Pese a que puede sonar extremadamente extraño, en Suecia la empresa Biohax afirma que ya ha implantado chips en el cuerpo de más de 4.000 personas. Esta práctica es especialmente habitual en mascotas, especialmente los perros, en países de todo el mundo, con la finalidad de poder localizarlos con mayor facilidad si se pierden. No obstante, los chips que se implantan en humanos tienen muchas más utilidades, como las que explicaremos más adelante. Tanto es así que en Suecia las personas implantadas los utilizan para una gran variedad de prácticas: desde coger el tren como ir al gimnasio.
El progreso tecnológico actual hace que el transhumanismo cada vez parezca más cercano, empezando por estos microchips del tamaño de un grano de arroz que se implanta en la tercera capa de piel entre los dedos pulgar y el índice.
Qué son los chips RFID y los chips NFC
Hay una gran cantidad de chips RFID (radiofrecuencia e identificación) que utilizamos a diario, bien sean a través de paquetes que se envían por todo el mundo, credenciales para entradas en ciertas empresas y cerraduras de algunas tiendas. Son también conocidos como “etiquetas RFID”, tal y como nos recuerdan desde NextPoints.com, especialistas en lectores de tecnología RFID.
Algunas de estas etiquetas son sólo de lectura e incluyen un número único que queda añadido en el propio proceso de fabricación. Este número servirá como código de barras para un único elemento y esa será toda la información que aportará, la de su identificador o número de serie. Otras etiquetas RFID, sin embargo, también permiten la escritura, siendo elementos más completos, ya que en ellas es posible añadir el código único de las páginas de memoria en las que se pueden modificar y reescribir los datos.
Los chips NFC (near field communication, por sus siglas en inglés), por su parte, son una evolución de la tecnología RFID utilizada, en sus inicios, para ser implantados en las mascotas domésticas. Los NFC son el mismo componente que las tarjetas contactless o los teléfonos inteligentes, por ejemplo. Actualmente, son varios los modelos que pueden encontrarse en el mercado y la única diferencia entre ellos se basa en el tamaño, la capacidad de almacenamiento y la complejidad a la hora de ser implantados en el cuerpo humano.
Cómo se implantan los chips NFC
El hardware implantable, que es como se conoce también a este tipo de chips, tiene un valor de unos 200 euros a los que hay que sumar el valor de la implantación o cirugía. Ésta puede ser realizada en centros de tatuaje donde haya especialistas en piercings que conozcan los riesgos asociados de una mala esterilización de materiales y que garanticen las condiciones higiénicas óptimas para llevar a cabo la implantación del chip en condiciones salubres, como nos dicen desde este portal especializado.
El chip se implanta en la última de las tres capas de la piel, entre los dedos índice y pulgar, ya que esta es una de las zonas del cuerpo humano con menor índice de terminaciones nerviosas y donde, por tanto, casi no implica un alto grado de dolor.
Una vez la implantación se haya llevado a cabo con éxito, el chip permitirá la grabación, lectura y borrado de la información que contenga, para lo cual se necesitará un lector y una aplicación fácilmente descargable en tu teléfono móvil.
Qué permiten los chips implantados en el cuerpo
En otros países mucho más avanzados en este tipo de tecnología, como es el caso de Suecia, se pueden utilizar los chips que se implantan en el cuerpo humano para una gran variedad de usos, entre los cuales se llegan a alcanzar el acceso al transporte público, la entrada al lugar de trabajo si es que ésta dispone de credenciales o incluso para la apertura de la cerradura doméstica.
En otros países donde este tipo de tecnología todavía no ha llegado a instaurarse con tanta facilidad, los usos son más escuetos, destacando las órdenes directas a Google Home o el control de las redes sociales, además del pago en línea como si se tratase de una tarjeta de crédito.