Lo que la gente más ve en televisión son noticieros, deportes y telenovelas, luego series, programas de realidad, animados y concursos. Pero el amo indiscutible es el campo que tiene que ver con la información, el que nos entrega a diario las noticias y nos mantiene al tanto del acontecer mundial. Canales dedicados única y exclusivamente al desarrollo de los sucesos que abarcan desde la política hasta los deportes y el espectáculo. Todo tiene cabida en el noticiero, precisamente por tratarse de ese archivo comprimido de realidad y actualidad. Nacionales, internacionales, regionales, locales, comunales. Siempre habrá un aspecto para abordar en esos momentos destinados a la información. A muchos no les gusta ver noticias como si con ello fueran a detener las cosas más malas que pasan en el mundo; pero igual, estancarían las mejores cosas que mereceríamos conocer. Pero no podemos tapar el sol con un dedo, es imposible vivir incomunicado y sobre todo es peor vivir desinformado. Ahora bien, que los noticieros son limitados a su política de producción todos lo sabemos, pero el objetivo mientras haya libertad de prensa será el de mostrar de manera objetiva lo que pasa día a día. Voy a lo siguiente, la manera en que cada uno de los canales privados enfoca lo que sucede a diario no debería tener ningún tipo de matiz o filtro. Sea el conflicto interno colombiano, el terremoto de Ecuador o los goles de Messi, todo debería llegar al espectador simplemente como lo que es: una noticia. Pero a esa acción de informar se le ha adherido por naturaleza propia la acción de opinar. Para eso, deben estar los programas así llamados: de opinión. La libertad de prensa debería ser limitada a la noticia y vetar la opinión si esta de alguna manera se considera corrupta o llega a interferir en el ciclo normal de la comunicación.
Sin embargo, estamos tan mercantilizados que cada emisión del noticiero está repleto de referencias comerciales, ni hablar de las secciones consideradas para algunos como de temática “ligera”. Pero a veces se exagera en el uso de patrocinadores, todo se convierte entonces en un comercial más y más grande hasta que un día llegue a tener cualquier producto la fuerzas necesaria para avalar cada una de las noticias con una referencia o un patrocinio. No critico la postura política de cada canal, pero sí me parece que es el colmo que las noticias se filtren hacia Colombia y no hacia la inteligencia venezolana por ejemplo. De esta última no tengo ni las más mínima idea si existe o no, pero es tanta la fuerza de algunos gobiernos que terminan vendiendo la oportunidad de tener un pueblo informado y con las herramientas suficientes para tomar decisiones ante cualquier circunstancia de la vida, apoyados eso sí en una realidad propia e individual. Pero no, los gobiernos siguen tratando de acabar con todo este sistema que permite el razonar, pensar o crear. Nosotros en Colombia tenemos excelentes periodistas, comprometidos y entregados a su acción investigativa, pero muchas veces deben ajustarse a las políticas del medio para el que trabajan. Y eso que tenemos libertad de prensa. Y si eso pasa aquí, ¿se alcanzan a imaginar en otros gobiernos o regímenes, bajo otras circunstancias que rayan hasta la locura de algún líder medio desquiciado? Por ahora felicitar a nuestros medios locales que tienen independencia y hegemonía, que no se dejan influenciar por los grandes jefes, que muestran sin tapujos, que enseñan. Y si alguien ve un ápice de censura en nuestros noticieros o programas de opinión, salga a la defensa de una profesión digna: denuncie, exprese la realidad, no se quede callado por el bien de la humanidad. ¡Denuncie!
@leonardopineda