Muy seguramente todos los hinchas del Real Cartagena esten metidos de lleno en el tema de la posibilidad que tiene el equipo de clasificar a las finales dependiende de otros resultados, para distensionar un poco el ambiente nos permitimos cambiar de tercio y nos complacemos en presentarles a Ustedes a un colaborador DE LUJO, el cual en otras oportunidades nos ha acompañado en nuestro blog de Béisbol PLAYBALL, en donde ha dejado plasmados sus profundos conocimientos sobre la historia de la pelota caliente en nuestro país.

Es un placer para nosotros el tener en este espacio al Maestro RAÚL PORTO CABRALES, Periodista, historiador, investigador, escritor,docente universitario y Miembro de la Academia de Historia de Cartagena, que  nos trae una historia poco conocida del fútbol de nuestra ciudad.

 

 

El día que Di Stéfano jugó en Cartagena

 

Fue un viernes 10 de noviembre de 1950. En plena fiesta novembrina. Una idea genial como muchas que en beneficio del deporte realiza aquel temperamental dirigente y periodista deportivo cartagenero, Ignacio Amador De la Peña, mejor conocido con el seudónimo de Igapé, quien se distinguió a lo largo de su vida por su carácter, capacidad de gestión y disposición para acometer y emprender tareas y retos.

Pero ¿qué se le ocurrió a Igapé? Pues nada menos que traer a jugar a Cartagena al mejor equipo de fútbol del mundo en aquel momento, en el apogeo de su gloria, en una acción de por sí audaz y temeraria, máxime que en aquellos años nuestro balompié no reunía una afición representativa como para respaldar un espectáculo que tenía como protagonista al club de los Millonarios, equipo bogotano que tenía en su nómina a lo más granado del fútbol universal, en ese entonces un onceno de respeto máximo, con cotizadas figuras

Esas eran las ocurrencias de Igapé! «Está loco y chiflado», decían los escépticos; «eso es sólo para llamar la atención» manifestaban sus detractores, que eran muchos. Nadie en la «Heroica» podía imaginarse en lo más mínimo, que Cartagena, una fortaleza que giraba alrededor de lo que ofrecía el béisbol, el toreo y el boxeo, fuera a gravitar sobre el fútbol, un deporte que en esos tiempos carecía de prensa, de apoyo y de defensa. Quienes Iuchaban por su supervivencia se consideraban unos acróbatas.

En la pelota chica, la temporada profesional había culminado tres meses antes con la victoria por tercera vez consecutiva de la novena local «Indios»; en el pugilismo, se desarrollaba cada cada ocho días una cartelera de tipo internacional con base a la presencia de los boxeadores chilenos Jorge Álvarez, Marino Castro, Oscar Onofri y Rubén Herrera; en la tauromaquia, los aficionados se habían deleitado a principios de aquel año viendo a la máxima figura del toreo mundial, Luis Miguel Dominguín.

El plan de «Igapé» de traer a Millonarios a Cartagena era algo que tenía él desde hacía mucho rato entre ceja y ceja. Como equipo campeón del torneo profesional de 1949, el dirigente deportivo empezó a soñar en aquella posibilidad que sonaba a fantasía y a quimera. Las burlas de los indiferentes hacia el proyecto no se dejaron esperar. ¿Cómo se le ocurría a «Igapé» una idea tan descabellada de contratar a la nómina futbolera más çostosa del planeta y traerla a este remanso ignorante de fútbol?

¿Quién pagaría la presencia del «Ballet Azul» en la «Heroica»? Amador De la Peña no claudicó ni se amilanó, ese no era su estilo y le propuso al Alcalde del momento, el periodista Rafael Escallón Villa, director del matutino Diario de la Costa, de corte conservador, la alocada idea. El burgomaestre, para sorpresa de todos, le dio el aval garantizándole que el municipio se responsabilizaba del costo de la atención del equipo, en lo concerniente a hotel, alimentación y transporte interno. El primer peldaño estaba salvado. La tarea tenía que proseguir.

Entonces Amador enfiló su batería sobre el objetivo final y se dirigió al máximo jerarca de Millonarios, Alfonso Senior Quevedo, su amigo de años mozos y le planteó la traída a Cartagena de los albicelestes, la cual a éste le sonó curiosa. Después de muchas vueltas, Senior cayó en las redes de «Igapé» y, lo único que quedó pendiente, fue ponerse de acuerdo con la fecha, siendo la condición que tenía que ser una vez finalizado el campeonato regular y antes que los jugadores salieran a vacaciones.

