Muchos son los colores y denominaciones de la radio. Las estaciones
católicas y evangelizadoras se presentan en el dial para comunicar lo suyo.
Quieren alejar a sus oyentes de todo lo que ofenda a Dios. Han pactado
compartir un mensaje de amor que no se rompe y salva. Salva para siempre.
¿Cuál es el papel de estas radios…
cómo enfrentan su programación… quiénes son los productores sonoros del
Evangelio… cuáles son sus géneros y formatos cuándo hablan de
Dios… Cómo se meten en el barrio, la calle… son radios con nuevos
oratorios domésticos… radio fieles, iglesias en el
mundo electrónico con una nueva localización de lo sagrado?… Hablar
de radio es hablar de todas las radios y hoy dedicamos este
Post a las estaciones católicas.
Este escrito,
con todas sus limitaciones, pretende provocar la reflexión al interior de las
emisoras católicas. Hablar con el lector – productor sobre la función que ellas
cumplen dentro de la Iglesia. Discutir y tener desencuentros sobre la práctica
de una radiodifusión evangelizadora. Proponer y buscar criterios éticos,
estéticos y de participación desde un horizonte enriquecido por formatos más cercanos a la comunicación.
Bienvenidos
al libro. A la búsqueda de un perfil y una
ayuda para obispos, sacerdotes, religiosas y laicos que enfrentan el reto
diario de hacer visibles sus ejercicios comunicacionales para cumplir, desde
esa esquina, el mandato de lanzar la red.
En el capítulo
primero el lector se encontrará con la comunicación eclesial. De allí, salta y
se cruza con la especificidad del medio, los nombres de la radio y luego, el
acento cae en el tema de fondo: las emisoras católicas. Los capítulos cinco y
seis hablan de la jerarquía y la capacitación. Después, aparecen las
audiencias, la producción y las muy siempre útiles: Campañas radiofónicas. Temas, los
tres, que causarán posibles desencuentros con el lector y como no siempre se
tiene que estar de acuerdo, una mirada provocadora.
En el capítulo
diez discutiremos sobre transmisiones en directo. Después, una mirada a los
recursos y la sostenibilidad del medio. Revisaremos las jornadas al aire, a
veces, con discursos fúnebres, tristes y prohibitivos… en la esquina
de la cabina escuchamos a un comunicador hablando de una Iglesia viva desde
formatos «muertos». Ya en el cierre se abandona al lector con dos escenas sugerentes: una serie
de propuestas sobre la dinámica de las estaciones aquí estudiadas y algo del
camino recorrido por algunas de ellas.
El lector –
productor, controvierte, se acerca y toma distancia del texto para decir que No
y proponer miradas nuevas. Pero, lo más importante es que se problematice, se
pregunte.
A todos los
amigos y amigas que gozan y padecen necesidades comunes al momento de pasar el
mensaje en los distintos escenarios latinoamericanos, les deseamos un feliz
viaje por el texto. Una actitud crítica y un espíritu de revisión a sus
iniciativas evangelizadoras desde el medio de comunicación que aquí nos ocupa.
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