Como aquí nada pintaba bien, me hice un barquito amarillo con todas las cartas imaginarias que un día te escribí, y una tarde de Domingo dejé todo atrás y me fuí a navegar por el Pacífico. De pacífico sólo tenía el nombre, porque me sacudió hasta los metatarsos y me hizo vomitar finalmente las últimas mariposas que me quedaban en la panza, las tenía ahí desde aquella vez que te vi por primera vez, con la carita pálida y tu pelito para cualquier lado. Pobrecitas, cuando salieron estaban furiosas, me hicieron mala cara y me gritaron !vieja loca!.
En medio de la confusión y el mareo me ví indefensa, tonta y sin sentido. Me pregunté por qué carajos me había mandado semejante osadía, quería estar mejor en mi casita, y sentir solo la adrenalina que produce pensar que perdí las llaves de casa en la oficina o alguna discoteca.
La cosa es que ya estaba en este baile y volver atrás no era una opción, entonces tocó aprender a navegar en estas aguas turbias, temperamentales, hormonales y odiosas. No lo hice bien ni una sola vez al principio, como ya te podrás imaginar y perdí la cuenta de las veces que me quise rendir, boté los remos y mande al carajo a la vida, al mar y a tu mamá.
Pero otras veces también me lo tomé con tanta gracia que me reí sin parar por horas.
¿Qué más te puedo contar?, !ah sí!, que ya navego tan bien que hasta me manejo intuitivamente, casi nunca mando al carajo al mar, confieso que ahora le tengo mucho respeto porque entiendo sus movidas, que curiosamente son las misma movidas que me pasan adentro; a tu mamá la sigo mandando al carajo de vez en cuando.
No tengo prisa, perdí la noción del tiempo y estoy empezando a creer que tengo superpoderes, como ves, la vida ha sido buena conmigo todo el tiempo. ya avisté tierra un par de veces, pero para serte honesta no siento que sea tiempo de poner los pies en la tierra todavía, es que a veces siento que me falta camino por navegar, ¿Me entiendes ?.
Te cuento que hoy el cielo está extraño, creo que se viene otra tormenta, ¡qué emoción! ¡Hacía semanas que no pasaba nada interesante por aquí! ¿Viste cómo he cambiado?!, pensarás que estoy loca también, pero es que sentir que puedo con esta tormenta también y levantar el puño derecho como símbolo de victoria al final de cada batalla es revigorante. !Que se vengan las olas que sean!, que estoy hecha para encararlas con garra.
En fin, sigo navegandome como ya puedes ver, y la jordana ahora está siendo tan, pero tan íntima, que tengo que decirte que esta es la última carta imaginaria que te escribo, no te lo tomes a mal, pero es que ayer después de cagarme una gaviota en la cabeza pensé en ti y en la cagada que es que no hayas leído ninguna de estas cartas y que sigas por la vida como si nada.
Entonces no siendo más y luego de contarte mis últimas osadías te suelto aquí, en alta mar, con la panza libre de mariposas y prometiendo que nunca más alguna carta en tu nombre me voy a imaginar.