Ya se ha hablado mucho sobre las marchas y demostraciones de esta semana, su objetivo, sus contradictores, sus multitudes y hasta de su utilidad. La única conclusión clara al respecto es que Colombia se demostró a sí misma y al mundo su verdadera posición frente al terrorismo de las FARC.
Sin embargo, hay un elemento que ha pasado desapercibido en todo esto y es el valor y la actitud de la diáspora colombiana alrededor del mundo. La participación masiva de Colombianos alrededor del planeta es una muestra muy clara del valor que todos los que nacemos en Colombia le damos a esta tierra, a nuestra patria. Colombianos participando, demostrando sus sentimientos y amor por su patria en lugares tan alejados como Moscú, Kuala Lumpur, Noruega, Bangkok, Australia y Japón, y la participación multitudinaria en ciudades tan importantes como Nueva York, Londres, Madrid, Miami, Washington o Barcelona, por mencionar solo algunas, muestra algo que pocos países experimentan, y esto es un involucramiento permanente de la diáspora de Colombia en sus asuntos internos; una participación activa en la vida nacional, así se encuentren a miles de kilómetros de distancia de su territorio
Es que cuando España llamó a todos los españoles a marchar en contra de ETA, o los mexicanos llaman a marchar en contra de la violencia, no se vieron marchas en todo el mundo de los ciudadanos de estos países. Era un fenómeno netamente nacional, convocado solo a nivel local y con un espíritu que parecía aludir solo a aquellos que residían en sus naciones. Los españoles o los mexicanos en el exterior no fueron convocados o no pareció que les interesara mucho manifestarse a miles de kilómetros de su tierra sobre lo que estaba pasando en ella.
Los colombianos sin embargo nos manifestamos en todo el mundo. Nos convocaron a todos y todos respondimos, sin importar cuán lejos o cerca del los problemas que aquejan a nuestro país hemos estado. Las multitudes le quisieron demostrar al mundo que nuestro país nos importa a todos, y que es el deseo de todos rechazar conjuntamente el terrorismo y ver a una nación pacifica y prospera en el horizonte.
Este elemento es realmente importante a la hora de analizar la influencia de la diáspora Colombiana en el exterior en los asuntos internos del país. Normalmente aquellos que emigran a otros lugares mantienen contacto con sus familiares y participan en la economía de sus familias y su nación. Políticamente dichas diásporas normalmente están poco involucradas siempre y cuando su creación no haya tenido motivos políticos. La diáspora Colombiana sin embargo, mantiene un contacto permanente con su nación, sigue los hechos políticos, económicos y sociales casi como lo hacen los colombianos en Colombia, están en muchos casos mejores informados pues obtienen también la visión internacional de los problemas que nuestro país enfrenta, algo que muchos colombianos desconocen. Este elemento demuestra que la emigración colombiana no es aquella donde los vínculos con la nación se rompen o desaparecen, es una emigración que mantiene lazos muy estrechos con el país, no solo a nivel familiar o económico, sino a nivel político.
Varias razones pueden aducirse sobre este aspecto. Una de ellas puede ser que la mayoría de los colombianos en el exterior desean regresar a su país en algún momento. Por ello mantienen un alto interés por saber lo que pasa en Colombia y sobre todo, por mejorar la situación del país de alguna forma para que ese regreso sea posible. Otra Razón posible es simplemente nuestra idiosincrasia. Los Colombianos en Colombia despotricamos del país, del gobierno, de los otros Colombianos, pero una vez salimos al exterior, así sea de vacaciones, Colombia Se transforma en esa nación que todos queremos, extrañamos y esperamos ver algún día convertida en lo que debe ser: una nación en paz, en pleno desarrollo y con todas las ventajas que aquellos que emigran buscan en el exterior. En toda conversación entre colombianos el país, sus mejorías, sus logros, sus problemas, es un tema absolutamente obligado. La preocupación de los colombianos por su nación es permanente. Adicionalmente nuestra tradición familiar hace que sea casi que inevitable mantener lazos cercanos con el país, pues el futuro de nuestras familias y la manera como la situación del país los puede afectar nos interesa constantemente
La diáspora colombiana es realmente una fortaleza que el país tiene y que apenas está siendo descubierta, organizada y aprovechada por el estado y otros organismos para ayudar al mejoramiento del país. Falta un verdadero conjunto de políticas orientadas a fortalecer la participación de los colombianos en el exterior, a protegerlos y brindarles el apoyo que sea necesario de parte del estado y sus instituciones y sobre todo a facilitar su regreso al país cuando así lo decidan. Ya estamos viendo con los últimos hechos la importancia y el valor de nuestros nacionales alrededor del mundo. Aquella marcha que el lunes convoco millones de personas en las calles de Colombia y cientos de miles alrededor del mundo, nació en el exterior. Nació de ese grupo de colombianos que dejaron su tierra pero que no dejan de participar en su futuro, Este grupo de colombianos lejos de Colombia están cambiando el rumbo de nuestra patria