«Lo más razonable que se ha dicho sobre el matrimonio y sobre el celibato es esto:
hagas lo que hagas te arrepentirás.»
Agatha Christie
No puedo juzgarte compañero, ni mucho menos, no soy nadie para hacerlo porque también he fallado en ese aspecto de mi vida. Lo que pasa conmigo es que según mi signo «soy infiel por naturaleza» y pues le achaco la culpa a la astrología; tampoco voy a decirte que  es un error  o que las cosas pasan por algo, pero si te reprocho la pendejada de dejarte pillar. Uno es fiel hasta que se demuestre lo contrario, por eso debe ser que a tantas personas les fascina tener un arrocito en bajo, porque les implica un trabajo mental superior al que harían si no tuvieran  a otra persona involucrada en sus vidas. Pero te aseguro que la emoción y esa adrenalina que produce poner los cachos  tarde o temprano se acaba, mucho más si no se tienen las precauciones al respecto. Ser infiel es un arte, es  un mundo complejo para el que  cada amante furtivo debe crear artilugios y situaciones, no se aprende pero se viene con ese gen desde  la cuna, sólo que como dicen del cáncer, unos lo desarrollan y  otros no. Lo primero que debes preguntarte es ¿Por qué estoy en esta situación?, la respuesta a ello te llevará al momento exacto en el que tu pareja dejó de ser lo más importante en tu vida y le permitiste la entrada a la otra. Un correo, una mirada en la oficina, una recurrente visita a un café, un chat, una sonrisa… todos esos son puntos de inflexión que  te provocaron esa curiosidad  insana por saber si aún eras capaz de generar  pasión en otra.
Luego que pasaste ese punto del interés compartido, tu cerebro se amañó en esa sensación química de placer prohibido y fuiste por más. Ahí va la segunda pregunta ¿Por qué estoy buscando que pase algo?, ahí entrarás a justificarte  de mil y una maneras el cómo te has sentido abandonado, dejado, desplazado por tu compañera, pero la realidad es que  te han desplazado  elementos que también son importantes para ti: el trabajo, los hijos, la hipoteca, la comida, la familia. Son simples justificaciones que hacen que tengas un pajazo mental  en el que tienes la razón al sentirte solito; pero no admites que tú también la has desplazado y que ese trabajo de abandono se hace de a dos. Igual el concepto sigue en furor y ya estás amansado por tu propio ego para lograr lo que quieres de la otra (termino que podría parecer despectivo, pero que sin duda es imprescindible).
Y ahora frotas las manos porque  ya ha pasado lo que tenía que pasar; acá tienes dos universos posibles: te encantó y lo quieres repetir o te molestó y emprendes la huída. Sin embargo en  ambos universos debes  tener claro una cosa y es que ya hay alguien más involucrado en tu infidelidad, que la cosa dejó de ser sólo tuya y que a partir de ese momento esta otra persona  se quedará impregnada en tu vida lo quieras o no. Cuando te gustó, pues  no hay problema para ti en ese momento, porque ansías con repetir la experiencia y mantener el bajo perfil mientras sea posible y quizá no peligroso; pero cuando no te gustó el dolor de cabeza es atormentante porque las mujeres siempre querrán saber el por qué no la volviste a llamar o a invitar y eso se convierte en lo que llamaré un Felpudo Molesto (por lo de un muñequito, no por lo del peluchito que me parece discriminatorio). La lógica del FM es  bastante ilógica, sobre todo si  a ella le gustó la experiencia  contigo, como ya te tuvo te quiere volver a tener y hará lo que sea necesario para hacerlo sin importar razones, desprecios o explicaciones… si te cogió una vez querrá cogerte cuando ella quiera. La presa se vuelve cazadora y ese momento para tu vida será agotador y peligroso. Ante un FM no puedo recomendarte nada que no sea peor  que tenerla en el pin o en el mail, porque puede buscarte en el Facebook y alguna vez montar alguna de las ridículas fotos que se tomaron en a faenita cuando el nivel de alcohol en la sangre era punto dos. Y es que la infidelidad, querido amigo, sobre todo con los Felpudos Molestos, ¡siempre estará asociada a la ingesta de licor!
Te dejó por ahora, pero  en el próximo mail seguiré con lo que pasa  cuando te gustó… ¿Te interesa seguir esta lectura? Puede salvarte la vida… literalmente.