El asunto se arregló más fácil de lo que se esperaba y con ello el dirigente cartagenero confiaba dar un golpe de opinión y a la vez demostrarle a sus enemigos, que su propuesta tenía eco. No sobraron aquellos que hicieron mutis por el foro y, con ello, dar a entenderle a la población que la presencia de los Millonarios jamás se iba a cumplir. Posición perversa para buscar el fracaso.

En Cartagena no había escenario para jugar al fútbol y la gente se preguntaba en dónde «Igapé» iba a consumar su locura. Pues ni corto ni perezoso se dirigió a Carlos Pareja Navarro, el «Chito», administrador del estadio de béisbol «Once de Noviembre». ¿Cómo se atrevía Amador a profanar la gramilla del templo beisbolero con un partido de fútbol? La reacción de sus críticos fue apabullante. El Diario de la Costa bramaba y el programa radial Aquí los Deportes de Meporto rugía. Eso no se lo perdonaban.

Pero el terco dirigente siguió adelante y se programó para las fiestas novembrinas la presentación de Millonarios, habida cuenta que días antes se presentarían en Barranquilla frente al equipo Junior. Fue un gesto singular de cortesía y atención de parte del señor Senior quien decidió no cobrar un solo peso por la exhibición de su equipo, a cambio que el ingre so de los aficionados al estadio fuera a bajos precios, con el fin de pagar los gastos de organización. Encima de eso, el desplazamiento del onceno bogotano a la «Heroica» desde «Curramba» fue por cuenta de su directiva. Todo estaba servido.

La embajada «más cara del mundo» viajó vía aérea el día 8 de noviembre a la ciudad de Barranquilla y en la noche enfrentaron a la escuadra «tiburona». Mientras tanto se iniciaban las carnestolendas de Cartagena. Al día siguiente tomaron un bus y se dirigieron a Cartagena por la incómoda carretera de la «Cordialidad», a la cual llegaron en horas de la noche, hospedándose en el hotel «Virrey», pleno Centro de la ciudad, esquina de las calles de las Carretas y Vicente García. Nadie se percató de su presencia. Todo un acontecimiento, no sólo deportivo sino social, pasaba desapercibido por la terquedad y la falta de visión de aquellos que manejaban la información. La prensa egoísta y malintencionada no hizo despliegue alguno.

Junto con la constelación de estrellas que vinieron en aquella ocasión integrando al club bogotano, utilizando el mismo medio de transporte se desplazó un combinado barranquillero contratado para servirle de rival, formado en su gran mayoría por jugadores del equipo Libertad, un onceno creado por Roberto Sper con miras a participar en el año 1951 en el torneo rentado. Sería esta su segunda salida.

Era el primer encuentro en Cartagena que enfrentaba a dos equipos de fútbol profesional. Días antes, el 24 de septiembre, del mismo año, en la cancha de la Base Naval se había visto al Atlético Bucaramanga ganarle tres goles a cero a la Selección Bolívar. Sólo mencionar que en Millonarios estaría alineado la «Saeta Rubia», como sé conocía al goleador argentino Alfredo Di Stéfano, valía la pena pagar la boleta, cuyos precios eran de dos pesos en sombra y un peso en sol.

 Llegó el día l0 de noviembre y, desde temprana hora, se observó un inusitado movimiento alrededor de la Heladería Americana. ubicada detrás de la Catedral en la calle del Arzobispado, todo porque en aquel lugar era donde se expendía la boletería. Mientras eso sucedía. »Igapé» y José Manuel Zapata, su compañero de confianza en todas sus locuras, organizaban el terreno de juego. Bajar la loma de lanzar, ubicar los arcos y marcar el terreno, fueron las tareas emprendidas.

En las Escuelas Salesianas, se fabricaron las porterías para el magno acontecimiento futbolero. «Una se colocó donde está el plato y la otra en lo profundo del jardín central», nos comentó en una ocasión la mano derecha de Amador. «Lo que no permitió el «Chito» Pareja fue que marcáramos el terreno con cal, porque después quedaba pintado. Solicitó entonces que utilizáramos arena dulce, y así se hizo», recordaba Zapata.

