Post 1: En algún momento de finales del siglo pasado a alguien se le ocurrió la idea de hacer un programa de realidad, en el que tuviera  varios concursantes  viviendo  en determinado lugar y  con la idea de ganar un premio. Se filmarían las 24 horas del día  y luego se editaría  para presentarlo al público. Dicha edición podría sin duda manipular las características que cada uno de los participantes mostrara para ser usadas en su favor o en su contra. El primer formato exitoso fue El Gran Hermano, llamado así haciendo alusión a lo acontecido en la novela de «1984» escrita por George Orwell. Luego de la acogida de dicho show se empezaron a crear más y más formatos con nombres como Survivor, The Bachelor, Hell´s Kitchen por nombrar algunos.
Lo terrible del asunto fue  que a cada productor en cualquier parte del mundo se le iban ocurriendo más y más ideas, llenando las franjas televisivas de los más variados e inverosímiles temas, que con seguridad  generarían miles de dólares con una baja inversión.  Al principio no me parecían nada malo, al contrario disfrutaba mucho los programas de realidad, pero el asunto se ha vuelto…INSOPORTABLE.
Post 2: Mirando someramente las diversas propuestas de los canales de televisión he encontrado realities que se tratan de: Taxidermistas, en los que  dueños afligidos de mascotas muertas las mandan a embalsamar en medio de alguna historia sensiblera; cupcakes, como si se tratasen de el Bosón de Higgs, he encontrado cuatro programas acerca de quienes elaboran estas «torticas ramo» no aptas para diabéticos contando las más patéticas aventuras de fabricantes y vendedores; el mandamás de las tortas tiene tres versiones diferentes, en las que cada uno es el número uno en la elaboración de  ponqués que nunca terminan comiéndose; cuatro programas con el Chef Ramsey donde se da gusto gritándole como loco a uno participantes que tienen la autoestima en el fondo de una olla; compradores de bodegas embargadas que muestran mesas y platos mientras dicen que cada  uno vale miles de dólares y nunca los venden; casas de empeños, atendidas por unos eruditos en todas las ciencias del mundo, cada uno habla en su libreto  como si fuera el dueño de la verdad absoluta sobre cualquier tema; quince programas de cocina donde cada concursante es el chef más notable del mundo y a los que conocen en las respectivas casas, hacen drama terrible porque se quemó un pastel e inevitablemente me hacen pensar en La Carabina de Ambrosio. Si alguien quiere horarios o está interesado en ver algún show en particular… se le tiene el dato.
Post 3: Es que me faltaron en la lista los programas donde van a cambiar la ropa de  alguien con mal gusto y pretenden convertirla en la modelo del año o en los que exhiben a una pobre señora fea en una vitrina y hacen que la gente le ponga setenta años  para lucir, según ellos cuando termine el programa Diez años menos… si, cómo no.  ¿Y saben qué? Por pura malquerencia voy a ir desglosando cada uno de estos fenómenos televisivos en mis próximos post… a ver quien se apunta.
Post…data: Los del Canal de  Protagonistas se pusieron pilas con toda la información que se estaba filtrando del programa, se dieron cuenta que  algún chistosito estaba contando  quienes eran los amenazados y quienes los eliminados, así que con Sijín a bordo se dedicaron a investigar. ¿será que pueden con la mafia del chisme?