No sé bien en qué momento de la vida se pusieron de moda las trilogías literarias  y cinematográficas, de repente ya todo hacía parte de una de ellas. Recuerdo  que la primera de mi vida en cuanto a los libros fue la de El señor de los anillos de Tolkien, retratando ese universo oscuro e inmenso,  tras el poder otorgado por la preciada joya. En cine la de La guerra de las Galaxias, que después de los años supe que no era una trilogía sino una tercera parte de nueve  en total y que lo que yo conocía como la uno, la dos y la tres eran en realidad la cuarta, la quinta y la sexta (¡auch!). Bueno, a partir de allí empezaron a surgir historias  tan complejas que ya no bastaron los noventa minutos o las trescientas páginas para contarla. Pero no todas las trilogías son perfectas, no todas son exitosas, no todas son inolvidables.

Existen unas pautas ineludibles a la hora de escoger la trilogía perfecta, como las que cumple a cabalidad ‘Antes de’ o ‘Before’ (Antes del amanecer, del atardecer y del anochecer), sin lugar a dudas la mejor de la historia del cine romántico. Todo inicia con el encuentro de los protagonistas  en la película  estrenada en 1995 que de una manera sencilla y sin mayores pretensiones nos adentró en el mundo de estos jovencísimos Ethan Hawke y Julie Delpy y su encuentro furtivo.

Ya de manera más elaborada y madura nos encontramos de nuevo con los amantes de otrora en el 2004 y seguimos siendo cómplices silenciosos de  esta relación entre romántica y moderna, que con diálogos sutiles y efectivos nos adentra en la verdadera dimensión de nuestro papel  en  la construcción del amor y de todo lo que ello implica. Ya en Antes del anochecer, la estrenada en 2013, la relación, el mundo y el amor está en un plano más real, más con los pies sobre la tierra. Seguimos ahí sin duda acompañando a los protagonistas con nuestra silenciosa presencia como si fuéramos esa cámara casi inexistente. El director Richard Linklater da la vuelta a la tuerca y nos damos cuenta que como espectadores también hemos crecido y evolucionado como los  protagonistas, que también hemos sido parte de los recuerdos creados diez y ocho años atrás.  En eso radica la magia de esta trilogía, en que el tiempo ha estado a favor de los realizadores  y la suerte fue grandiosa al permitirles reunirse cada nueve años para hacer el filme. De una belleza única y una impecable escritura “Antes de” es para mí la mejor trilogía de todas.

Curiosamente la misma Julie Delpy protagoniza la segunda parte de otra de las mejores trilogías cinematográficas, la realizada por el director polaco Krzysztof Kieślowski, entre 1993 y 1994 en Francia y llamada Tres colores: Azul, Blanco y Rojo, en las que bellamente trata los temas de la libertad, la igualdad y la fraternidad. Lo mágico de esta trilogía está en su construcción visual y en la interacción, casi una mezcla de escenas y de personajes que no solo son elementos comunes, sino guiños impensables a la unidad que representa la historia.

Sin embargo, no es una historia lineal y complementaria como si lo es la trilogía literaria por excelencia y llevada de manera estupenda a la pantalla protagonizada por Naomi Rapace  que prácticamente se apropió del personaje de Lisbeth Salander. Estoy refiriéndome a MIllenium, la obra de Stieg Larsson que explotó en Suecia en 2005 y tuvo eco en el mundo entero. Sin lugar a dudas la señorita Rapace logra meterse en la piel de la hacker creada por Larssen y se vuelve su personificación ideal. Esta trilogía es antológica, única y sin nada que envidiarle a algunas superproducciones  que de trilogías  ya hastían bastante!

Twitter: @leonardopineda