En diversos foros, seminarios y discusiones entre colegas, uno se encuentra con una queja bastante común: el poco apoyo de las instituciones financieras a sus clientes ante situaciones financieramente difíciles. Dichos como el que los bancos “te dan la sombrilla cuando sale el sol y te la quitan cuando llueve” son bastante clarificadores para entender de qué se trata ésta queja tan recurrente.
Lo cierto es que las instituciones financieras son entidades con fines de lucro que persiguen rentabilidades para sus accionistas. Trabajan con plata prestada de terceros y por tanto están fuertemente reguladas por la Superintendencia Financiera. Entonces el hecho de prestar nuevos recursos a empresas o personas que están con problemas de pago resulte en la mayoría de los casos en realizar una pérdida adicional debido a sus modelos de provisiones de cartera (aspecto normativo) y por tanto no vean factible realizar este nuevo préstamo tal de proteger los intereses de sus accionistas (aspecto societario).
Esta es una restricción muy relevante para las empresas que viven un problema financiero, dado que recursos nuevos muchas veces pueden solucionar un problema puntual con otro acreedor o pueden dar el oxígeno que la empresa necesita para continuar operando. Esta limitante de liquidez muchas veces determina que la situación de liquidez continúe empeorando, lleguen embargos, problemas de despachos con proveedores y los socios decidan iniciar un proceso de protección concursal o Ley 1116.
¿Qué hacer ante una situación financieramente compleja, cuya solución pasa por obtener nuevos recursos?
Si bien cada caso es particular, creo que una metodología simple a seguir en estos casos es la siguiente:
- Pida ayuda externa. Mientras mayor haya sido el nivel de involucramiento personal o de su equipo en el problema que le aqueja, mayores dificultades tendrá en reconocerlos. La ayuda de un profesional externo sin ningún tipo de “attachment” con la situación vivida, es tremendamente útil para objetivizar los temas de fondo y ayudarlo en la implementación del Plan de Salvamento.
- Diagnostique con detalle suficiente el (los) problemas que le aquejan. Siempre en estas situaciones es necesario entender con un grado de detalle extra-fino cuales son las situaciones que lo han llevado a la situación de iliquidez en que se encuentra.
- Estructure un Plan de Salvamento (o Turnaround Plan). En esta etapa, debe diseñar un plan que incorpore una solución definitiva a todos los problemas que fue capaz de definir en la etapa anterior.
- Defina una propuesta viable para acreedores. En la mayoría de los casos es necesario una propuesta de reestructuración de acreencias y/o solicitar nuevos recursos. Asegure que el plan que propone sea económica y normativamente viable para ellos. En este punto la ayuda de un experto, le será de mucha utilidad.
- Implemente el plan anterior. La implementación de un Plan de Salvamento puede ser extremadamente compleja en función de número de acreedores, estructura de acreencias y visiones de la realidad. La implementación de un acuerdo normalmente es un proceso iterativo, que consume una gran cantidad de tiempo y esfuerzo. Si este es el caso, nuevamente la ayuda de un experto externo será muy necesaria.
- Tenga un Plan B. En caso que lo anterior no vaya bien, tenga un Plan B.
Todo en la vida tiene solución, excepto la muerte.