Calero, es comunicador social y especialista en opinión pública y marketing político. Pero para muchos usuarios de las polémicas redes sociales estos títulos no bastan para nombrar al presentador en un cargo donde diplomáticos de carrera se preparan arduamente durante años para llegar a esos cargos. Sin embargo, en Colombia el caso de Calero no es el primero, ya que años atrás los gobiernos también han escogido como cónsul personalidades periodísticas y del entretenimiento.
Lo que no se puede negar, es que Calero tiene una preparación académica y quizás el dominio de una segunda lengua, requisitos necesarios para representar la vacante de Colombia en el exterior y el solo hecho de ser presentador o animador de programas en la pantalla chica no lo excluye de aspirar a ser cónsul. A lo mejor el carisma y el don de gente sea lo que tiene a favor y para la cancillería Carlos Calero representa esa ficha clave como lo aseguraron en las últimas horas en su comunicado.
Pero, sin el ánimo de poner en duda las capacidades del presentador y llegar a descalificarlo como ser humano (ni más faltaba), es necesario decir que este nombramiento supo a “mermelada”. Calero no solo ha sido presentador de concursos de belleza, noticieros, shows y diversos proyectos en la televisión, también ha sido un constante apoyo para la casa de Nariño como presentador de eventos importantes y sin duda un seguidor del gobierno Santos. En otras palabras, ha sido fiel y con un cargo como consejero presidencial para las comunicaciones quizás el tema no hubiera sido tan polémico.
Pero precisamente deja dudas el nombramiento, no solo porque se vio como un “yo te doy y tú me das”, sino porque también a los medios salió Margarita Manjarrez, embajadora de carrera diplomática a decir que para estos cargos de cónsul, Colombia merece un cuerpo diplomático profesional. Hoy día personajes que pretenden aspirar a ser cónsul duran hasta 13 años para ser tenidos en cuenta, tiempo que Calero no gastó y además porque se dijo que este nombramiento provisional, era así, porque no habían funcionarios de carrera disponibles y la embajadora aseguró en entrevista con la Revista Semana que sí los hay.
Sin duda un nombramiento muy cuestionado. Aun así, lo cierto es que hubo humo blanco y ya se tiene cónsul y Calero aunque ha permanecido en silencio frente a las críticas, que a propósito reflejaron que todavía estamos en un país donde ser parte de la farándula, el entretenimiento o el espectáculo es visto como “no estudiar algo serio” y aspirar a cargos tan importantes en la carrera administrativa y/o política es señalado, también permitió ver envidias a flor de piel, un mal que carcome cada vez que se ve a alguien prosperar en la vida laboral, familiar, personal, etc.
Este artículo pretende dejar entonces dos preocupaciones tras este nombramiento de cargo de Calero en el país del sagrado corazón. Por un lado, una situación cada vez más evidente en empresas y en este caso en el gobierno de muchas veces escoger a dedo a personas en cargos para premiar o pagar favores, a pesar que detrás existan personas con trayectoria o años de esfuerzos y por otro lado, la preocupante sensación entre las personas de morir más de envidia que de cáncer frente al triunfo de otros y que en redes sociales como Twitter donde muchos tiran la piedra con ofensas e insultos viene siendo el pan de cada día.
¿Qué dirán ahora de Mariana Pajón entonces por su compromiso amoroso?, amanecerá y veremos. A Carlos Calero éxitos en su gestión en San Francisco y a controlarse en gastos, porque es una ciudad con un ritmo de vida costoso, económicamente hablando. Aunque el sueldo del cargo no es que este tan mal.