Quienes estamos en el mundo de las finanzas, hemos observado con gran preocupación cómo los inversionistas profesionales han adoptado una posición defensiva ante un escenario económico altamente incierto para los próximos meses. Al menos ha sido la tónica en países como Colombia, Chile y Perú, todos gobernados hoy por coaliciones de izquierda que prometen reformas en diversos sectores de la economía, tan importantes como pensiones, salud, minería, agricultura y energía, por mencionar algunos. A lo anterior, se suman sendas reformas tributarias (Chile y Colombia) y constitucionales (Chile) que han despertado la preocupación de múltiples agentes económicos.

Anunciar un cambio, es muy diferente a anunciar una reforma, y anunciar una reforma es muy diferente a implementar una reforma. Los espacios que median entre el anuncio y la implementación sin duda tomarán muchos meses, sino años. En los egoistas cálculos electorales paga el anuncio, no necesariamente de que trate esta reforma y de sus efectos en la economía y en el sentir de los inversionistas.

Lamentablemente estamos aún (con algunas contadas excepciones) en fase de anuncios de cambio. Esto genera un sentimiento de gran incertidumbre al momento de evaluar nuevos proyectos. Las nuevas inversiones en clínicas privadas y consultorios médicos no se van a realizar hasta que los inversionistas puedan sentirse relativamente seguros que se puede lograr una rentabilidad adecuada para el capital. Las nuevas inversiones en minería seguramente están esperando que se despejen interrogantes respecto de exigencias ambientales y se definan la nueva estructura de royalties en minería (caso chileno). Los capitales en energía serán puestas en el congelador hasta conocer el nuevo modelo de precios (Colombia), etc.

Con semejantes anuncios de cambio, muchísimos inversionistas locales han buscado refugio en monedas como el USD, o el Euro y en jurisdicciones que les entreguen seguridades que hoy no están encontrando en nuestros países. Muchos inversionistas extranjeros, están esperando que se definan estas reformas para volver a evaluar nuevas inversiones en nuestros países.

La distancia entre el anuncio y la ejecución de una reforma puede significar ahuyentar tremendos flujos de capital mientras se clarifican todos los aspectos relativos al nuevo modelo y esto sí tendrá un impacto importantísimo en empleo, crecimiento y tipos de cambio.

Si se puede pedir algo a nuestros gobernantes es que pasen del anuncio a la reforma. Que presenten en detalle qué es lo que proponen, que significa para aquellos que ya realizaron sus inversiones y que efectos tiene para aquellas que están en evaluación.

Por favor señores gobernantes, pasemos del cacareo a la acción, de lo contrario todos pagaremos gravemente las consecuencias.