Durante mi experiencia profesional sucede mucho la remisión del paciente, tanto temprana como tardía, por diferentes factores que involucran desde el profesional de la salud, pediatra, hasta el entorno familiar, pero ¿por qué? ¿De qué depende?

Depende de múltiples razones, desde la opinión del profesional en salud, de la abuelita, la vecina, la profesora y hasta el mismo padre. En donde se dan argumentos como “déjalo que algún día hablará”, “mal de familia”, “la primita a esa edad hablaba perfecto”, entre otras muchas más razones que confunden el momento oportuno para consultar si nuestro hijo tiene un desarrollo del lenguaje acorde con su edad.

El lenguaje es interacción social, imitación y respuesta a una estimulación adecuada.

Entonces, ¿qué hacer? Papá, mamá: algunas de esas razones pueden ser valederas, no las desestimes, a veces las comparaciones pueden ser odiosas pero son una señal de alerta. Por ejemplo cuando antes de los cinco años solo tú entiendes lo que habla tu hijo, cuando un hermanito es el traductor, su vocabulario es reducido, se irrita porque no le entienden, hay predominio de las señas después de los dos años de edad, pasan los meses y no observas avances en su lenguaje, sus narraciones no son coherentes, sus respuestas a diferentes estímulos son inconstantes y sus procesos de aprendizaje difíciles, bueno entonces es hora de consultar.

Antes los niños entraban al colegio a los cinco años, e interactuaban con sus «vecinitos», los horarios de TV eran reducidos por tanto la interacción social era mucho más alta en cuanto a efectividad. Esto hacía que la mayoría de los menores llegaran a su ingreso escolar con una un lenguaje acorde a su edad. Hace dos o tres décadas para acá la mayoría de los niños ingresan a guarderías y preescolares desde el primer año de vida, tienen estimulación a nivel de televisión y otros aparatos electrónicos las 24 horas del día, reciben una gran  estimulación que muchas veces no tiene filtro y es repetitiva, convirtiéndose en una interacción pasiva, a pesar del mucho conocimiento que reciben no encuentran una retroalimentación adecuada en el medio familiar.

El lenguaje es interacción social, es imitación y es respuesta a una estimulación adecuada para así paso a paso irse desarrollando tanto en forma comprensiva y expresiva.

Por eso nunca será tarde para consultar antes de los cinco años de edad con un especialista en el lenguaje (Fonoaudióloga), para saber si su hijo, según la estimulación que haya recibido, presenta un desarrollo del lenguaje acorde con su edad y a las exigencias del medio en el que se desenvuelve.

 

Por: Adriana Mercado Jordan – Fonoaudióloga
Contacto: nana448@hotmail.com