
La seguridad de los datos: ¿un talón de Aquiles para las empresas?
La implementación de nuevas y sofisticadas tecnologías continúan marcando el contexto global en el sector público y privado. Si bien han logrado optimizar diferentes procesos y generar mayor eficiencia organizacional, le han abierto ventanas a muchos ciberdelincuentes que cuentan con plataformas desprotegidas. A ello se le suma el fortalecimiento del trabajo híbrido que ha permitido que los accesos a la información de las organizaciones se produzcan fuera de la red de las empresas sin ningún tipo de protección.
Las alarmas están encendidas pues el 43 % de las compañías latinoamericanas encuestadas en el Data Threat Report de Thales de 2022, afirmaron haber experimentado una brecha de seguridad en los últimos doce meses, lo que ha resultado en graves consecuencias para el negocio, millonarias pérdidas económicas, riesgos para la productividad de la organización y filtración de información confidencial.
En el marco del Mes de la Ciberseguridad, es importante generar conciencia sobre los crecientes peligros que ha traído la digitalización y la importancia de proteger los datos e infraestructuras. Fortalecer la seguridad digital debe ser una prioridad cardinal enmarcada en la hoja de ruta de los empresarios y gobiernos; de hecho, son cuatro los pilares fundamentales que permitirán que cualquier organización se proteja y sepa cómo hacerle frente a las garras de los hackers: la prevención, la operación, la detección y la reacción.
Con el crecimiento de las advertencias de ciberseguridad por parte de los medios de comunicación y varios expertos, la prevención es el paso que más se está teniendo en cuenta a la hora de hablar de seguridad digital. Los empleados de TI han sido conscientes de la importancia de trabajar de la mano con empresas expertas en ciberseguridad y realizar test de penetración para conocer cuál es el ‘talón de Aquiles’ de la organización. Lo anterior permitirá construir una nueva arquitectura nativa de seguridad y la instalación de diferentes dispositivos para mitigar las potenciales debilidades de protección de la información.
Los múltiples dispositivos conectados que ahora están presentes en las organizaciones, y que tienen acceso a las centrales de información, también deben comenzar a ser monitoreados. Ya existen compañías dedicadas a la ciberseguridad y la tecnología que están enfocadas en el desarrollo de los pilares de la operación y la detección, encargándose de supervisar cada componente de la estructura de las empresas a través de centros de operaciones de seguridad. Esto permite alertar sobre cualquier amenaza y vulnerabilidad que se registre y que pueda poner en jaque cada uno de los datos sensibles.
Después de estas alertas, quedarse con los brazos cruzados no es una opción viable. Reaccionar y ponerle un freno a las brechas de seguridad de la información es el último punto crucial de la estrategia de ciberseguridad. La implementación de tecnologías que permitan que los datos solo fluyan en un solo sentido o de contar con equipos capaces de descontaminar cualquier red de inseguridad, serán decisivos para que la organización salga vencedora frente a un ataque o entre en un profundo dolor de cabeza por la recuperación de la información.
Ya no estamos hablando que solo se registra una pérdida de datos o documentos del día a día; los ciberataques están dando grandes golpes a los negocios que comprometen extensas sumas de dinero, crisis de reputación, pérdida de registros o frenos en las cadenas de producción. Son cada vez mayores las ofertas de ciberseguridad en el mercado. Es más, en México, ya existe la primer ciberacademia de las Américas para que los empleados y diferentes miembros de las organizaciones puedan aprender cómo hacerle frente a un ciberataque. Los riesgos siguen creciendo… y nunca es demasiado tarde para protegerse.
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