Millonarios se vino con toda su corte celestial encabezada por los mejores jugadores del mundo en aquel momento, como lo eran los argentinos Alfredo Di Stéfano, Adolfo Pedernera, Julio Cozzi y Néstor Rossi, un cuarteto de miedo. Con ellos estaban sus compatriotas Carlos Aldabe, Tomás Aves, Pedro Cubillón, Ángel Otero, Oscar Corzo, Alcides Aguilera y Alfredo Castillo; los peruanos Ismael Soria y Alfredo Mosquera; los uruguayos Raúl Pino, Rubén Rocha y Víctor Latuada; el brasilero Danilo Mourman y el colombiano Francisco «Cobo» Zuluaga.

Desde la una de la tarda había muchísima gente agolpada frente a las puertas de acceso de la mole de cemento del «Once de Noviembre», muchos de ellos disfrazados con capuchones y lanzando buscapiés para animar el ambiente. Era una multitud asfixiante que formaban colas gigantescas que parecían querer, como enorme serpiente, envolver la estructura. Todo el mundo sudaba y jadeaba bajo el sol canicular. Se refrescaban cuando llegaba el frescor de una brisa cargada de salitre, proveniente de la ciénaga de la Virgen. Pero todo eso se justificaba ante la ilusión de ver en su plenitud a Alfredo Di Stéfano. Los sinsabores, pisotones, estrujones y molestias, hacían parte del ritual.

La modesta nómina barranquillera no despertaba curiosidad alguna. En ella no existían estrellas. Vino bajo la dirección del rumano Negrescu, técnico de Junior y, la componían Humberto Picalúa, Lucas Martínez, Humberto Arbeláez, Octavio «Tolimita» Ruiz, Teófilo Marriaga, «Chino» Luz, Eusebio Cantillo, Diofanor Muñoz, Heleno Gutiérrez, Carlos Marriaga, Dagoberto Ojeda, Humberto «Tucho» Ortiz, Julio Andrade, Juan Escorcia, Jaime Herrera, Conde Piquete, Escolar, Nieto, Quiroz y Ayure. Era un onceno de «puros criollos».

A las 3 y 30 de la tarde, la clientela llenaba las tribunas con entusiasmo. Se escuchó el sonido de un pito. Era el árbitro Alfonso De la Rosa, vestido todo de negro, llamando a los equipos Millonarios y Libertad. En una preliminar, como para calentar los ánimos, habían jugado el Deportivo Magangué y la Universidad de Cartagena. A última hora De la Rosa había reemplazado en la dirección del histórico partido a José Manuel Zapata, debido a que no estaba en condiciones de hacerlo, «ya que padecía de un terrible guayabo», según sus palabras.

Por el dogout de la derecha emergió la nómina bogotana, por el de la izquierda el onceno barranquillero, mientras que por el sistema de altavoces brotaban las alineaciones. Millonarios tuvo en el pórtico a Cozzi; defensas Pini y Mourman; medios Aves, Rossi y Aldabe; delanteros Aguilera, Latuada, Di Stéfano, Pedernera y Mosquera. El combinado «ñero» salió con Ojeda en el arco; Picalúa y Cantillo en la defensiva; Escorcia, Muñoz y Luz en la línea media y, Ayure, Ruiz, Gutiérrez, Andrade y Nieto en la ofensiva. Era la época en que se jugaba el sistema 2–3 –5.

Todas las miradas se concentraron en la melena rubia que mecía el viento del argentino Di Stéfano, çentro delantero y número 9 en la espalda. Él y Pedernera hicieron las delicias del público. Los que asistieron aquella tarde fueron testigos de ver el dominio de balón, la gambeta precisa y el pase efectivo. A pesar de jugar a media máquina, fue una exhibición maravillosa, en la que desde la espectacular actuación del fenomenal arquero Julio Cozzi, denominado el «Arquero del Siglo XX», con su manera singular de colocarse bajo el pórtico; pasando por el gran cabeceador y un muro en la defensa como Raúl Pini; la maestría de Néstor Rossi con el manejo del balón y la seguridad con que hacía las jugadas; y la rapidez ofensiva de Pedernera y Di Stéfano, quienes siempre creaban peligrosas incursiones que inquietaban el arco de Ojeda. Esa era la columna vertebral del elenco azul.

El equipo barranquillero se convirtió en un espectador más, viendo embobados jugar a esa clase futbolística que Cartagena se daba el lujo de tener en su seno bajo un sol luminoso que nunca quiso perderse del espectáculo. Di Stéfano se sobró con su innata habilidad para desbordar la extrema defensa contraria con su derroche de entusiasmo, valía y clase, rubricando su brillante accionar en todos los sectores del campo.

