Las frías y tempestuosas aguas del Canal de Beagle, al sur del continente, se han transformado en un gran cementerio de embarcaciones. El Canal del Beagle conecta el océano atlántico con el pacífico, Chile con Argentina. Como cualquier canal tiene sus secretos para navegarlo exitosamente y así evitar estrellar la embarcación en rocas imperceptibles al ojo del capitán o evitar encallar en zonas de baja marea.

Quien tiene la misión de guiar la embarcación exitosamente por todo el recorrido del Canal del Beagle es un práctico de canales, normalmente un excomandante con una larga y demostrada experiencia como piloto de embarcaciones de gran envergadura.

Una buena parte de los prácticos de canales son marinos retirados de la Armada, que han superado hace un tiempo los 50 años de edad y están en condiciones físicas y mentales para montarse en una gran embarcación en movimiento y asumir las riendas – por las horas que dure el trayecto – de un barco que no han conocido previamente ni en fotos.

Creo que ya no hay dudas que estamos viviendo una crisis económica mundial. Hay bastante consenso hoy entre economistas que será una de las duras que nos toque vivir en tiempos modernos y que su recuperación tardará más tiempo que la última crisis financiera del año 2008, dado el fuerte impacto que es estima tendrá en empleo y en producción.

Navegar una crisis empresarial es similar a la experiencia de navegar el Canal del Beagle. Requiere más que nunca de las competencias de quienes han navegado exitosamente estas tormentosas aguas y de las canas de quienes tomaron posiciones de liderazgo en el pasado y supieron que hacer con el timón de la compañía. Requiere también de la experiencia de aquellos que lamentablemente no pudieron sortear la tormenta exitosamente y terminaron con una compañía liquidada o bajo protección concursal.

Es que el gobierno corporativo y la administración de empresas se estructuran para hacer crecer el negocio y hacerlo rentable. En tiempos normales como en tiempos de bonanza, buscamos al líder que permita a la empresa adquirir una mayor cuota de mercado, abra nuevas líneas de productos, logre expandir el negocio regionalmente y compre operaciones en otros países que permita a la empresa transformarse en una multinacional. Más inversiones, más ventas, más utilidades y mayor rentabilidad.

En cambio, en medio de una crisis económica de proporciones el principal objetivo corporativo es sobrevivir.

Necesitamos ser capaces de adaptar nuestra organización, nuestro gobierno corporativo, nuestro estilo de liderazgo para navegar en “modo sobrevivencia” por el tiempo que pueda tomar esta crisis económica. Para ello es necesario solicitar ayuda de externos cuando la empresa no tenga dentro de sus filas las competencias que aseguren una exitosa adaptación a los nuevos tiempos y de esta forma puedan sortear esta tormenta económica.

En esta época son más que nunca bienvenidas las canas y la experiencia en el manejo de situaciones de crisis. Los que realmente saben son quienes han vivido la experiencia en carne propia y han sabido timonear un barco en aguas turbulentas en el pasado. Ellos tienen la medicina que permitirá sanar al enfermo.

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