Dentro de todos los escándalos políticos y de corrupción que enlodecen a nuestra región, hay ciertos casos donde a pesar de todo ello, se hace una buena gestión. Ecuador, con un gobierno que hace un tiempo estaba claramente alineado con la revolución de Chávez, que tuvo en duda hasta su legitimidad debido a sus nexos con la guerrilla Colombiana, y que hoy continua tomando decisiones cuestionables que violan la libertad de prensa y que indican un deseo de perpetuación en el poder, es un caso ejemplar de cuando un mal gobierno puede actuar como uno bueno

Los años de cercanía a Chávez y su revolución quedaron atrás, la cooperación con Colombia en materia de seguridad es más confiable y el presidente Correa se ha alejado del tono combativo, anti-imperialista y agresivo que lo caracterizó en los comienzos de su primer gobierno. Ha mantenido relaciones cordiales y constructivas con los Estados Unidos y Europa, y aunque sigue alineándose con el llamado ALBA, es un reconocido miembro de la llamada nueva izquierda latinoamericana, y su accionar en el ámbito político y de libertades definitivamente lo acerca a Morales, Maduro, Ortega o Kirchner, sus políticas sociales y económicas lo ponen en un grupo similar a Chile o México. Podría decirse que al ver el desmoronamiento de Venezuela abrió los ojos y corrigió el rumbo.

Y sí que lo corrigió. La economía ecuatoriana va bien, y es uno de los países que más redujo la pobreza en la región en la última década. Es modelo de desarrollo sostenible y conservación ambiental en la región y ha invertido más en su infraestructura que sus vecinos, al punto que la diferencia se nota en las carreteras una vez se cruza la frontera con Colombia o con Perú. Ecuador ha sido seleccionado como el mejor destino del mundo para retirarse, volviéndose el sitio preferencial de americanos y europeos en la región, debido a su estabilidad económica y bajo costo de vida, su seguridad, muy buena para lo que se ve en América Latina, y sus ciudades y centros turísticos, todos con la infraestructura necesaria para recibir todos los expatriados que quieren vivir en sus fronteras. El país cuenta con un sistema de salud pública reconocido regionalmente como de buena calidad y centros privados hospitalarios de excelente nivel.

Ecuador tiene grandes retos en el ámbito político y de conservación de su democracia y sus libertades, y el gobierno continua con su intención de perpetuarse en el poder, debilitando las instituciones y creando niveles de incertidumbre que podrían afectar todo ese desarrollo logrado hasta ahora. Con ello para muchos de nosotros el régimen de Correa puede parecer un mal gobierno, pero cuando miramos la transformación económica y social del país, es uno de los buenos, especialmente en un país donde la estabilidad política y la inversión social eran algo poco común.