 Y los goles llegaron en sus botines, para redondear su actuación y dejar demostrado quién era el patrón. Dos dianas impecables, perfectas, coreadas por el público entusiasta, en las que la defensa barranquillera fue desbordada fácilmente por la filigrana que tejían desde atrás los «millonarios», era una especial dinámica.

Cuando el árbitro dio por concluido el partido, después de los 90 minutos de juego, el público premió a Di Stéfano con una ovación. Esa muchedumbre salió satisfecha y feliz porque había visto a quien se perfilaba como el «Rey del fútbol», en una tarde inolvidable, con magia en sus guayos y que hacía del fútbol un arte: Alfredo Di Stéfano Laulhe, quien en 294 partidos que jugó con Millonarios, concretó 267 goles.

«Igapé» no cabía en su anatomía, su sonrisa de oreja a oreja lo decía todo, mientras que sus enemigos rumiaban su desespero e incapacidad.

Así pasó Alfredo Di Stéfano por Cartagena. Se van a cumplir 60 años, gracias a la terquedad de un dirigente deportivo que se propuso contra víento y marea, hacer algo que parecía imposible. Hoy, ese recuerdo se convierte en historia.

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DATOS HISTORICOS DE CÚCUTA DEPORTIVO/ REAL CARTAGENA

Por ROBERTO BENITEZ GARCIA

Agosto 6 de 2006

CÚCUTA DEPORTIVO 1/ REAL CARTAGENA 1

ALINEACIONES

CÚCUTA DEPORTIVO Robinson Zapata; Breiner García, Pedro Portocarrero, Walter Moreno y Joe Luis Raguá; Nelson Flórez, Lin Carlos Henry, Rodrigo Saraz y Roberto Bobadilla; Jarin Asprilla y Blas Pérez. CAMBIOS: Macnelly Torres por Jarin Asprilla y Yesid Trujillo por Roberto Bobadilla. GOL: Lin Carlos Henry. DT: Jorge Luis Pinto.

REAL CARTAGENA Didier Muñoz; Pedro Tavima, Harold Macías, Juan Pablo Tobon y Reynaldo Alegría; John Cano, Diego Córdoba, Luis Iriarte y José Nájera; Luis Sillero y Gabriel Fernández. CAMBIOS: Frank Pacheco por José Nájera. DT: Julio Comesaña.

Octubre 31 de 2007

 CÚCUTA DEPORTIVO 1/ REAL CARTAGENA 0

ALINEACIONES

CÚCUTA DEPÒRTIVO Leandro Castellanos; Elvis Rivas, Julián Hurtado, Walter Moreno y Elvis González; Nelson Flórez, Dumar Rueda, Macnelly Torres y David Córdoba; Diego Cabrera y Lionard Pajoy. CAMBIOS: Víctor Cortes por David Córdoba, Charles Castro por Nelson Flórez y Roberto Bobadilla por Macnelly Torres. GOL: Diego Cabrera. DT: Jorge Luis Bernal.

REAL CARTAGENA Fabián Carabalí; Alex Anaya, John Hurtado, Antonio Baldiris y Reynaldo Alegría; Fabián Díaz, David Yepes, Marcos Canchila y José Nájera; Carlos Renteria y Luis Sillero. CAMBIOS: Oscar Castillo por José Nájera, Hubert Carabalí por David Yepes y Mauricio Arroyo por Fabián Díaz. DT: Hernán Darío Herrera.

Abril 19 de 2009

CÚCUTA DEPORTIVO 2/ REAL CARTAGENA 0

ALINEACIONES

CÚCUTA DEPORTIVO Leandro Castellanos; Víctor Tarazona, Pedro Portocarrero, Roberto Peñaloza y Elvis González; Charles Castro, Luis Narváez, José Rodrigo Castillo y Edinson Pinzón; Mauricio Chalar y Roberto Gamarra. CAMBIOS: Freddy Hurtado por Víctor Tarazona, Cesar Arias por Mauricio Chalar y Lin Carlos Henry por José Castillo. GOLES: Roberto Gamarra y Cesar Arias. DT: Jorge Luis Pinto.

REAL CARTAGENA Luis Delgado; Alexander Anaya, Rafael Márquez, Rafael Pérez y Reynaldo Alegría; Luis Sierra, Hernando Patiño, Luis Iriarte, Emerson Chamorro y Osvaldo Salgado; Edward Jiménez. CAMBIOS: José Nájera por Osvaldo salgado, Oscar Santos por Luis Iriarte y Oscar castillo por Reynaldo Alegría. DT: Hubert Bodhert.

