Además de llenar estanterías completas de la sección de autoayuda en las librerías, la felicidad ha sido un enigma para los investigadores, sobre todo para los economistas sociales, porque es un intangible del que nos valemos para tomar muchas decisiones en el día a día. 

Ahora bien, ¿será que nos estamos haciendo la pregunta correcta? Escribió Richard Thaler (premio Nobel de Economía, especializado en la economía del comportamiento) en Todo lo que aprendí de la psicología económica, en donde además planteó que “los humanos tenemos un tiempo y una capacidad cerebral limitada, y por ello nos servimos de sencillas reglas generales para facilitar la toma de decisiones”. 

Entonces, las respuestas que desembocan de la pregunta ¿eres feliz?, serán medianamente objetivas o son solo respuestas fáciles que nos construimos en la cabeza para determinadas situaciones.  

Hay un gráfico muy interesante que plantea esta idea. La encuesta de World Value Survey pregunta directamente sobre la “felicidad”, es usted más o menos feliz, ya está. Mientras Gallup pregunta por la sensación de satisfacción con la vida que se lleva. 

Vemos dispersiones interesantes entre las dos. (Vale, hay que decir que una es de 2014 y otra de 2018). Pero La relación entre felicidad y satisfacción con la vida parece no ser la misma siempre. Lo que es, por demás, curioso. 

Y esto que juran muchos libros de autoayuda y los refranes populares sobre que el “dinero no hace la felicidad”, pues parece que no es así del todo. 

Tomemos como ejemplo los países europeos. Veamos la distorsión dentro de la UE. 

Pues sí, tal parece que los que tienen más dinero y los que han mantenido históricamente sendas de crecimiento más estables, son más “felices”. 

Ahora, también tiene mucha lógica si vemos que estos países son aquellos que tienen los mejores servicios públicos integrales. Aquí lo podemos ver en progresión. 

Y si volvemos al punto inicial, ¿eres feliz?, qué determinaría la respuesta entonces, ¿la cantidad de dinero, beneficios que tengo dentro del sistema o mi simple percepción de la felicidad? 

En este punto solo me aventuro a citar al mismo Thaler y a Richard Sennett (sociólogo estadounidense) para contraponer dos opciones. En La Corrosión del Carácter, Sennett escribía que “el capitalismo es, con frecuencia, un régimen de poder ilegible”, lo que puede hacer que nuestro sesgo sobre lo felices que somos esté determinado por factores que no precisamente nos hagan tener una vida más satisfactoria en el largo plazo.

Pero vale también leer en Thaler que la gente corriente no “solemos jugar al ajedrez como un maestro, invertir como Warren Buffet o cocinar como un chef mundialmente reconocido”. Así que es inherente que tengamos estas percepciones. Lo que no nos quita la responsabilidad sobre lo que podemos hacer en colectivo para mejorarla.  

Un apéndice

Solo para terminar y que tengamos una visión panorámica del otro extremo de la encuesta, el que va de la satisfacción con la vida que llevamos. Mucho ojo con lo que pasa en América Latina y en Asia, a ver si los latinoamericanos dejamos de lado el sesgo de “festivos y alegres” y asumimos con sensatez que perdemos calidad de vida en medio de la inestabilidad.

Esta es la “foto” de la satisfacción de la vida en 2005 

Y esta es la “foto” de 2018 

El análisis completo de la situación está hecho por Esteban Ortiz-Ospina y Max Roser en este apartado sobre la felicidad y la satisfacción, que vale muchísimo la pena revisar https://ourworldindata.org/happiness-and-life-satisfaction#