Don Alirio, el hombre picotero, el que enciende las redes sociales cuando publica algún álbum musical de su colección personal. Es amante de los sonidos africanos, y se ha batido en grandes escenarios musicales para demostrar su destreza detrás de los controles de un picó a la hora de programar melodía y poner a disfrutar al público que asiste a sus conciertos. Barranquillero, de cabello ensortijado, un hombre que baila y disfruta como nadie mientras pone su música, con ustedes, Don Alirio.
¿Cuántos años coleccionando discos de vinilo?
Van 36 años coleccionando, empecé a hacerlo desde 1984.
¿Por qué su amor por la música hecha en África?
El papel que ha jugado la música africana en el polivalente y siempre inspirado temario picotero ha sido de mucha importancia. En el contexto de los bailes verbeneros de Barranquilla, el continente negro fue recorrido de norte a sur y de este a oeste desde la perspectiva musical, por eso mi gusto, por eso mi amor y compromiso promoviendo su difusión. Además, el sonido africano es el pasado, el presente y el futuro.
¿Por qué es mejor ser picotero que dj?
Bueno, realmente no es mejor ser picotero que dj, simplemente no soy dj, soy picotero. Un picotero es alguien que está o ha estado controlando las tornamesas de un picó, es decir, de un sound system de la costa caribe colombiana. La diferencia con el dj no es técnica, es más anecdótica, de experiencias alrededor de los sonidos que hicieron parte de las programaciones musicales desde hace décadas. Un picotero debe tener el conocimiento absoluto de los temas que ha sonado en los bailes verbeneros, el momento en que llegaron esos temas, cuál fue el picó que lo sonó por primera vez, el piconema, quién le puso ese piconema, es decir, el alias o sobrenombre, todo. Si usted no sabe eso, usted no es picotero.
Ha sido invitado a varios eventos musicales, inclusive a la página de Radio Gladys Palmera, cuéntenos de esas experiencias.
Definitivamente gratificante. Tener la oportunidad de compartir a través de esos espacios un poquito de la banda sonora que ha amenizado tu vida desde siempre no tiene precio. Saber que, así sea tarde, se empiezan a ver todas estas manifestaciones de aprecio y valoración a toda esta música cargada de fertilidad motiva aún más mi trabajo.
¿Qué significa un picó?
Un picó es un poderoso artefacto sónico decorado con las más increíbles evocaciones esteticistas que el pulso humano haya podido lograr, una apabullante caja parlante de belleza inigualable y ajuste orquestal dinámico, cuyos experimentos estereofónicos llegan al alma de quienes les veneramos.
Nombre cinco canciones que no pueden faltar en una rumba caribeña.
Aki Special (Prince Nico Mbarga & Rocafill Jazz)
https://www.youtube.com/watch?v=YVztrOH-jiQ
Soffry Soffry Catch Monkey ‘La Negra Sofy’ (Ikenga Super Stars of Africa)
https://www.youtube.com/watch?v=HDwvFCj9TOo
Capital Tropical (Two Man Sound)
https://www.youtube.com/watch?v=FkexskCsDc0
Ela – Ela (Les Humphries Singers)
https://www.youtube.com/watch?v=xSmjMxp0dFc
La baila Rosa (Aníbal Velásquez)
https://www.youtube.com/watch?v=DmRVbWpndcY
Bonus track
Songo Sorongo (Rafael Cabeza y su Conjunto)
https://www.youtube.com/watch?v=kUCs6dXHx6Q
Baptisan (The Lord Rhaburn Combo)
https://www.youtube.com/watch?v=vxKtOlkKsK8
Shakara (Fela Ransome-Kuti And The Africa ’70)
https://www.youtube.com/watch?v=iMykHLag_70
Cacada (Chico Buarque)
https://www.youtube.com/watch?v=oNW8QK-L9LY
Cuéntenos un poco más de don Alirio…
Don Alirio es el alter ego de Carlos Mario Mojica, barranquillero residente en la ciudad de Medellín, picotero, curador, selector, coleccionista e investigador musical con énfasis en el estudio y la protección de los sonidos de América Latina y el continente negro. Su selección musical rinde homenaje al barrio, a los bailes populares y a los sistemas de sonido ausentes de pretensiones, donde se profesa devoción a un único elemento: la música. Definir la identidad de un barrio, de una ciudad, de un país o continente siempre es posible hacerlo a través de la música. De esa forma nace Don Alirio, como consecuencia de un diálogo excitante y dubitativo entre público y pentagrama, eliminando cualquier tipo de límite entre ritmos y géneros, contando historias que marquen el proceso de globalización de un universo de discos que llegaron a las costas colombianas desde la década del cincuenta.
@CeronBastidas