Imagen 1.  Tomada Pixabay.

En el 2011, nos contaba Frank: saben, en general, los seres humanos vamos adquiriendo hábitos y rutinas.  En mi caso, arreglarme para salir a trabajar es una rutina bien establecida y hasta chistosa.  Cada mañana, luego de un refrescante baño (eso sí con agua caliente), al ponerme las medias me siento como uno de los Súper Amigos: atlético, inteligente, sagaz, esbelto, atractivo, dispuesto “a luchar por la Justicia”, jajaja.

No, de verdad, al ponerme las medias me siento como un Súper amigo, subo los calcetines, los entallo en mis pantorrillas y quedo tal cual.  ¿Han visto que las botas de Súperman y compañía son parecidas a unas medias?  Ese tipo de botas son perfectas.  Qué hay más cómodo que unas medias.  O qué tal Batman con unas botas vaqueras, o Aquaman con unas botas de constructor de las que tienen acero en las puntas, o la Mujer Maravilla con unas botas pantaneras.  ¿Qué les parece?  Todas éstas son botas muy bacanas, pero son inapropiadas para la Liga de la Justicia ¿o no?  No hay nada como esas “botas” tipo medias.

Imagen 2.  Súper héroes. Collage tomado de Pixabay

Pero siguiendo con mi cuento, me siento lleno de energía ante un nuevo día, recién bañado, fresco, con los ánimos arriba y con mis Súper Botas.  Me miro al espejo.

Eh qué pasó — vuelvo a mirarme.

Ve ¿y esas ojeras?  Esas ojeras siguen ahí, creciendo me acerco más al espejo.

…Ah, claro, son porque mi pequeño hijo me hace trasnochar, pues me levanto varias veces en la madrugada…

¡Qué cuento chino! el niño ya tiene más de dos años, él duerme derecho toda la noche, ya no se despierta ¿Y entonces?

—Coge las gafas y fíjate bien — Te fregaste, para poder verte bien en el espejo tienes que ponerte los anteojos, tú que nunca los usaste.  Ahora,  súmale dos: las ojeras y las gafas jijiji.

Me veo en el espejo detenidamente y empiezo a notar las “patas de gallina”, los surcos de las arrugas son más profundos, cada vez escasea más el pelo; las canas empiezan a alborotarse, se camuflan entre los pocos mechones rubios que quedan, aparecen también en las cejas.  Asimismo, crece la papada, el pecho se te cayó al estomago…

Si apenas en los noventa oíamos a Ana y Jaime cantar “La Treintañez”  ¡Hace solo diez años!  Qué curioso, no sé si a ustedes les pasa, pero parece que me quedé en el 2000.  Yo escucho por ejemplo “en el año 92” y lo resto del año 2000, así son solo 8 años.  Me dicen 1980 entonces son 20 años.  Claro, son muchos más ¡estamos en pleno 2011! siempre borro los años que van después del 2000 ¡qué bonito!

Con razón cuando me encuentro con un amigo o un conocido que hace días no me ve, se queda mirándome con cara de incredulidad, de duda, como pensando:

—¿Este es, o no es Frank? 

O se dirá:

—¿Cómo es que se llama este? lo tengo en la punta de la lengua ¿Si será? el que recuerdo era más delgado, quizás con bigote…  — Vuelve a mirarme, rebobina, se fija bien.

Me imagino que algunas damas pensarán:

Ay, cómo se envejeció Frank.   Eso fue de un momento a otro — O se lo dirá en tono bajo a su amiga, dándole un leve codacito, al mejor estilo de Tola y Maruja.

Y algún caballero expresará, un poco más crudo —Huy, cómo se acabó este pendejo.  Eso es que está enfermo, seguro que sí.

Qué risa. El tiempo va pasando, a veces nos preocupamos por los años mozos y queremos seguir siendo como éramos antes. Tener la experiencia y madurez de los cuarenta y pico, pero la figura de los veinticinco ¡Eso sería lo ideal! ¿Verdad?

¿Y ahora, y entonces? Pues, “Tómala suave, tómala suave. Relax”.  Como dice la canción: “Don’t worry, be happy”.  Hay que aplicar lo que dice uno de esos mensajes que llegan por internet:

“Elimina de tu vida los números que no son esenciales.  Esto incluye edad, peso y estatura, deja que tu médico se preocupe por ellos ¡para eso le pagas!”.

Buena expresión ¿no?

Entonces para qué preocuparnos, Don’t worry, be happy’.  Definitivamente el mejor hábito que podemos tener es rodearnos de gente positiva, alegre, responsable y que se siente joven, naturalmente: gente como tú.  Todo eso se contagia y te hace la vida más divertida, más fácil.

Bueno, entre tanto me pondré mis medias, mejor dicho, mis Súper Botas y seguiré “Luchando por la justicia”.  Que tengan un buen día   ¡Y mucho juicio!

FIN.

 

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