La fuerte brisa que sopló en la ciudad de Cartagena parecía como si se quisiera llevar todo este circo de la heroica, el fenómeno climático que azotó con fuerza se llevó hasta los dummies publicitarios pero debió llevarse a la cantidad de paquetes que supuestamente se encuentran representando la ciudad de Cartagena en el rentado nacional.
Ayer la afición acompañó a pesar de las adversidades del clima y al ambiente pesimista que giraba en torno al equipo y a sus directivas. la fiesta que se vivió en las tribunas de Sur era de no creer, los jóvenes miembros de la Barra Rebelión Auriverde, saltaron y entonaron sus cánticos bajo la inclemencia del vendaval que se sentía fuertemente al interior del Jaime Morón y mientras el corazón de los hinchas latía lleno de efervescencia, esperanza y fe, en el camerino el corazón de los jugadores parecía un tempano de hielo, inmutable, indolente ante el sufrimiento de una afición y así mismo se comportaron en la cancha.
No les importó que había un ofrecimiento de 20 millones de pesos por ganarle a su inmediato rival Cúcuta Deportivo, no les importó la confianza que el técnico depositaba en ellos para lograr el que era quizás el más importante partido del Real Cartagena en este campeonato, no les importó que su hinchada les reclamara compromiso y entrega.
Parecía que estos jugadores tuvieran un solo objetivo en mente, su única misión era demostrar de una vez por todas que se quería ir lo más pronto posible a la categoría a la que la mayoría de ellos tenía la convicción de pertenecer, a la categoría B y ojalá más abajo.
Muchos de estos señores desean con ansias jugar en los sabrosos torneos empresariales, donde no hay exigencias, donde no hay compromiso y donde hay cervezas y arepas de huevos a tutiplén, donde no existen retos y en donde igual si ganas o pierdes los triunfos y derrotas se comentan alrededor de unas exquisitas frías.
A la final estos tipos no tienen la culpa, la culpa la tienen los que los trajeron, la culpa la tienen los que los recomendaron como cómplices de la estafa protagonizada por ellos, la culpa la tienen los técnicos que avalaron su llegada y sobre todo la culpa la tienen los ineptos que estamparon su rúbrica en los infames contratos que desafortunadamente los ligaron a los destinos del Real Cartagena.
Ayer los vientos no fueron los mejores y los grandes nubarrones que se extendieron por los cielos cartageneros terminaron con una lluvia de lagrimas en los ojos de la doliente afición pero a lo mejor eso es lo que se merecen todos los que rodean al Real Cartagena, los directivos por mediocres e ineptos, los técnicos por verseros e incapaces, los jugadores por «pecho fríos» y paquetones, los periodistas por lambones y sobachaquetas y los aficionados por sumisos y conformistas.
La B cada día se observa más cercana y parece que las fuertes brisas del domingo se estuvieran llevando las agradables tardes y noches del fútbol profesional de la A para volvernos a traer POR CUARTA VEZ, las hueseras del mediocre fútbol de la categoría B.
Este lio no empezó este año. Esto comenzó tan pronto subimos a la ‘A’. En parte la afición tiene culpa en ello, aunque sin lugar a dudas el gran culpable de este descalabro deportivo/dirigencial es Rodrigo Rendón Jr. Pero analicemos donde pecamos los hinchas y como Rendón aprovecho la coyuntura para tratar de ahorrar dinero y de paso poner más en sus bolsillos.
*
Todos empezamos con el asunto de los ‘pura sangre’, de los del patio, el equipo de solo Cartageneros, etc. Nos creímos el cuento, creo que hubo una hipnosis general y todos contribuimos de una u otra forma a ello. Claro Rodrigo Rendón no pudo estar más de plácemes. Eso significaba traer menos jugadores de afuera. Nosotros le dimos cuerda y él se aprovecho. Analizando fríamente el asunto, la falla estuvo desde un principio en dejar a Boderth como técnico principal sin tener experiencia en la dirección técnica de un equipo en la categoría ‘A’. El tenía que haberse quedado pero como asistente de un estratega con más experiencia para luego tenerlo en cuenta como técnico principal. El otro problema fue el de tratar de jugar con tantos pelaos del patio, que si bien tenían talento, no se podía pignorar la suerte del equipo en tan jóvenes jugadores y de paso comprometer puntos que hoy en día nos pesa no tener. Tenemos varios ejemplos en el Cali, Nacional, el Tolima, etc. Esos equipos sacan mucho pelaos de la cantera pero no ponen a jugar 7 u 8 al mismo tiempo. Ellos tienen un equipo base de jugadores experimentados y van subiendo a los pelaos de acuerdo a la necesidad. Pero no tantos al mismo tiempo. Ahora estamos recogiendo los frutos de semejante primiparada.
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Quizás todo está pasando para bien. No sé si los patrocinadores privados y del gobierno sigan en la ‘B’ con Rendón Jr. Tal vez se vea forzado a dejar la ficha y venderla a otros directivos o hacer la venta que tanto han dicho que harían de las acciones – que en verdad esa figura ya está a disposición de los que quieran comprarlas – pero quien va a meter un peso por un equipo dirigido por Rendón Jr.? Creo que nadie, y es por ello que ha resultado un fiasco total la venta de acciones y por ende la posibilidad de tomar el control del equipo por parte de los hinchas, quienes sin lugar a dudas se las ingeniarían para conseguir un gerente administrativo y uno deportivo que saquen al equipo adelante. Quizás este descenso casi que seguro sea lo que necesitamos para deshacernos de una vez por todas de los Rendón.
