Los procesos de comunicación en los adultos mayores cada día proponen retos, y más aún bajo las condiciones que ha propuesto la situación actual de emergencia sanitaria. Este blog ha permitido encontrar la reflexión desde la óptica de la Fonoaudiología, donde la Dra. Laura Marcela Uribe considera la necesidad de abordar esta realidad desde actividades de estimulación, más aun en países como Colombia, donde el panorama de la vejez va en aumento:
«Según el Ministerio de Salud en Colombia, el fonoaudiólogo es profesional competente en el planteamiento, ejecución, y evaluación de planes, programas y proyectos de acuerdo a las características poblaciones que favorezca la salud comunicativa; por tanto se permite dimensionar un abordaje de la salud comunicativa para los adultos mayores que contiene estrategias y actividades lingüísticas, comunicativas y cognitivas para esta población, usando la tecnología de la información y de la comunicación.
¿Cuáles serían las actividades más adecuadas para la estimulación del lenguaje, la comunicación y la cognición para los adultos mayores?
Hoy, Colombia cuenta con 48 millones de habitantes, donde aproximadamente el 10 % (es decir, 5,2 millones) son mayores de 60 años. Algunos autores han señalado que el proceso de envejecimiento demográfico en el país tiende a incrementarse de manera acelerada en los próximos treinta años, al punto de sugerir que para el 2050 cerca del 23 % de los colombianos serán mayores de 60 años, el equivalente a 14 millones de personas.
Siendo así, las perspectivas poblacionales de este grupo etario se direccionan a encontrar asociado al envejecimiento los aspectos de deterioro cognitivo, disfuncionalidad de las capacidades comunicativas, físicas, auditivas y visuales, entre otras, que tienen en su gran mayoría enfermedades comórbidas más comunes como la diabetes, hipertensión y la dislipidemia. De hecho, Bastidas-Bilbao reveló en 2014 un aumento en casos de depresión en adultos mayores, enfermedad cerebrovascular, diabetes, Alzheimer y parkinsonismo con sintomatología similar a la depresión debido al deterioro que provocan.
Este panorama para la familia y el Estado genera factores directos e indirectos asociados a los recursos de salud para identificar, detectar, tratar y realizar seguimiento de la enfermedad; en cuanto a las medidas en el ámbito de salud entre las más mencionadas se encuentra la hospitalización, los medicamentos para el tratamiento, las consultas para especialistas, los traslados, las medidas de cuidado no profesional o profesional dependiendo del caso y los gastos asociados por pérdida de la productividad debido a las limitaciones generadas por la nueva condición de vida del paciente, de acuerdo con el documento en consenso- Deterioro Cognitivo Leve en el adulto mayor en 2017.
Sumado a esto, en Colombia se identifica otro factor predisponente y amenazante en la población, que conlleva a la incapacidad de emitir respuesta ante un factor social como es la falta de poder adquisitivo, la soledad, el aislamiento, la falta de participación en contextos externos y problemas familiares; otros aspectos psicológicos como la depresión, el deterioro cognitivo, la muerte de seres queridos o la viudez; y los factores físicos como la pérdida de independencia, la dificultad para movilizarse y para la realización de actividades diarias, algo que vulnera más aún ante la sociedad el hecho de ser adulto mayor.
Autores como Lastre Meza, K. han expresado sobre este tema que son pocas las estrategias que existen en Colombia y el exterior frente a programas de estimulación comunicativa en adultos mayores con envejecimiento normal, a quienes se le suma las afectaciones del covid-19.
De hecho, el Ministerio de Salud en Colombia, comenta en su boletín de prensa No. 120 de 2020 sobre el cuidado de los adultos mayores durante la contingencia, donde resalta que esta población es la de mayor riesgo para crear cuadros depresivos y por ende la necesidad de cuidados, trato digno, afectuoso y adecuado, lleno de asertividad y comprensión por parte de familiares, cuidadores, personal auxiliar y profesional. Además, recomienda hacer actividades en el aislamiento social preventivo, como mantener la conexión por teléfono, videollamadas, correo electrónico o redes sociales, propiciar espacios para compartir a través de juegos de ocio, historias, mantener acciones para ejercitar la orientación, la memoria, la destreza mental, la lectura, la comunicación, la socialización y la participación con la acción de toma de decisiones y resolución de problemas; entre otros.
Sin embargo, la duda sigue rondando y pocas son las respuestas y propuestas: ¿cuáles serían las actividades más adecuadas para la estimulación del lenguaje, la comunicación y la cognición para los adultos mayores?
El llamado es claro, la salud comunicativa y el bienestar es un estado de óptima capacidad que podría alcanzar quien quiera en cualquier etapa del ciclo de la vida, dada una habilidad natural básica. Se ha propuesto que para hacer posible el fomento del bienestar en cualquier dominio es necesario entender el proceso evolutivo de la habilidad o estado que se quiere promover y los factores que nutren su maduración. Por tanto, si se desea fomentar el bienestar comunicativo es indispensable comprender los procesos por medio de los cuales se enriquecen las competencias comunicativas, como señala Donahue-Kilburg, que en últimas permiten frenar los índices de envejecimiento precoz en la población adulta mayor de Colombia».
Por: Laura Marcela Uribe Calderón
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