Post 1. ¿Qué harías si te ganas el Baloto? Ha sido una de las más frecuentes preguntas de toda conversación en nuestro país. Ahora con el alboroto en el que nos vemos con la exagerada cifra del premio del Baloto, es bueno recordar que este sueño no es sólo tercermundista. Muchas personas de todos los lugares del mundo le apuestan de dos a cinco dólares a cada boleto, muchas veces dependiendo de la época (como en España, que lo hacen en Navidad) o simplemente por lo llamativo del premio a entregar. Personalmente no conozco a nadie que se haya ganado el Baloto, pero ante las dudas y suspicacias que genera tal cantidad de dinero, hasta yo me quedaría silencioso en caso de ganármelo. Pero como en este blog hablo es de cine y televisión, pues me parece muy apropiado recomendar especialmente dos películas que pueden ver directamente en la web y que se basan en el dichoso día en que alguien se gana un premio así de gordo. El divino Ned (1998) cuenta lo que pasa cuando en un pequeño pueblo irlandés queda el premio de siete millones de libras, las situaciones son hilarantes y con el más fino humor británico se va desarrollando la historia. Una película muy bien actuada y que vale la pena ver. Muy recomendada.
Post 2. En «La lotería del amor» (It Could Happen Tou You) de 1994 se aborda el tema desde una óptica mucho más romántica, donde no sólo se aprende que el dinero no lo es todo en la vida sino que también el mismo puede cambiar mucho la forma de ser de quienes lo adquieren de manera inmediata. Una película entretenida y llena de moralejas, divertida y muy digerible.
Post 3. Me pregunto ¿qué habrá pasado con aquellos ganadores de millones de pesos en los realities de la televisión colombiana? ¿Qué pasaría con la vida de loa ganadores de las Expediciones, de las Islas, del Gran Hermano y de todos aquellos programas que regalaban mucho dinero? Aunque nada comparado con la cantidad del Baloto. Los premios repentinos generan cambios respecto a las expectativas y formas en que vemos el mundo. Mi consejo, para el posible ganador de los cien mil millones, es que, antes que nada, por favor, contrate un buen sicólogo porque en ese momento lo que más debe necesitarse es orientación… ah, ¡y que me llame para conocerlo!