Todos conocen la faceta de músico y violinista de Alfredo De la Fé, pero pocos saben de sus dotes como pintor y una muestra de esto es el violín que decidió pintar. “Plasmé en este instrumento la cultura Yoruba que fue llevada a Cuba por los esclavos africanos. Ahí se ven los Orishas y Obatalá que es el creador, la blancura. Aquí represento la creación del mundo”, asegura Alfredo mientras describe lo que plasmó en el instrumento musical, que rifará este sábado 31 de agosto en un evento en Galería Café y Libro de la calle 93.

Alfredo De La Fé con el autor de la nota. En la imagen se ven dos de los Long Play que ha publicado el violinista cubano.

 

Durante la entrevista, De La Fé habló de su amor por la música vallenata. Fotos: John Cerón

El vallenato y la pintura

Pero esta no es la primera vez que el músico realiza este tipo de pinturas, hace unos años fabricó otros violines para un Festival Vallenato. Durante esta charla que sostuvo con ‘Salsa, Letra, Clave y Bongó’ habló de este género musical originario de la Costa Caribe colombiana. “Quincy Jones dice una cosa que yo acogí. Hay dos tipos de música: la música buena y la música mala y cuando tú te sientas debajo de un palo de mango con todos los juglares vallenatos y empiezas  a escuchar las letras de esas canciones es maravilloso, ahí está la música buena. Hace un tiempo hice un disco con canciones vallenatas en las que cantó Poncho Zuleta, Iván Villazón, Silvio Brito, entre otros, fue un disco increíble”, aseguró el cantante cubano.

Recordó que en el año 1985 estaba en una rumba vallenata y había un señor tocando el acordeón. Después de unos minutos Alfredo sacó el violín y le dijo: “¿maestro tocamos una canción’?, me miró como un zapato viejo y me respondió naaa -en tono regañón-, al final terminamos tocando toda la noche. Se trataba del gran Colacho Mendoza”, destacó el violinista.

Las raíces cubanas y la salsa

Volviendo a sus raíces cubanas y la salsa, De La Fé, mencionó a quienes fueron sus mentores. “José Fajardo -‘la flauta más alta de Cuba’- me enseñó la raíz de mi música pero de una manera muy estricta ¡a flautazos!. Me decía ‘estas tocando mal, estás haciendo más notas de las que están escritas en el papel’, hasta que dije: me voy, no aguanto más –risas-. Pasaron un par de años y me llamó nuevamente  y me dijo ‘ahora sí te graduaste y ven a hacer un solo de violín  en mi disco. En la canción Confusión me dice ‘Alfredito, chiquitíco, el niño precoz”, destaca el músico.  Agrega que Fajardo es uno de los más importantes exponentes de la música cubana.

El Cantante

También recordó al pianista Eddie Palmieri, de él aseguró que aprendió a abrir los horizontes en sus sueños, sobre Tito Puente dijo que le enseñó a respetar al bailarín. «Me repetía que cuando estuviera tocando, mirara los pies de quien estaba bailando y si él lo hacía bien era porque yo también lo estaba haciendo bien. Y Celia Cruz que era mi madrina me enseñó la puntualidad, al igual que Tito Puente”, manifestó.  Y era casi imposible no hablar de su participación en la canción El Cantante que inmortalizó Héctor Lavoe, su gran amigo. «En ella toque los violines. Todo esto ha sido un regalo de Dios”, concluyó.