RESUMEN

EQUIPOS                   PJ PG PE PP GF GC GD PTS %

Cúcuta Deportivo        3    2   1    0   4    1    3       7 78

REAL CARTAGENA    3    0    1   2    1   -3   -2      1 10

 

MI OPINIÓN DEL CÚCUTA DEPORTIVO 2010-1

Por ROBERTO BENITEZ GARCIA

Luego de llegar a la cúspide en el año que logró su regreso a la Primera «A» del FPC, el equipo motilón poco a poco se ha ido desvaneciendo hasta el punto de estar prácticamente a las puertas de un nuevo descenso.- ¿Qué ha pasado?, ¿Por qué?, ¿Qué falló?… Sería conveniente que cada uno de los lectores intentara responder éstos interrogantes, y como beneficio de sacar provecho de experiencias ajenas se capitalicen los errores, con el objeto de no cometerlos nuevamente…

Para ilustrarlos un poco de la situación me permito hacerles un breve recuento de la campaña cucuteña desde que regresó a la Primera «A».

• En el año 2006 cuando regresó a la Primera «A» el equipo dirigido por el profesor Jorge Luis Pinto, realizó una sorprendente campaña en el Torneo Apertura, en donde clasificó a los cuadrangulares semifinales obteniendo en todo el torneo 47 puntos, en 24 partidos jugados (65.3% de rendimiento).

• En el mismo año para el Torneo Finalización el profesor Pinto corona su labor, y le da el titulo de Campeón de Colombia al cuadro de la frontera, dejándolo además clasificado para disputar la Copa Libertadores de América; en éste torneo el equipo disputó 26 partidos en donde obtuvo nuevamente 47 puntos (60.3% de rendimiento).- Producto de tan extraordinaria labor el profesor Jorge Luis Pinto fue nombrado prácticamente de manera unánime director técnico de nuestra selección Colombia, y tuvo que dejar por éste motivo las toldas del Cúcuta Deportivo. • Para el año 2007 en reemplazo del profesor Pinto fue nombrado para el cargo el profesor Jorge Luis Bernal, quién venía de coronar el título de subcampeón a su equipo Deportes Tolima, precisamente en partidos disputados ante el Cúcuta Deportivo.- Al profesor Bernal le correspondió el doble compromiso de enfrentar el Torneo Apertura y la Copa Libertadores de América con los siguientes resultados: En el Torneo Apertura clasificó el equipo a los cuadrangulares semifinales obteniendo 42 puntos en 24 partidos disputados (58.3% de rendimiento), y en la Copa Libertadores ubicó al Cúcuta entre los cuatro finalistas, claudicando en su plan de estar en la gran final de éste torneo cuando fue presionado a jugar en condiciones adversas ante el Boca Junior argentino, en su estadio «La Bombonera».

• Para el Torneo Finalización del año 2007, Bernal nuevamente clasifica el equipo a los cuadrangulares semifinales, y en 24 partidos logra 37 puntos (51.4% de rendimiento); adicionalmente clasifica para la Copa Libertadores de América de año 2008.

• En el año 2008 el profesor Jorge Luis Bernal antes de iniciar el Torneo Apertura, renuncia al cargo como protesta ante las decisiones dirigenciales de desarmarle el equipo.- El equipo es entregado entonces al profesor Pedro Sarmiento, que en su última etapa como DT no le fue bien dirigiendo al Independiente Santa Fe; al profesor Sarmiento le corresponde enfrentar el doble compromiso del Torneo Apertura y la Copa Libertadores de América, de éste último torneo es apeado en octavos de final, y del Torneo Apertura tampoco logra la clasificación a semifinales en el que en 18 partidos alcanza solo 25 puntos (46.3% de rendimiento).

• Para el Torneo Finalización del año 2008 el profesor Sarmiento es cesado del cargo luego de conseguir solo 4 puntos en 6 partidos (22.2% de rendimiento), y en su reemplazo es nombrado el maestro Aníbal «Maño» Ruiz, quien con una propuesta totalmente diferente a la que practicaba el profesor Sarmiento, no logra enderezar el camino para el Cúcuta y en su gestión solo alcanza 11 puntos en 12 partidos disputados (30.6% de rendimiento).- En total en éste torneo el cuadro motilón logra 15 puntos en 18 partidos (27.8% de rendimiento), el resultado más flojo desde su regreso a la Primera «A».

