Son muchos quienes están hablando del final de un ciclo expansivo en la economía mundial, más allá de los eventos de coyuntura como puede ser esta guerra comercial entre USA y China que aún tiene varios capítulos más por delante. La etapa que vivimos durante el año 2018 fue principalmente marcada por un alza progresiva de tasas de la tesorería americana que terminó en una nueva alza de 25bps en el mes de diciembre. En un mercado americano pujante con niveles de desempleo en bajos históricos y mercados de capitales que se beneficiaron por muchísimos años de esta bonanza pareció ser un remedio lógico a los temores sobre presiones inflacionarias que amenazan una economía con posibilidades de sobre calentamiento.
Lo cierto (y más evidencia aporta) es una economía mundial en desaceleración, que ha tenido a la segunda economía mundial como centro de este fenómeno. Claro, las sobretasas arancelarias impuestas por el gobierno de Trump si han tenido un efecto en el gigante asiático y claramente un acuerdo (de la clase que sea) tendrá finalmente un efecto en volúmenes vendidos a USA.
El sentimiento de mercado es “bearish” o bajista, lo cual significa que los agentes económicos están más bien en una posición vendedora mientras no ocurran eventos que permitan cambiar las perspectivas generales de la economía. En economía, las perspectivas modifican la realidad y la realidad reafirma las posiciones de los inversionistas. Lo que hoy se necesita es entender que va a hacer cambiar el estado actual de las cosas para que opere una nueva dinámica.
Existe bastante evidencia para concluir que estamos en el medio de un ajuste y que este no ha terminado aún. Estamos viviendo un ciclo bajista que probablemente se seguirá alimentando de noticias económicas más bien negativas en el plano internacional y continuará evolucionando en el mismo sentido.
Si bien Colombia es un mercado más bien cerrado toda vez que las exportaciones sólo representan un 12% del PIB, si podrá verse contagiado de menores precios internacionales del petróleo y de otros commodities exportados. La TRM seguirá siendo una de las variables más relevantes a seguir dado que, con bajas importantes en el precio del petróleo, una nueva alza de tasas americana si tendrá efectos relevantes en la cotización del peso.
En mercados globalizados, el comportamiento de acciones seguirá el desempeño de los mercados mundiales, sin embargo mayores alzas en tasas americanas podrían cambiar la matriz de riesgo-retorno en favor de invertir en riesgo americano, con lo que si se seguirían afectando los retornos en acciones colombianas. Una baja en la calificación internacional de Colombia tendría el mismo efecto.
Yo soy de los que comparto la tesis de que la economía mundial se encuentra en una etapa tardía del ciclo expansivo. Debemos estar atentos a las noticias económicas que se vengan en los próximos meses que serán cruciales para validar un cambio de tendencia.
Por lo pronto, yo al menos sigo lamentablemente bearish.