Para este nuevo año a nuestra región le esperan grandes retos, grandes cambios. Para comenzar el 2016, analicemos brevemente cuales son las 5 grandes historias que en América Latina nos esperan este nuevo año (sin orden específico):

  1. Brasil, su crisis económica y política… y sus Juegos Olímpicos: Brasil se enfrenta a una situación única en la región. Está en lo que podría llamarse su peor momento económico y político en una generación, y de igual manera va a ser el anfitrión de la fiesta deportiva más importante del mundo: los juegos olímpicos de Rio de Janeiro. Estos serán los primeros en suelo Suramericano y los que pretendían ser el toque final de la confirmación de Brasil como una nación líder en el concierto mundial, así como los de Beijing lo fueron para China en el 2008. Dilma y su equipo de gobierno esperan poder alcanzar a inaugurar las justas, si para la fecha continúan en el poder. La crisis ha desatado escándalos de corrupción, inestabilidad económica y cambiaria que poco a poco destruyen los logros, avances sociales y económicos de más de dos décadas.
  2. La culminación del proceso de paz en Colombia: este año es posible que veamos el fin del conflicto de guerrillas más antiguo del continente y uno de los más antiguos del mundo. Si bien la comunidad internacional apoya las negociaciones, cada vez más voces en Colombia se alzan frente a las aparentes concesiones extremas otorgadas a la guerrilla. La convocatoria de un plebiscito para aprobar los acuerdos se ha empañado con la amenaza de la guerrilla de volver a la guerra si no se aprueban los acuerdos tal y como se han negociado. Si bien el fin del conflicto es un gran logro, lo más difícil viene después de la firma y es donde los efectos de un mal acuerdo se sentirán, efectos que podrían descarrilar el progreso y la estabilidad que han hecho de Colombia un ejemplo regional de desarrollo y estabilidad durante la última década
  3. La Asamblea nacional de Venezuela: quizás el reto más grande en la historia de la revolución Bolivariana se va a vivir este año. La asamblea nacional venezolana, en manos de la oposición con mayoría absoluta, ha expresado claramente su objetivo: Derrocar el gobierno de Nicolás Maduro. Los latinoamericanos solo esperamos que ese choque de poderes que se avecina en Venezuela no termine en violencia, o peor aún, en una guerra civil. Las estructuras de poder establecidas por el Chavismo no van a dejar que la oposición termine con su control casi absolutista del Estado y de la nación. Quizás las manos del país estén en manos del poder militar, pues ellos van a ser determinantes en la defensa de la democracia venezolana o del régimen autoritario que hoy gobierna. La oposición debe apegarse a la ley y no echar mano de las mismas herramientas que Maduro ha usado para violar la ley y establecer su dominio en el país.
  4. Argentina y su nuevo gobierno serán noticia de primera plana este año: el país austral ya comenzó a experimentar el desmonte de todas las maquinarias que Cristina y su difunto esposo establecieron para mantener el control político y económico en la Argentina. El presidente Macri tiene un camino muy duro por delante, para restaurar el imperio de la ley, la estabilidad económica y la reputación del país en los mercados internacionales
  5. Finalmente, las elecciones presidenciales en los Estados Unidos: si bien este país no está propiamente en América Latina, los latinos en esta nación son cada vez más importantes y en estas elecciones están llamados a ser quizás el grupo que va a decidir quién llega a la casa blanca. Por ello, Estados Unidos es cada vez más latinoamericano. La carrera por la casa blanca tiene todos los elementos para ser una de las elecciones más importantes de la historia del país y del continente. Brotes de racismo se oyen desde el lado republicano, existe un sentimiento de que la potencia norteamericana se ha debilitado y ya no es capaz de enfrentar y resolver problemas como el terrorismo islámico o la crisis del medio oriente, y más preocupante aun, algunos sectores abogan por el aislamiento y centrarse en los problemas internos, dejando a un lado su papel de líder político y económico mundial. Las ideas y políticas de quien llegue a la Casa Blanca este año tendrán consecuencias profundas para América Latina, para los latinos en los Estados Unidos y para el mundo.

Frente a todo esto, esperemos que la sensatez y los valores que nuestra región debe cultivar y proteger, la libertad, la democracia y la prosperidad, triunfen sobre la demagogia, la violencia y la opresión. Cambios muy positivos han ocurrido y pueden ocurrir con todos estos hechos que mencionamos. Ojalá y así sea, para que este año sea el año de América Latina. ¡Bienvenido el 2016!