Los millennials, también conocidos como miembros de la generación Y, son aquellos que nacieron entre 1978 y 1997. Por ello, han sido testigos, tanto en primera persona como a través de las experiencias de sus padres y familiares, de la crisis económica que acabamos de superar y de todos los acontecimientos relacionados con ella. De hecho, este es el motivo por el que, a la hora de pedir créditos personales, tienen un comportamiento bastante diferente al de los componentes de generaciones predecesoras.

Sin embargo, ¿se debe esto a un aprendizaje de los errores ajenos o, por el contrario, a la adquisición de unas prioridades diferentes? Aquí vamos a tratar de descubrirlo explicando qué usos dan los millennials a los créditos que solicitan.

La generación con la mejor formación de la historia en temas financieros

Es difícil engañar a un millennial en materia financiera. Esto se debe, principalmente, a que muestran una desconfianza absoluta hacia los asesores de banca. Además, han adquirido sus conocimientos sobre la materia en investigaciones propias a través de Internet. Esto, unido a la experiencia vivida y al mayor grado de formación que poseen los miembros de esta generación, hace que sean especialmente cautelosos a la hora de solicitar préstamos personales.

Por su parte, aprovechan al máximo las utilidades de la tecnología. En este sentido, resulta difícil encontrar a alguien que no utilice ya una aplicación bancaria o financiera con el propósito de organizarse económicamente. De hecho, debido a la facilidad de acceso a las cuentas online, suelen tener una para el día a día y otra en la que ahorrar y pagar sus facturas. Generalmente, apartan el dinero que desean en el mismo momento en el que cobran sus nóminas.

Por lo tanto, a pesar de la creencia general de que se trata de una generación despreocupada y que no se preocupa especialmente del futuro, lo cierto es que resultan mucho más ordenados y meticulosos que sus predecesores.

¿Para qué usan los millennials los créditos que solicitan?

Puede parecer sorprendente, pero los usos que los millennials dan a los créditos que piden no suelen diferir demasiado dividiendo a los miembros de esta generación en rangos de edad. Esto puede entenderse desde la perspectiva de que, al haber sido jóvenes que han tardado más tiempo en obtener un empleo, no han satisfecho lo suficientemente sus necesidades vitales en su debido momento. O, también, que tienen muy en cuenta ciertos errores de la generación X y de la del Baby Boom.

En este sentido, tanto aquellos que tienen entre 21 y 30 años como quienes poseen entre 30 y 40 años, el primer motivo por el que piden un préstamo es para comprar una moto. Esto se debe, fundamentalmente, a que valoran especialmente la agilidad que proporcionan estos vehículos de dos ruedas al no tener que sufrir tantos atascos, a su precio más bajo y a su menor consumo de combustible.

En segundo lugar aparece la opción de hacer un viaje. Queda claro que, para los millennials, conocer el mundo y disfrutar es una prioridad, por lo que no dudan en endeudarse un poco para vivir experiencias diferentes. Finalmente, ya en tercer lugar, sí es posible diferenciar entre ambos dos rangos. Mientras los más jóvenes solicitan préstamos para comprar un coche, los más mayores lo hacen para acometer una reparación. Sin duda, un dato que resulta bastante curioso.

Puede parecer increíble, pero entre estos primeros puestos no aparece la opción de pedir un préstamo para comprar una vivienda. Esto se debe, fundamentalmente, a que los millennials prefieren, a la hora de emanciparse, vivir de alquiler al ser propietarios. Y es que, aunque tengan que pagar un poco más mensualmente, pueden olvidarse de las responsabilidades que supone tener que hacer frente a los impuestos, a las averías, a la compra de mobiliario, etc.

También hay que decir, llegados a este punto, que el 12,7 % de los millennials reconoce haber financiado, al menos una vez en su vida, un teléfono móvil. Esto deja ver a las claras la importancia que para ellos tiene estar conectados en todo momento y disfrutar de los últimos adelantos en materia de tecnología.

¿Cuáles son las fórmulas preferidas de los millenials a la hora de pedir un crédito?

Un reciente estudio elaborado por la compañía MonedoNow ha revelado que, actualmente, el 37 % de las personas que solicitan un crédito rápido a través de Internet posee entre 30 y 39 años, es decir, pertenecen a la segunda fase de la generación Y que anteriormente comentamos.

Puede parecer paradójico, teniendo en cuenta el desapego que sienten los millennials hacia los asesores financieros y bancarios, que apuesten por esta opción ya que, a priori, presentan intereses más altos que pagar. Sin embargo, ellos valoran más las virtudes de este tipo de productos que los miembros de otras generaciones.

En primer lugar, pueden gestionarlo ellos mismos a través de Internet sin necesidad de ninguna intermediación. Además, debido a la pequeña cuantía que suponen estos préstamos, no tienen la percepción de estar comprometiéndose a largo plazo con ninguna entidad. Por su parte, valoran especialmente la claridad con la que se especifican las condiciones a las que quedan sujetas estos créditos y la inmediatez de su concesión.

La siguiente opción más valorada por los millennials pasa por utilizar el crédito disponible en sus tarjetas de crédito, algo que resulta curioso también teniendo en cuenta que la mayoría prefiere las de débito. Sin embargo, consideran que el funcionamiento de estas es parecido al de los créditos personales online ya que pueden gastar una pequeña cantidad que, generalmente, no sobrepasa de los 1000 € y, posteriormente, abonarla al mes siguiente cuando cobre la nómina o pactar una serie de cuotas que se ajusten a sus posibilidades.

Finalmente, la tercera opción pasa por negociar directamente con la empresa vendedora de un producto o servicio que desean contratar. Debido a que tienen un mayor conocimiento en la materia, no dudan en ser ellos mismos los que exijan unas determinadas condiciones sin necesidad de recurrir a una financiera. Esto es especialmente palpable a la hora de comprar un coche o una motocicleta.

Una generación que no teme a los créditos… pero que los usa de forma diferente

Tras todo lo comentado en este artículo, queda claro que los millennials no tienen ningún miedo de recurrir a la fórmula del préstamo personal. Sin embargo, no lo utilizan de la misma forma que sus predecesores, es decir, los miembros de la generación X y de la generación del Baby Boom. Además, valoran, de forma especialmente positiva, los compromisos a corto plazo y en base a cantidades poco elevadas, lo que les permite gozar de una mayor flexibilidad económica.

En definitiva, los millennials han adquirido una serie de conocimientos financieros que han logrado que, hoy en día, la profesión de asesor financiero esté menos demandada que nunca y, además, que no necesiten establecimientos físicos cuando quieren pedir un préstamo. De hecho, la proliferación de aplicaciones móviles de banca y la desaparición de establecimientos de las principales entidades no se debe solo a una reducción de costes, sino a los gustos de una generación que ha aprendido a gestionarlo todo por sí misma.