“Hay un ser humano detrás de cada tweet, blog y correo electrónico.
Recuérdalo. »
Chris Brogan
Por muy duro que sea, no podemos evitar el sentirnos abrumados por los casos de violencia a los que nos enfrentamos día a día. Uno se pregunta qué es lo que lleva a una persona que uno consideraría común, a cometer actos tan viles como los que quitaron la vida de la pequeña Yuliana; peor aún cuando a medida que pasan los días vamos descubriendo nuevos y perturbadores detalles acerca del crimen y vemos cómo se va enredando todo en una maraña de sucesos que se van encadenando al tiempo y nos dejan en un stand by como en el caso Colmenares. Lo más aterrador de todo es que dichos casos parecen sacados de las series de Investigation Discovery, pero se vuelven alarmantemente cercanos a nuestra realidad.
Pienso por ejemplo que el aparente suicidio del vigilante del edificio donde todo sucedió, parece más un ardid ante toda la situación y quién sabe si alguna vez sepamos qué fue lo que realmente pasó; lo que tenemos hasta ahora son unas familias destruidas y pasando por terribles situaciones apoyadas en los actos ilícitos y descabellados de un verdadero psicópata; sumado a ello pues el papel de las redes sociales ha sido escabrosamente preponderante en la información que nos es entregada, tanto que ahora hay una especie de Jueces del Facebook para algunos debido a las opiniones que ha generado tan penoso incidente. Y es que dichos jueces tienen todos los elementos a la mano que se puedan necesitar para armar o desarmar la vida de cualquiera. Yo soy un usuario regular de plataformas como Facebook, Instagram y Twitter, las uso frecuentemente y la verdad de una manera bastante transparente en lo que se refiere a mis opiniones y actividades; no le veo misterio ni finalidades personales porque sinceramente no creo que deba dársele tanta importancia a lo que allí se publique, más allá que aquella información que podemos brindar sin complicaciones. Sin embargo reconozco que la red precisamente se ha convertido en eso: algo que atrapa. De ahí que cuestiones como bullyng, hostigamientos, obsesiones, amenazas y cuanta cosa pueda generar nuestra información a la red se han vuelto casi que un peligro cotidiano. La serie de Fox Life Posteo Mortal que se transmite los lunes en la noche, nos muestra el pertubador choque de realidad al que se han enfrentado víctimas que por un post o un comentario se han convertido en el objetivo de predadores, asesinos, violadores o simplemente acosadores.
Lo peor es que no es algo lejano a nuestra realidad; la gente asume unas actitudes escalofriantes cuando se les rechaza una solicitud de amistad, no se responde a un comentario o simplemente no es de interés lo que la otra persona quiere. Hay que cuidarse en la red, ser más celosos con la privacidad. No aceptar gente en las redes que no se conozca en la vida real, bloquear usuarios desagradables, jamás enviar fotografías y sobre todo, no dejarse engañar por perfiles que nos parezcan atractivos. Algunas claves del programa son por ejemplo:
• Desconfíe de las personas que solamente tienen selfies o fotos sin compañía; muchos crean perfiles falsos para acceder a otras personas y usan fotos de otros.
• No tenga conversaciones subidas de tono por video cámara, ni mucho menos realice actividades con connotación erótica con desconocidos, pues pueden ser grabadas y subidas a internet.
• Controle la lista de amigos de sus niños, supuestamente Facebook por ejemplo no permite el acceso a menores de edad y todos sabemos que eso no se cumple.
La clave está en mantener una barrera de seguridad respecto a lo que se publica, igual no todo mundo es malo, pero como decía mi madre: desconfía y acertarás.
Comentarios y sugerencias: @leonardopineda en Twitter