Lo que el mundo ha presenciado es un espectáculo que produce envidia, orgullo y esperanza. La celebración de la democracia no puede ser más grande que la que presenciamos los ciudadanos del planeta con la posesión de Barack Obama como nuevo presidente de los Estados Unidos. No quiero referirme a lo que significa esto política y geopolíticamente, no quiero analizar si le conviene a Colombia, a Latinoamérica o al Medio Oriente. Hoy se trata de resaltar el elemento más trascendente de este momento. El espíritu de una nación renovado, lleno de esperanza y comprometido con su futuro: Es la celebración de la democracia en su máxima expresión.
Los americanos, una vez más, como lo hicieron el día de las elecciones, se volcaron a las calles a demostrarle a su nuevo presidente que celebran su elección y que ponen sus esfuerzos, su energía, su inmensa capacidad innovadora, sus valores y su futuro, con total confianza en sus manos. Incluso la furiosa oposición republicana reconoce al Presidente Obama como un hecho de connotaciones transformadoras que demuestra que es el pueblo el verdadero dueño de su futuro y su democracia. 8 años después de que el mundo presenció de igual forma la manera lamentable como George Bush ascendió al poder, en unas elecciones manchadas por la duda y la ilegitimidad de un presidente que perdió las elecciones pero gano la presidencia, El pueblo americano eligió de una manera valiente y transformadora un hombre que por su raza y naturaleza está predispuesto a restaurar el alma de una nación y la fortaleza de la democracia líder en el mundo.
Este hecho restaurador de la confianza en ese sueño americano donde las oportunidades son para todos aquellos que las quieran lograr, es un signo claro de las posibilidades del ser humano en un sistema social y político como el norteamericano. Algo que es realmente impensable en la mayoría de las naciones del mundo, democráticas y no democráticas, algo que parecía imposible hace apenas dos años en una sociedad claramente reconocida como abierta y pluralista, ha puesto a tambalear todas esas estructuras sociales, políticas, raciales y sociológicas en las que las estructuras de poder en las naciones del mundo se han basado. Así como parece imposible que en Francia el presidente sea algún día descendiente de emigrantes congoleses o de Costa del Marfil, que el presidente sudafricano sea blanco y de origen británico, o que el primer ministro alemán sea de origen turco, ver a la gran potencia mundial entregando de manera pacífica el poder democrático a un miembro de una minoría que hasta hace poco mas de 40 años vivió el látigo de la segregación y la falta de derechos, es un hecho que va a tener implicaciones transcendentales en las sociedades democráticas mundiales.
Y es que el impacto más claro es que el mundo va a volver a mirar a la sociedad y sistema americanos como un ejemplo a seguir, y no me refiero al capitalismo, la política exterior o la cultura «pop». Me refiero a la democracia y la estructura social que permitió este hecho histórico en una nación sedienta de cambio y renovación. Las naciones del mundo miraron atónitas la elección de Obama, y hace apenas una semana presenciaron el espectáculo de la democracia en su máxima expresión. El día que Estados Unidos logró lo que parecía haber perdido y que con este simple hecho recuperó: Mostrarle al mundo el camino recorrido por una nación líder que es capaz de transformarse en sus momentos más críticos y ser fiel nuevamente a los principios que la han llevado a ser el icono de esperanza y de democracia en el mundo. En este momento, sin importar las propuestas, conveniencias e ideologías del presidente Obama, Su elección es de por si el hecho transformador que el mundo reconoce y recibe con el regocijo de ver a su nación líder vivir nuevamente, a la altura de los principios que profesa.
Los 5 hechos mundiales esta semana:
1. La tregua lograda en el conflicto Palestino – Israelí: El desastre ocasionado por una nación inmensamente poderosa contra un pueblo desesperado, acorralado y liderado por una organización terrorista, que permite justificar acciones de este tipo donde quienes sufren son los civiles, que de igual manera le dieron el derecho a liderarlos a un grupo que profesa muerte y destrucción
2. La posesión de Barack Obama y sus primeras medidas claramente encaminadas a corregir actos que dañaron de manera critica la imagen de los Estados Unidos y su estatura moral en el mundo
3. El discurso de posesión del presidente Obama que declaró transformaciones fundamentales y esperanzadoras en la política exterior americana, pero de igual forma reafirmó la voluntad inquebrantable de enfrentar y derrotar a aquellos que quieren usar el terror para lograr sus objetivos
4. El giro de la economía de las naciones hacia la inversión local y en infraestructura, inversión pública, para tratar de contrarrestar los efectos de la recesión mundial. Esta estrategia parece significar un alejamiento del libre comercio como herramienta de crecimiento
5.La renovada importancia del medio ambiente y el calentamiento global, frente a nuevas y claras evidencias del efecto negativo en los mares del planeta y la estabilidad del ecosistema mundial. El liderazgo de Obama abre una puerta de esperanza a mayor acción y cooperación mundial en este tema.