Las redes sociales llegaron para cambiar las formas de comunicarnos desde hace 32 años con la internet y la World Wide Web (más conocida como www). Para 1997 conocimos Six Degrees e Instant Messenger, en 2003 LinkedIn y MySpace, un año después Facebook. En 2005 Youtube. Twitter lo hizo con sus hashtags y los 140 caracteres en 2006. En enero de 2009 conocimos WhastsApp, para 2010 Instagram. En 2011 Twitch y en 2016 el mercado chino lanza la red social más adictiva: TikTok. No creo equivocarme cuando digo que llegaron para quedarse y que su historia se seguirá escribiendo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce que muchas personas se informan a través de ellas, dice que: «es muy posible que estas plataformas sean fuentes de información todavía más importantes para las futuras generaciones de padres». Por ello, durante la pandemia del Covid-19 acogió con satisfacción la iniciativa de Pinterest (una red social con imágenes categorizadas) de proteger la salud pública facilitando a sus usuarios únicamente información científicamente comprobada sobre las vacunas.
Pero, ¿Cómo están interpretando los profesionales de la salud este fenómeno de redes sociales en la práctica? una revisión sistemática sobre el uso de Sitios de Redes Sociales para la Comunicación entre Profesionales de la Salud en 2018 encontró en 33 estudios que los profesionales pueden mantenerse al tanto de las noticias y la información relacionada con sus intereses siguiendo o suscribiéndose a las actualizaciones en redes.
Por ejemplo, la información clínica más reciente y los datos de vigilancia en tiempo real sobre un brote infeccioso podrían publicarse antes que los artículos publicados revisados por pares. Se identificó a Facebook y Twitter como promotoras del desarrollo profesional.
Sin embargo, existen limitaciones de los sitios de redes sociales para la comunicación profesional. El no uso se justificó debido a la falta de conocimiento sobre cómo hacerlo, también señalaron la falta de familiaridad con aspectos técnicos, dudas sobre el uso de las redes que incluyeron preocupaciones sobre la protección de datos, la privacidad del paciente y la responsabilidad.
La innovación digital en el sector salud es aún lento. Gran parte de la respuesta, se encuentra en el compromiso de los profesionales.
Algunos profesionales de la salud estaban preocupados por el estigma de la falta de profesionalismo y el impacto negativo en su reputación por el uso de redes sociales. A los profesores académicos les preocupaba que ser «amigos» en Facebook o «seguidos» en Twitter desdibujara los límites de la relación instructor-alumno.
Ahora, quisiera detenerme en la capacitación formal a los profesionales de la salud para el uso seguro de las redes sociales, es decir las competencias digitales en los profesionales sanitarios. Pues, el fenómeno de redes es evidente que está en aumento, hace 32 años vemos que esto ocurre. Hoy existe una preocupación por una mejor comprensión de cómo lograr un uso seguro y apropiado de estas plataformas.
Esto, porque existe un estudio de corte descriptivo-transversal publicado en la revista de Atención primaria de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria en 2013 donde se concluyó que de un total de 323 cuestionarios a pacientes entre 14 y 75 años el uso de internet para buscar información sobre salud es muy común en el 61%, porque:
- Las consultas en Internet lograron resolver dudas sobre salud en el 92,4% de los usuarios
- El 53,5% informó que Internet cambió su forma de pensar sobre su salud en al menos una instancia
- El 30% hizo cambios de comportamiento (de los cuales el 60,1% discutió estos cambios con su médico)
- El 44,3% tuvo más preguntas en el consultorio del médico
Así las cosas, la internet y por su puesto el uso de redes sociales puede utilizarse como una herramienta en la práctica médica. Se trata de un reto en general para los profesionales sanitarios que no debemos estar lejanos a esta transformación, ya que la salud digital supone una oportunidad para la mejora continua en áreas transversales e importantes como la gestión de la información, la comunicación, la investigación, la innovación, la docencia y la publicación científica.
Desde el año 2005 la Organización Mundial de la Salud recomendó la incorporación de diferentes estrategias e infraestructuras de la salud digital. La estrategia mundial promueve el uso adecuado de las tecnologías digitales como bienes públicos digitales que se pueden adaptar a diferentes países y contextos para solucionar los problemas de un sistema sanitario en pro de la equidad en el acceso a los recursos digitales para que no se deje a nadie atrás.
Entonces:
- El internet y las redes en general son una realidad social que no se puede desconocer. Forma parte de la realidad tecnológica también en constante evolución que los profesionales en salud no podemos esquivar. La capacitación en temas digitales es una responsabilidad.
- La literatura revisada en este espacio da cuenta de una brecha digital por temor o falta de conocimiento. Es evidente que la innovación digital en el sector salud es aún lento. Gran parte de la respuesta, se encuentra en el compromiso de sus profesionales para lograr la competencia en medio de esta oportunidad para la gestión de la ciencia y la comunicación.
Por: Alexánder Tique Aguilar
En Twitter: @AlexanderTiqueA