Cada vez se demuestra más que la «alianza» Bolivariana de Chávez está pegada de un hilo… de un hilo de oro negro y la riqueza con la que se compran dichas alianzas. No deja de ser curioso que a la cumbre iberoamericana en Portugal no asistieron los «Bolivarianos Socialistas» de América, excepto un aliado cada vez menos confiable del líder Venezolano: Correa. Ecuador no solo ha cambiado el tono con Chávez y su revolución socialista sino que se ha dedicado a enmendar sus relaciones con el enemigo número uno del Chavismo: Colombia y su presidente Álvaro Uribe.
Y es que sin el flujo de los millones desde Caracas a Quito, La paz, Montevideo o Managua, la firmeza del proyecto socialista parece resquebrajarse, y con ello esas naciones y sus líderes, sumidas en el letargo de la promesa engañosa de la riqueza petrolera y apabulladas por la intervención de un líder imperialista en sus estados, empiezan a despertar y a entender que para sus pueblos y su democracia, una alianza con el Chavismo no representa nada positivo
Ecuador es el primer y más claro ejemplo. En total desafío a los vientos de guerra promulgados por Chávez y sus insultos al pueblo y la democracia colombianas, el presidente correa ha entendido que el petróleo venezolano no le sirve más. Le sirve el comercio y la inversión de Colombia en su país, le sirve la energía que Colombia le vende y que sostiene una parte importante de las necesidades de su pueblo, y le sirve una integración basada en acuerdos internacionales, con miembros respetables de la comunidad internacional y que le den a Ecuador los beneficios que ofrece la comunidad internacional legitima. Ecuador ha buscado con gran insistencia reparar sus relaciones con Colombia, debido, entre otras cosas, a la debacle económica y energética que romper esas relaciones ha significado para el vecino país.
Es evidente que las relaciones Chávez- Correa tienen que estar pasando por un mal momento, y ello seguramente se debe a que Chávez, con retorica y discursos no es capaz de mantener aliados. Necesita Dólares, millones de ellos, y parece estar cada vez más corto de capital revolucionario para mantener dichas alianzas. La situación interna de Venezuela es tan grave que si quiere mantenerse en el poder, va a tener que dejar de comprar conciencias en el exterior, para empezar a comprarlas en casa, antes de las elecciones donde su victoria es cada vez menos segura.
Ecuador entonces retrocede en su decisión de romper relaciones indefinidamente con Colombia (ruptura de relaciones que fue obviamente coordinada por Chávez), y busca abrir primero relaciones económicas, luego recibe la energía que Colombia ofrece vender para mitigar la crisis energética que está viviendo, para terminar planteando la posibilidad de restablecer relaciones diplomáticas. Colombia siempre estuvo dispuesta a restaurar relaciones y abrió todos los canales posibles para que ello ocurriera.
En estos momentos donde Chávez busca liquidar a Colombia en foros internacionales, sin lograrlo en ninguno de ellos, perder un aliado más para su campaña anti-Colombiana tiene que ser muy delicado. Pero nuevamente, las alianzas de Venezuela son producto de la fiebre temporal del petróleo y su capacidad de comprarlas. Ahora que esa capacidad se ve disminuida, Esos «aliados» vuelven a la sensatez y reconocen que Chávez y su revolución no están logrando nada positivo para sus pueblos.