El asbesto se trata de un mineral que tiene fibras largas y resistentes que se pueden separar y son suficientemente flexibles como para ser entrelazadas y también resisten altas temperaturas. Es un material que dadas estas características tiene gran uso en variedad de productos manufacturados, principalmente en materiales de construcción, como tejas para recubrimiento de tejados, baldosas y azulejos, productos de papel y productos de cemento, de fricción como embrague de automóviles, frenos, componentes de la transmisión, entre otros materias textiles termo-resistentes como envases, paquetería, revestimientos, equipos de protección individual, pinturas, entre otros.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 125 millones de personas están expuestas a esta fibra, y más de 110.000 mueren anualmente a causa de alguna enfermedad respiratoria producida por el asbesto. Nada más, en Estados Unidos, se calcula que cerca de 50.000 personas se enferman cada año por culpa del asbesto. En Colombia más de 320 personas mueren anualmente por el contacto con este material que causa enfermedades como: cáncer de pulmón, cáncer de ovario, cáncer de laringe, mesotelioma, asbestosis, placas, engrosamientos y derrames pleurales.

Casi dos décadas después, y a pesar de las alertas internacionales, en Colombia se sigue utilizando el asbesto. La Universidad de los Andes y la Fundación Neumológica Colombiana han inclusive analizado la exposición del asbesto en trabajadores de talleres de mecánica automotriz y han llegado a encontrar marcadores pulmonares, es decir cambios en sus organismos que reflejan un largo tiempo de exposición. Puede decirse que la magnitud del problema va entrando a ser considerado problema de salud pública. ¿Y dónde está entonces el gobierno? ¿Qué estarán haciendo las aseguradoras de riesgos laborales – ARL?

Pues con este tema, cero y van seis. En la arista política, el asbesto no es una novedad, ya que 6 veces se ha hundido la posibilidad de abrir el debate en el congreso de la república para apuntar a la prohibición del mineral. Hasta el 2015, por interés de la senadora Nadia Blel, se volvió a tocar el tema del asbesto en el Congreso, pero por 12 votos contra 4, el proyecto no pasó de su primer debate en la Comisión Séptima. Una especie de lobby de las empresas cuya actividad económica depende del mineral e inclusive de funcionarios públicos.

Frente al tema, el ministro de Salud, Alejandro Gaviria, afirmó que sí está a favor de la prohibición del asbesto en Colombia e indica que la prohibición debería ser gradual en un período de entre 4 y 5 años a fin de no afectar a las personas que de una u otra forma viven de este mineral. Pero no hay que dejar de lado que abogados del mismo ministerio aseguran que prohibirlo sería “inconstitucional”.  Pero también hay que recordar que el mismo ministro dijo que “los riesgos en la salud del tipo de asbesto que utiliza Colombia no son certeros, ya que no hay evidencia definitiva que pruebe que es malo para salud”.

Lo cierto, es que a esta historia, que ya ha cobrado y sigue cobrando vidas, como la de Ana Cecilia Niño, quien falleció a comienzos de este año por la exposición al mineral y a quien se le reconoce hoy en el país como símbolo de lucha frente a las implicaciones de estar expuesta por 17 años con el asbesto, le ha llegado una nueva oportunidad. La séptima oportunidad.

Hoy martes 21 de marzo la senadora del partido conservador Nadia Blel buscará por segunda ocasión abrir el debate en el congreso que apunte a la prohibición de la explotación, comercialización y distribución del asbesto y sus derivados. En esta oportunidad el proyecto de ley va a llevar precisamente el nombre de Ana Cecilia quien acompañó a la congresista en 2015 en su primer intento por asegurar su prohibición. Este proyecto propone: un período de transición de cinco años para la sustitución del mineral asbesto, un plan de adaptación laboral dirigido a trabajadores expuestos, sanciones que irían desde los 100 SMLMV por cada día de incumplimiento e inclusive el proyecto de ley también busca prohibir nuevas concesiones, licencias o permisos, prórrogas o renovaciones a las vigentes para la explotación y exploración del asbesto en el territorio nacional.

Desde aquí, mucha suerte a la senadora Nadia Blel en este séptimo intento y a los miembros de la Fundación Ana Cecilia Niño quienes han venido dando la lucha con el tema. Queda también desde este blog, acogerse a la afirmación dada por el periódico El Tiempo en su editorial del 16 de Junio del 2016 donde dice: “existe suficiente y rigurosa evidencia según la cual el asbesto induce al desarrollo de distintos tipos de cáncer”, luego la afirmación dada por el Ministro Alejandro Gaviria que “los riesgos en la salud del tipo de asbesto que utiliza Colombia no son certeros, ya que no hay evidencia definitiva que pruebe que es malo para salud” no tiene validez.