Hay una serie de averías relacionadas con la fontanería que nos pasan a menudo. Por ejemplo, si alguno de nuestros grifos gotea o si se nos atasca el lavabo. Es un engorro tener que llamar a un fontanero cada vez que alguna de estas cosas ocurre, ya que es probablemente que suceda varias veces al mes, incluso. Afortunadamente, las averías más comunes suelen ser muy sencillas de solucionar, por lo que puedes hacerlo tú mismo sin necesidad de contratar a un fontanero y, sobre todo, sin necesidad de quedarte a dos velas contratándolo.

No me cabe duda de que en algún momento de tu vida has tenido que lidiar con una cisterna que no funciona, o con una ducha eterna porque el agua con cuentagotas, o con un grifo que no deja de gotear y ya no sabes qué hacer para acabar con esa tortura. Estas son algunas de las averías que suelen darse más asiduamente en nuestras casas, y el origen de estos problemas suele ser bastante fácil de solucionar.

Si tienes un mínimo de conocimiento de fontanería, sabrás perfectamente cómo desatascar tu lavabo, pero si no, tal vez te viene bien saber cómo resolver averías sencillas sin tener que coger el teléfono y esperar a que alguien te lo solucione por un ojo de la cara. Cuando te enteres de lo sencillo que resulta arreglar estos pequeños detalles, no querrás volver a contratar a un fontanero a no ser que sea extremadamente necesario.

Evidentemente, estas averías son comunes y no es necesario ser un experto en el tema para arreglarlas. Sin embargo, si se trata de una avería más grave, o si sencillamente prefieres confiárselo a otra persona, no dudes en ponerte en contacto con un experto para que asesore y se encargue de que todo vuelva a la normalidad con la mayor profesionalidad posible.

Averías que puedes solucionar con tus propias manos

Seguro que más de una de las averías de esta lista te suena, y seguro que has visto a un fontanero arreglarlas pensando que tú no serías capaz de hacer algo así. Estas son algunas de las averías que puedes solucionar por tu propia cuenta y riesgo sin dificultad ninguna.

Desagüe atascado. Este tipo de atascos suelen darse en el fregadero de la cocina, ya que es donde más se acumulan restos de comida. Según nos dicen desde FontanerosBilbao.net, si el sifón de la cocina es desmontable, basta con desmontarlo y acceder fácilmente al atasco para poder solucionarlo. Ahora bien, si no es desmontable tendrás que conseguir uno nuevo.

Si se ha caído un anillo por el desagüe del lavabo. Lo primero que tienes que hacer es cerrar el grifo. Coloca un cubo bajo la tubería del desagüe y retira unos tornillos para quitar el codo de esa tubería. Una vez lo apartes encontrarás un compartimento en el que se van quedando los residuos que van filtrándose, y no tendrás problemas en recuperar tu anillo. Luego solo hay que volver a montarlo.

Una tubería reventada. Empieza cerrando la llave de paso para no inundar tu casa. Este tipo de averías suceden porque la junta se ha roto, por lo que único que tienes que hacer es desmontarla, conseguir otra del mismo diámetro y volver a montarla tal y como estaba.

Grifos que gotean. De nuevo, lo primero, cerrar la llave. Después, solo tienes que quitar el embellecedor del grifo y localizar la junta que se ha deteriorado, ya que es la causa más común de que los grifos goteen. Sustitúyela por una que esté en perfectas condiciones y vuelve a montar el grifo.

Filtro obstruido. Si al abrir el grifo, el agua sale en todas direcciones y acabas empapado, lo más probable es que el filtro esté obstruido. Es increíblemente fácil, ya que solo tienes que desenroscar el aireador y limpiarlo, eliminando así la obstrucción.

Cisternas que pierden agua. Este tipo de averías se suelen dar porque, en el interior de la cisterna, el tapón puede no haberse colocado donde debía. Comprueba si es así y colócalo en su sitio. Si el motivo parece ser otro, tendrás que sustituir el mecanismo, y para esto sí que es mejor contratar a un experto.

Cisternas que no cargan agua. Si la cisterna no carga agua, el motivo más común es que el flotador se ha quedado arriba. Solo tienes que abrir la tapa de la cisterna e intentar bajarlo con suavidad hasta su sitio. Sabrás que es así porque comenzará a cargar agua de nuevo.

Poca presión en la alcachofa de la ducha. Uno de los motivos más comunes por los que el agua de la ducha sale con poca presión es porque los orificios de la alcachofa están obstruidos por culpa de la cal y otros materiales. Lo mejor que puedes hacer en estos casos es limpiarlo con productos específicos, y hacerte con un descalcificador. Los mejores descalcificadores de agua de Limpieza10 te permiten purificar el agua antes de utilizarla, por lo que el agua que pase por los orificios de la alcachofa estará mucho más limpia y no tendrás que volver a preocuparte por obstrucciones.

Fugas de agua. Las fugas de agua son difíciles de percibir, pero si empiezas a ver zonas húmedas en las paredes o en el techo. Una vez la tienes localizada, lo primero que tienes que hacer es cerrar la llave y drenar el agua de los grifos para asegurarte de que los materiales que utilices para arreglar la avería funcionen correctamente. Las fugas de agua se dan por tuberías picadas que dejan salir el agua por donde no deben, así que lo que tienes que hacer es tapar el agujero. Puedes hacerlo con masilla reparadora, con vendas específicas para este uso o con parches. Todo increíblemente fácil de conseguir.