El Voto en Blanco, una protesta democrática, pero autodestructiva
Este domingo y en mayo los colombianos tenemos la obligación ciudadana de ejercer nuestro derecho y deber fundamental: El Voto.
Los 4 años de gobierno que hemos tenido han dejado al país con un sinsabor fundamental. Nuestros políticos no nos representan. Aquellos que hoy están en el poder utilizan el mandato popular para debilitar a nuestra nación. La clase política esta manchada con niveles de corrupción que parecen no tener límites, y políticas tan centrales como las negociaciones de paz o las relaciones internacionales parecen ir en contra de los intereses de la patria. Los colombianos sentimos que la seguridad se ha deteriorado, que el interés particular de políticos y corruptos está por encima del interés general, y que nuestros mandatarios se han alejado de la realidad popular. Si bien el país sigue siendo mucho mejor que hace una década, asusta sentir que retrocedemos a esos años de inseguridad, zozobra y corrupción.
Frente a esto ha nacido una iniciativa simple, válida en nuestro sistema democrático: Vamos a votar, pero no vamos a votar por nadie. Vamos a votar en blanco. La ultima clase de protesta puramente democrática. Millones de votos se van a emitir, ejerciendo nuestro derecho democrático, pero no van a ser por los mismos, no van a ser por ninguno de los candidatos que se presentan este 9 de marzo y luego en mayo, para regir los destinos del país. Es un mensaje claro de rechazo a los políticos, pero un mensaje total de apoyo a la democracia.
Esta protesta, es sin embargo, algo que quiero llamar autodestructivo. Para llegar a esta conclusión revisé los argumentos de quienes apoyan el voto en blanco y el de quienes lo rechazan. Puede identificar las mentiras de ambos bandos (el voto en blanco SI necesita el 50% mas 1 para anular una elección, y el voto en blanco es LEGAL y no le quita votos a ningún candidato, para aclarar algunas de las imprecisiones que han circulado). Ahora explico porque es autodestructivo.
La primera razón es de ley electoral. El voto en blanco para las elecciones del Congreso anularía las elecciones para aquellas listas que no lleguen al umbral electoral. Como leí en otro artículo, quienes con seguridad van a pasar el umbral.Todas las listas de las maquinarias políticas tradicionales que tienen el dinero, las conexiones y el control para obtener los votos que necesiten. Es decir, una segunda elección nos va a dejar con los más corruptos como ÚNICA opción. En el caso de las elecciones presidenciales si requeriría el reemplazo de todos los candidatos, pero la realidad es que el dinero necesario para una campana electoral solo lo pueden obtener los grandes gamonales y sus maquinarias así que se reemplazarían los candidatos actuales con otros, posiblemente peores, apoyados por los mismos políticos y la misma corrupción. En cualquier caso la ventaja es clara para las maquinaria que queremos derrotar. El voto en blanco no lo lograría, de hecho existe la posibilidad de que con un triunfo del voto en blanco se saque a los pocos buenos programas y candidatos disponibles, porque generalmente son ellos los que no tienen las maquinarias ni el capital para poner sus campañas al frente de la contienda electoral
La segunda razón es lógica. No tiene sentido pensar que si se anulan las elecciones porque el voto en blanco ha ganado, los buenos están a la espera de que eso pase para lanzarse. Los buenos ya están en la contienda electoral, esperando que de alguna manera el pueblo colombiano por fin ignore esos políticos corruptos que acaparan la atención y sobornan el voto, y tome una decisión más consciente, más libre y sobretodo, más inteligente, al momento de ejercer su derecho democrático. Están esperando que el pueblo no se deje comprar ni manipular con promesas vacías o presiones, y que analice que clase de país quiere y quienes pueden llevar a Colombia a lograr esos objetivos de limpieza en lo público, seguridad y justicia, desarrollo social y económico y fortalecimiento de nuestra democracia. Votando en blanco estamos, con casi absoluta certeza, quitándole la oportunidad a personas comprometidas con un futuro mejor para el país pero sin maquinarias y corrupción de lograr llegar al poder, de la misma manera que lo hacemos cuando votamos por esas mismas maquinarias y por los mismos corruptos de siempre
¿Cuál es entonces la acción correcta? La protesta democrática que verdaderamente puede cambiar el país y mandar ese mensaje claro que no queremos a los mismos, haciendo lo mismo con el país.
Escudriñemos las opciones electorales con lupa, olvidémonos de las encuestas, los noticieros y la publicidad, y analicemos las propuestas de cada candidato, su hoja de vida, su carácter. Y cuando los encontremos, libremente y decididamente apoyemos sus campañas, demostrando que la democracia no se compra con miles de millones en publicidad, con control de los medios, con prebendas y sobornos.
Sería mucho más sorprendente y radical que ese 41% de colombianos que piensa votar en blanco, votara por los buenos, aunque poco conocidos y poco tradicionales. Así le quitaríamos a los de siempre cualquier posibilidad de usurpar nuevamente el poder y le daríamos al mundo una lección de verdadera democracia. El voto en blanco representaría protesta, pero nos dejaría con las peores opciones para el futuro del país. El voto por los que están dispuestos a servirle a la nación y a su democracia sin maquinarias, corrupción y con las ideas y conciencias limpias para el país, es el tipo de “protesta” que Colombia necesita.
La pregunta es entonces… ¿Quiénes son los buenos? ¿Dónde están? Eso lo decidimos cada uno de nosotros, de manera libre e inteligente. Es nuestra responsabilidad como ciudadanos tener la seriedad suficiente para elegir sabiamente, sin compromisos ni coerción, aquellos que nos van a regir en el futuro, hacerlo de otra manera trae consecuencias que todos sabemos y sufrimos. Buenos hay con absoluta certeza, incluso dentro de las mismas maquinarias tradicionales, opacados por los corruptos y los apegados al poder. El éxito de nuestra protesta va a estar en encontrar los buenos y darles el poder y la oportunidad de cambiar la política en Colombia.
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