Algunos analistas políticos en Colombia han minimizado la importancia del resultado de las elecciones presidenciales en los Estados Unidos, frente a la posibilidad de un congreso con una mayoría demócrata absoluta, que puede ser un obstáculo más grande para las aspiraciones de Colombia que un presidente demócrata. El editorial del tiempo del lunes claramente explicó la importancia de los resultados de las elecciones de senado y cámara y la poca importancia de las elecciones presidenciales para temas como el TLC, la ayuda económica y militar a Colombia y el protagonismo del país en la política exterior Americana.

En realidad el resultado de ambas elecciones es fundamental para Colombia, y de hecho una victoria demócrata en ambas ramas del poder público es más benéfica para el país que la victoria de McCain en la presidencia y los demócratas en el congreso. La razón básica es: Política. Los Medios en Colombia han moldeado la opinión de que Barack Obama no apoya a Colombia y John McCain si lo hace, basados en las palabras y los hechos de cada uno de ellos con respecto al País, y que por eso McCain le conviene más a Colombia que Obama. Obama se opuso al Tratado de libre comercio y ha lanzado duras críticas frente a la situación de derechos laborales y seguridad sindical en el país, pero ha confirmado su apoyo económico y militar al país y al gobierno del presidente Uribe. McCain ha continuado la política de apoyo total a Colombia, al TLC y a fortalecer la alianza con el país en una región cada vez más antiamericana. Sin embargo, todas las promesas no cumplidas de Bush con respecto a Colombia se verían aun más imposibles de cumplir si McCain es electo con un congreso abrumadoramente demócrata. El único poder que un presidente McCain tendría es el del veto ejecutivo, pero solo para leyes que hayan sido aprobadas en las que él puede oponerse a su sanción final. Esto ayudaría en caso de que el congreso apruebe sanciones contra Colombia o disminuciones en la ayuda económica o militar.

Obama, al igual que la mayoría de los presidentes cuando hacen campaña, tiene que tratar de obtener apoyo, y por ende votos, de la mayor cantidad de grupos sociales, sindicales y políticos. En un país que está al borde de una recesión severa es políticamente imposible promover cualquier medida o política que parezca no estar orientada a la protección del empleo y la producción local. Los sindicatos ven el TLC como una oportunidad más de las multinacionales para llevarse los empleos de Los Estados Unidos a países con ingresos más bajos y leyes laborales menos estrictas. Sin embargo, una vez electos, los presidentes se mueven hacia posiciones más pragmáticas, dominadas por grupos de poder que dirigen la política exterior en Washington. Los empresarios de los Estados Unidos están a favor del TLC y el presidente tendrá que escuchar su posición. La revista The Economist asegura que un Presidente OBAMA apoyaría la aprobación del TLC con Colombia en el primer año de su mandato. La gran ventaja que tendría Colombia con Obama presidente es que al ser demócrata, sus políticas gozarían de gran apoyo en el congreso y su influencia en las decisiones de un congreso mayoritariamente demócrata seria mucho mayor. Si Obama decide apoyar el TLC, su aprobación es casi un hecho, Si McCain lo hace, su bloqueo es, igualmente, casi un hecho. Ese es el juego político al que se enfrenta Colombia

Es por ello que ambas elecciones tienen un significado crítico para las aspiraciones del país, y es por eso también que un presidente Obama con un congreso demócrata es potencialmente un aliado mucho más útil para el país que un presidente McCain con un congreso empeñado en obstaculizar su gestión y desacreditar su trabajo. Los últimos 2 años del Gobierno de Bush son prueba fiel de este juego político que no beneficia a nadie pero que es una realidad con la que hay que convivir. SI Colombia logra hacer de Barack Obama su aliado, los resultados de esta alianza serian infinitamente mejores que cualquier apoyo que hayamos recibido hasta ahora del gobierno americano, pues tendríamos al presidente y el congreso de nuestro lado.