Con el paso de los años, el mundo de los negocios ha comenzado a resaltar la importancia que tienen los jóvenes para el desarrollo y la productividad empresarial. La razón es clara: sin junior no puede haber senior. Y los jóvenes siempre están aportando con sus capacidades y nuevas habilidades para las organizaciones gracias a su conexión con las tendencias actuales, el manejo de las herramientas tecnológicas, la flexibilidad, la disposición para el aprendizaje, la creación e innovación.
Sin embargo, el panorama de retención de talento joven aún se queda corto. En Colombia, por ejemplo, hubo cerca de 11 millones de jóvenes en edad para trabajar durante el 2022, en donde solo el 41,2 % contaba con una ocupación formal o informal, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane). Es más, el porcentaje de población inactivo alcanzó el 46,5 %.
En este contexto, han comenzado a ser más relevantes los programas de educación para capacitar a la población joven en habilidades, esto con el propósito de permitirles acceder a un empleo de calidad a futuro. En alianza con fundaciones y otras organizaciones, algunas empresas se han comprometido en desarrollar una base sólida para fortalecer las carreras profesionales y aumentar la empleabilidad a largo plazo en el país. Una de las mayores ventajas es que, al lograr tener plazas en trabajos remunerados, los jóvenes aprenden sobre trabajo en equipo, gestión del tiempo y otras habilidades transferibles valiosas.
Las dificultades para ingresar al mercado laboral debido a la falta de experiencia siguen siendo un dolor de cabeza para muchos jóvenes que buscan oportunidades de crecimiento en sus vidas profesionales; por esta razón, estos tipos de programas están brindando un impulso inicial para adquirir conocimientos prácticos que complementen su educación formal. De hecho, es especialmente relevante para carreras que requiere una combinación de teoría y experiencia práctica, como es el caso de la tecnología, una de las industrias con mayores oportunidades de crecimiento en la actualidad.
Una de las mayores ventajas es que las personas beneficiadas están teniendo la oportunidad de contar con mentores propios de las empresas quienes guiarán y acompañarán sus procesos, mientras hacen uso de las propias instalaciones de las compañías como lugar de desarrollo para el aprendizaje. Es más, los jóvenes que se ven inmersos en esta iniciativa pueden tener la oportunidad de terminar su curso e ingresar a la compañía como nuevos empleados, teniendo ya de por sí las bases para lograrlo.
Las dificultades para acceder a un empleo de calidad aumentan al ser parte de población de escasos recursos. Ya se la ha dado un enfoque a que estas iniciativas aporten a la inclusión social y la equidad, proporcionando igualdad de oportunidades para todos los beneficiados, independientemente de su origen socioeconómico. Es así como se le está apostando a la reducción de brechas entre diferentes grupos y se promueve el desarrollo una sociedad más justa y con una fuerza laboral enfocada hacia el talento.
El mercado laboral sigue creciendo y los jóvenes están siendo cruciales para el desarrollo empresarial. Su mentalidad fresca y perspectiva innovadora, como la capacidad para estar dispuestos a desafiar las normas establecidas y proponer nuevas ideas y soluciones, están construyendo empresas más creativas y productivas a la vanguardia de las actuales tendencias. Al invertir en los jóvenes, y permitirles contar con mejores herramientas y oportunidades para su desarrollo profesional, se está invirtiendo en el futuro de las comunidades y en la capacidad de generar nuevas estrategias para los negocios.