El último comercial de Nike, que debutó en los premios Oscar, ya tiene más de seis millones de visitas en YouTube. La narradora es Serena WIlliams, la campeona número uno del tenis en el mundo. El comercial muestra mujeres y niñas que han sobresalido en el deporte y que se atrevieron a hacer lo inimaginable, lo que no estaban supuestas a hacer.
Por atreverse, en su momento, fueron tildadas de locas e histéricas. El video dice: “Si demostramos emociones, nos llaman dramáticas. Si queremos jugar contra hombres, somos locas. Y si soñamos con igualdad de oportunidades, delirantes”. Y más adelante: “Si nos ponemos bravas, somos histéricas, irracionales o simplemente somos locas”.
A mí me han llamado tantas veces loca e histérica, que yo terminé por auto-denominarme loca e histérica. Además de hyper-sensible, brusca, irracional.
Si demostramos emociones, nos llaman dramáticas. Si queremos jugar contra hombres, somos locas. Y si soñamos con igualdad de oportunidades, delirantes”.
Después de puta (perra, zorra y demás sinónimos) que se refieren básicamente a la sexualidad femenina, “histérica” es el peor insulto que nos pueden hacer. Por estar en desacuerdo, por alzar la voz, por estar tristes, o simplemente por hablar, nos relegan al paredón de las locas con el calificativo de “histérica”.
Una vez somos parte del club de las histéricas, perdemos toda la credibilidad, no importa lo que hagamos. En un mundo donde la religión (dictador oficial de la moral) fue inventada y es administrada exclusivamente por hombres. Y donde las leyes y el sistema judicial han sido terreno exclusivo de hombres.
A propósito de leyes, en el Código Penal de Colombia, existía una ley, vigente hasta la década de los 70, que justificaba el asesinato de mujeres por parte de sus esposos o parejas, bajo el argumento conocido como “ira e intenso dolor”. Eso no era “histeria”, eso era justificado. ¿Por qué? Porque protegía a los hombres, ellos sí tenían todo el derecho de volverse locos y matar. Pero si una mujer se pone brava y lo dice, es una loca y una histérica.
Al final del video, Serena Williams nos anima a ser locas y a demostrar lo que “loca” puede hacer. Me uno a su llamado.
Seámos más locas, más atrevidas, más osadas, atrevámonos a hacer lo que “no se debe”. ¡Así vamos a cambiar el mundo!