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Si eso no sucede en un futuro cercano (que Rendón venda), lo mejor es empezar a buscar otra solución si queremos futbol de primera en Cartagena. He leído muchos pedidos para traer al Chico, pero el nombre de Bolívar Chico es lo que no me convence, no suena a Cartagenero. Quizás un Atlético Cartagena suene más y el solo hecho de tener la palabra ‘Cartagena’ en el nombre atraería muchos hinchas de la ciudad. Siendo así, con el Real en la ‘B’ y con el posible ‘Atlético Cartagena’ en la ‘A’ con buenos resultados, a la vuelta de 5 años muy pocos se acordaran del desastre directivo de los Rendón con el Real. Este último párrafo es solo un deseo como Cartagenero para no quedarnos sin futbol profesional y de paso darle paso a un dirigente con los pies en la tierra como lo es Eduardo Pimentel.
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Este lio no empezó este año. Esto comenzó tan pronto subimos a la ‘A’. En parte la afición tiene culpa en ello, aunque sin lugar a dudas el gran culpable de este descalabro deportivo/dirigencial es Rodrigo Rendón Jr. Pero analicemos donde pecamos los hinchas y como Rendón aprovecho la coyuntura para tratar de ahorrar dinero y de paso poner más en sus bolsillos.
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Todos empezamos con el asunto de los ‘pura sangre’, de los del patio, el equipo de solo Cartageneros, etc. Nos creímos el cuento, creo que hubo una hipnosis general y todos contribuimos de una u otra forma a ello. Claro Rodrigo Rendón no pudo estar más de plácemes. Eso significaba traer menos jugadores de afuera. Nosotros le dimos cuerda y él se aprovecho. Analizando fríamente el asunto, la falla estuvo desde un principio en dejar a Boderth como técnico principal sin tener experiencia en la dirección técnica de un equipo en la categoría ‘A’. El tenía que haberse quedado pero como asistente de un estratega con más experiencia para luego tenerlo en cuenta como técnico principal. El otro problema fue el de tratar de jugar con tantos pelaos del patio, que si bien tenían talento, no se podía pignorar la suerte del equipo en tan jóvenes jugadores y de paso comprometer puntos que hoy en día nos pesa no tener. Tenemos varios ejemplos en el Cali, Nacional, el Tolima, etc. Esos equipos sacan mucho pelaos de la cantera pero no ponen a jugar 7 u 8 al mismo tiempo. Ellos tienen un equipo base de jugadores experimentados y van subiendo a los pelaos de acuerdo a la necesidad. Pero no tantos al mismo tiempo. Ahora estamos recogiendo los frutos de semejante primiparada.
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Quizás todo está pasando para bien. No sé si los patrocinadores privados y del gobierno sigan en la ‘B’ con Rendón Jr. Tal vez se vea forzado a dejar la ficha y venderla a otros directivos o hacer la venta que tanto han dicho que harían de las acciones – que en verdad esa figura ya está a disposición de los que quieran comprarlas – pero quien va a meter un peso por un equipo dirigido por Rendón Jr.? Creo que nadie, y es por ello que ha resultado un fiasco total la venta de acciones y por ende la posibilidad de tomar el control del equipo por parte de los hinchas, quienes sin lugar a dudas se las ingeniarían para conseguir un gerente administrativo y uno deportivo que saquen al equipo adelante. Quizás este descenso casi que seguro sea lo que necesitamos para deshacernos de una vez por todas de los Rendón.
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Si eso no sucede en un futuro cercano (que Rendón venda), lo mejor es empezar a buscar otra solución si queremos futbol de primera en Cartagena. He leído muchos pedidos para traer al Chico, pero el nombre de Bolívar Chico es lo que no me convence, no suena a Cartagenero. Quizás un Atlético Cartagena suene más y el solo hecho de tener la palabra ‘Cartagena’ en el nombre atraería muchos hinchas de la ciudad. Siendo así, con el Real en la ‘B’ y con el posible ‘Atlético Cartagena’ en la ‘A’ con buenos resultados, a la vuelta de 5 años muy pocos se acordaran del desastre directivo de los Rendón con el Real. Este último párrafo es solo un deseo como Cartagenero para no quedarnos sin futbol profesional y de paso darle paso a un dirigente con los pies en la tierra como lo es Eduardo Pimentel.
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Lo que el viento se llevó fue la esperanza. El titular del periódico El Universal lo dice todo: Real Cartagena compró tiquete pa’ la B. El partido se perdió desde el vámonos. Hasta ahora nadie se explica como jugando de local y ante la inmensa necesidad de ganar, el técnico Boderth ubica solo un hombre en punta. El resultado, un jugador solo ante el mundo. Y aunque a principios del primer tiempo se venía venir el gol del Real, sucedió lo inesperado, un apagón que además de dejar a oscuras el estadio también dejó sin luces al Real, porque luego de que viniera la luz el equipo que vimos fue uno totalmente diferente. La clave? La experiencia, Quintabani es un zorro viejo, aprovechó ese tiempo y se llevó el equipo al camerino y al regreso vimos a un Cúcuta ordenado y concentrado en su juego. Que hicieron los jugadores del Real? se quedaron mamando gallo en el terreno de juego y el técnico parece que se dedicó fue a «rascarse las pelotas». Para mi, esa fue la clave, se confiaron que en ese momento dominaban el partido y lo creían fácil y los partidos hay que jugarlos 90 minutos. Creo que la gente ya no vuelve al estadio y de seguro veremos en el próximo partido a un Junior jugando de local con el papayaso de las boletas regaladas.
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