Los mares continúan consolidándose como grandes escenarios de poder. De hecho, en la región, Colombia se aventaja al contar con costas tanto en El Caribe como en el Pacífico, una posición estratégica para el impulso de la actividad comercial, el turismo o el desarrollo de rutas de navegación. Según un reporte de la Dirección General Marítima (Dimar), alrededor del 90 % del comercio nacional se mueve por las aguas y mares del país. Pero hablar de seguridad marítima hoy en día es enfrentarse a un crecimiento exponencial de desafíos para las tripulaciones y las unidades costeras.

Solo para 2021, Colombia recibió más de 107.000 embarcaciones en su territorio, como lo afirma la misma entidad; es más, el mercado naval colombiano ha ido ganando dinamismo y productividad y de enero a marzo de 2022 las zonas portuarias del país movilizaron en total 41,8 millones de toneladas de carga, según reportó el Ministerio de Transporte. Estos datos tienen un pronóstico exponencial de crecimiento para cierre de 2022 y ante esta afluencia, se presenta la oportunidad de modernizar y probar estructuras con nuevos sistemas de seguridad y defensa para las embarcaciones de la Armada Nacional.

La tecnología ha sido estratégica para permitir el desarrollo de soluciones más robustas, seguras y a la vanguardia de las demandas del sector naval. Para asegurar el éxito de las operaciones y la seguridad, es recomendable implementar soluciones desde diferentes rubros. Uno de los principales desafíos es lograr la protección de ese 44,85 % del territorio colombiano que está conformado por aguas marítimas, precisamente 589.560 km2 en El Caribe y 339.100 km2 en el Pacífico, según la Comisión Colombiana de Océano.

En primer lugar, podríamos hablar de equipar los medios de transporte que actúan en labor de defensa con herramientas de comunicación o radares capaces de identificar cualquier tipo de amenaza acuática o aérea. A ello se le suma la importancia de implementar soluciones de ciberseguridad pues esto puede ayudar a no tener percances o disturbios en las operaciones.

Pero para proteger los mares, también se considera robustecer los servicios de apoyo naval en la Armada para capacitar y mantener en constante actualización tanto a los sistemas de seguridad como a las tripulaciones. Por ejemplo, en Europa, es cada vez más común proveer sistemas de formación marítima y supervisión logística, como los sistemas de mando y control de armas, brindándole a las Armadas y astilleros las herramientas necesarias para prepararse ante los constantes desafíos que plantea el sector naval: capacidades y mantenimiento, o capacitación y actualizaciones de niveles de ciberseguridad.

Por último, no podemos dejar pasar por alto la importancia de fortalecer los sistemas de gestión y control para todas las operaciones, incluyendo el armamento.

Es más, se recomienda que para mejorar la efectividad de las misiones de defensa de la Armadas una renovación constante de herramientas tecnológicas, las cuales serán un soporte para salvaguardar las rutas de navegación, los marinos y tripulaciones, los empleados portuarios, la fauna, el comercio, el turismo, y como una gran prioridad, la seguridad de los países.

Con nueve zonas portuarias en el país, como lo son Cartagena, Barranquilla, Buenaventura, La Guajira, Santa Marta, Ciénaga, Golfo de Morrosquillo, Urabá, San Andrés y Tumaco, la importancia de hacer uso de la tecnología como un aliado es sinónimo de seguridad y eficiencia.