Por: Reynaldo Espinosa, Presidente Ejecutivo de Concordia Investments
Un negocio es como un hijo. Requiere de cariño, atención y cuidado. Al igual que sus retoños, los negocios crecen y eventualmente se transforman en corporaciones muy exitosas, con cientos de empleados y utilidades millonarias. Aunque la gran posibilidad es que el negocio que usted maneja no corra con la suerte de una gran multinacional y, por el contrario, forme parte de las miles de pequeñas y medianas empresas que hacen parte de este hermoso país.
Pasan los años y de pronto usted, que maneja el negocio, siente que es momento de pasar un poco más de tiempo con la familia o, simplemente, desea gastar los últimos años de su vida disfrutando de la tranquilidad de su casa o conociendo el mundo. Tarde o temprano ocurrirá este llamado de la naturaleza y entonces tendrá que tomar decisiones muy importantes respecto de que hacer con su negocio.
Un negocio pequeño es un negocio administrado por usted, el dueño. Nada de vicepresidentes financieros, de recursos humanos y de ventas. Usted es el alma de la compañía, el animador de la fiesta y el cantante también. Todo pasa por sus manos y, por regla general, usted es el responsable de los éxitos y fracasos de su empresa.
Cuando usted toma la decisión de retirarse de la empresa, entonces se hará evidente que no es fácil encontrar un comprador. ¿Por qué?
Por la sencilla razón que el negocio es usted, y si se retira ¿quién se hará cargo? Si el negocio tenía algún valor era con usted dentro de la empresa y ahora que no está entonces ¿qué valor tiene? Este es un gran tema de discusión.
Muchos académicos opinan que un negocio vale por los excedentes que es capaz de generar, por tanto vale lo que el management (o la administración) es capaz de lograr. Empresas bien administradas valen más que empresas mal administradas.
¿Entonces cuál es el valor de su empresa PyME sin usted?
Sencillamente, lo que se obtenga de liquidar los activos y pagar los pasivos, o bien lo que valdría su compañía en liquidación. Lamentablemente no son muchos quienes están dispuestos a pagar por una compañía que, con bastante probabilidad, se termine liquidando de todas maneras. Los inversionistas están buscando fuentes de efectivo operacionales (del negocio) y no se interesan mayormente en invertir para recuperar su plata por la vía de una liquidación.
Entonces, si decide contratar un gerente externo que esté dispuesto en administrar su negocio, tendrá que pagarle una remuneración. Como su negocio es pequeño no habrá mayores excedentes que repartir después de pagado el sueldo del gerente. Pareciera que la opción de liquidar el negocio sigue siendo la mejor opción en este caso.
La solución está en el plan de sucesión y en la búsqueda de sinergias con empresas similares
En cualquier negocio que usted inicie, debe tener totalmente identificado quien lo va a reemplazar cuando usted no esté. Si usted no tuviese contratado a este personaje, le sugiero que lo haga lo antes posible. Puede ser que su reemplazo sea aún un diamante en bruto, entonces, preocúpese por entrenarlo y capacitarlo para que en unos años pueda tomar las riendas y usted pueda continuar con una nueva etapa en su vida. (Ver: Sucesión empresarial: un asunto de vida o muerte)
Si logra dar continuidad a la administración de su negocio, entonces podrá sentirse más tranquilo y esperar que la buena gestión del mismo se transforme en mejores resultados y mayores dividendos. Usted seguirá asistiendo a la junta de accionistas una vez al mes para asegurar que todo va caminando.
Otra posibilidad es vender o fusionar su negocio con algún competidor. La compra de un negocio similar tiene ventajas muy relevantes tanto en costos como en la administración del negocio, que ahora pasa a manos de otro experto como usted. Si no le pagan por las acciones de su empresa, entonces al menos obtendrá un canje por acciones de la empresa compradora o nueva empresa fusionada.
Planificación, planificación, planificación…
Poner en marcha una estrategia de sucesión puede tomar muchos años dependiendo de quien sea su reemplazo. Como mencionamos anteriormente si aun no tiene identificado a su sucesor, contrátelo a la brevedad.
Si su decisión es vender el negocio, contrate a una banca de inversión que lo ayude a encontrar una empresa similar que conozca en detalle el negocio en el que está su empresa. En empresas pequeñas o medianas, este proceso puede tomar bastantes tiempo, por lo que es importante que se inicie lo antes posible.