• En el año 2009 regresa al cargo de DT el profesor Jorge Luis Pinto, luego de un desafortunado paso por nuestra selección, en el que no se logra adaptar a la dirección como seleccionador y guía de otro tipo de profesionales futbolistas, que se resisten a su manejo.- Ya en el Cúcuta nuevamente logra meter en los cuadrangulares semifinales a su equipo en una campaña en que en 24 partidos logra 37 puntos (51.4% de rendimiento).

• Para el torneo Finalización del año 2009 decae abruptamente el equipo, y en 18 partidos alcanza solo 18 puntos (33.3% de rendimiento), resultado que es aprovechado por la dirigencia para separar del cargo al profesor Pinto.

• Para el presente año 2010, la dirigencia del Cúcuta nombra en la dirección técnica al profesor Néstor Otero y con él llegan al conjunto motilón 19 jugadores, luego de que despiden a 23 de una nómina de 38, que representan una variación de nómina del 60.5%.- El profesor Otero no logra obtener los mejores resultados en el inicio del torneo, en medio de una situación en el que la tabla del descenso apremia, y producto de ésta situación es separado del cargo con 10 puntos en 11 fechas (33.3% de rendimiento).- Para reemplazar al profesor Otero llega a la dirección técnica el ex jugador del club Juan Carlos Díaz, quien sin muchos pergaminos se hace cargo al equipo y hoy en 6 partidos solo ha conseguido 7 puntos (38,9% de rendimiento).

Cúcuta Deportivo se ubica en el puesto 14 de la tabla general de posiciones, con 17 partidos jugados, 4 ganados, 5 empatado y 8 partidos perdidos; 12 goles a favor y 21 en contra, diferencia en contra de (-9); que les representan 17 puntos de 51 posibles.- Su media de rendimiento es de 33.3%.- En la tabla del descenso es penúltimo con 103 puntos.

Para éste torneo Cúcuta Deportivo presentó las siguientes modificaciones:

SALIERON: Wilson Albornoz, Leyner Asprilla, Diego Armando Basto, Jean Carlos Blanco, Luis Felipe Cardoza, Víctor Castillo, Charles Castro, Juan Carlos Escobar, Roberto Gamarra, Lin Carlos Henry, Freddy Hurtado, Julián Hurtado, Luis Narváez, José Harrison Otalvaro, Lionard Pajoy, Andrés Peláez, Roberto Peñaloza, Brayan Reyes, Nilson Ríos, Leonardo Rojano, Rodrigo Sevillano, Víctor Tarazona y Luis Alfredo Yánez.

LLEGARON: Carlos Báez, Jorge Bolaño, Williams Bolaños, José Luis Bueno, Diego Cabrera, Germán Caicedo, Wilson Carpintero, Jhonathan Chacón, Diego Cochas, Edward Cuellar, Diego Espinel, Jarold Herrera, Camilo Marrugo, Orlando Niebles, Hernando Patiño, Diego Peralta, Jamell Ramos, Yamilson Rivera y Mauricio Rodallega. El promedio de edad del plantel sube de 24.7 a 25.7 años.

 He aquí una breve reseña de sus más habituales jugadores titulares.

Leandro Castellanos: A sus 26 años muestra la capacidad y madurez de un arquero de primer nivel, sin duda una de las fortalezas del equipo motilón.

Diego Peralta: Joven central eficiente en su labor.

 Pedro Portocarrero: La voz de la experiencia en la zaga cucuteña.

Carlos Báez: Central paraguayo muy práctico en su juego.

Jamell Ramos: Marcador derecho que no ha tenido mucha suerte para establecerse plenamente en un solo equipo, cuando no son las lesiones, son los técnicos los que lo desplazan, pero lo tengo como un buen jugador desde que apareció en aquella selección con Reinaldo Rueda.

Elvis González: Buen marcador y lateral izquierdo que se ha mantenido por muchos años en la titular del Cúcuta.

Jorge Bolaño: Le ha costado adaptarse nuevamente al FPC, luego de estar por largo tiempo en el futbol de Italia, pero poco a poco encuentra su nivel.

Hernando Patiño: Su aporte siempre será importante en cualquier equipo.

Diego Cochas: Crea y desequilibra en su función de conductor del equipo.

Wilson Carpintero: Peligro permanente para las defensas rivales.

Diego Cabrera: Delantero potente y oportunista.

Cesar Augusto Arias: Hábil con el balón en los pies, rápido y contundente frente al arco rival. .