramérica para el mundo.
Adicionalmente, Basta con ver las otras alternativas políticas en la región. La izquierda moderada de Brasil, Chile y Uruguay se parece cada vez mas al esquema actualmente desarrollado en Colombia, alejándose del extremismo representado por Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua. Estos últimos están desarrollando una nueva clase de socialismo que los esta aislando cada vez más del resto del mundo. Loa aliados de este grupo: Irán, Corea del Norte, Libia, Cuba, Siria, etc.… Son naciones con regímenes dictatoriales, absolutistas, con pocos o ningunos recursos económicos o industriales diferente al petróleo, y que en su gran mayoría representan un gran riesgo para la estabilidad mundial. Su empuje actual se debe a los recursos que dicho petróleo provee, pero no hay políticas claras de inversión, de desarrollo que demuestren en este grupo un mejoramiento de sus condiciones y las de sus pueblos. La integración suramericana promovida por este grupo es un club de los pobres, donde las posibilidades de inversión están limitadas a los recursos que Venezuela o Irán poseen debido a las regalías petroleras, pero no hay desarrollo tecnológico, comercial ni social que permita una mejoría real de las condiciones de vida. Este grupo esta perdiendo la oportunidad de usar sus recursos para abrir sus economías con mayor confianza y mayor capacidad de inversión e influencia a nivel mundial.
El camino de Colombia es entonces el camino adecuado. Colombia se tiene que consolidar como la puerta de occidente en Suramérica. El centro económico y político de la región que se integró totalmente a la economía mundial. Debe también abrirse al oriente, para aprovechar las inmensas oportunidades de desarrollo que existen en esa región del mundo y Abrir nuevos y más grandes mercados. Esto solo se podrá consolidar si los beneficios de todo este crecimiento se sienten en todos los sectores de la población y, fundamentalmente, si podemos ofrecer un país seguro, estable y comprometido con el desarrollo y el libre comercio. La nación debe estar comprometida con este objetivo. No se trata de que no haya diferencias o modelos diferentes para llegar a estos objetivos, pero si de tenerlos claros y comprometer a todas las fuerzas políticas, económicas y sociales con ellos. En los Estados Unidos ambos partidos políticos tienen profundas diferencias ideológicas, pero tienen claro el objetivo nacional, que no conoce colores o ideologías: Mantener el liderazgo político, económico y social de esta nación en el mundo a través de la democracia, el libre mercado y la inversión. Este tipo de compromiso nacional es lo que debe dirigir los esfuerzos de todos los partidos, grupos políticos y líderes en Colombia, Solo así, nuestra posición en el mundo dejará de ser la del país de la droga y la violencia, para convertirse en el centro político y económico de Suramérica. Ya empezamos a recorrer este camino, tenemos que garantizar que se continúe y se consolide y la democracia es lo que nos permite hacerlo.
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