Desde el análisis de grandes cantidades de datos hasta la automatización de tareas, los diferentes usos de inteligencia artificial están cambiando la forma en la que experimentamos el mundo.
La tala ilegal de árboles, la caza de animales en vía de extinción, la pesca ilegal y la minería ilícita son delitos que vienen afectando gran parte del Magdalena Medio, por lo que Huawei, el Instituto Humboldt, las ONG Rainforest Connection y la Fundación Diversa, decidieron unirse desde el 2020 por un bien común, desarrollar una solución Guardianes de la selva.
Sigilosamente, expertos instalan en la parte más alta de los árboles innovadores Guardianes protectores, dispositivos de grabación acústica en forma de planta que tienen la capacidad de captar los sonidos de la jungla. Desde el rugir de uno de los animales pertenecientes a las más de 150 especies de mamíferos, hasta el bello cantar de 630 especies de aves que habitan o transitan por el territorio.
Debido al modelo de inteligencia artificial que usa el sistema de “Guardianes” y la conectividad proveída por las antenas que enlazan al ecosistema con la población civil, esta innovación, que funciona a través de energía solar, logra escuchar y diferenciar los sonidos naturales de los amenazantes como motosierras, retroexcavadoras, disparos o cualquier otro sonido que pueda hacer daño al ecosistema.
Según Blanca Zhou, secretaria general de Huawei, si el equipo identifica un sonido amenazante, el sistema, de manera inmediata, emite una señal de alerta y la manda a una plataforma que informa en tiempo real a los dispositivos móviles conectados al sistema, lo que permite contar con información de manera inmediata y así generar acciones de acuerdo con la alerta que se reciba.
Estos sonidos están siendo utilizados por científicos de instituciones como el Instituto Humboldt para entender a la naturaleza en pro de favorecer a la comunidad. El sistema lograría cuidar alrededor de 40 especies de árboles, 120 de reptiles, 50 de anfibios y 120 de peces, además de los ríos que alimentan esos bosques que crean 69 humedales, donde se refugia, alimenta y reproduce una avifauna diversa.
Además, para Fernando Arbeláez, director de la Fundación Biodiversa y aliado del proyecto, “el beneficio de estas tecnologías es que permiten abarcar un área mucho mayor con un menor esfuerzo, haciendo más eficiente los procesos”.
Recientemente, escuche a Brittan Heller, profesora de Stanford University comentar que la revolución AI no va a parar y también fue clara al afirmar que esta no va a reemplazar profesiones o funciones que desempeñan los seres humanos, sino que es una oportunidad para aprender de la tecnología y ponerla al servicio de la sociedad.
Proyectos como Guardianes de la Selva avizoran buenas noticias para la humanidad, la adaptación tecnológica a contextos locales permite que las comunidades conozcan más acerca de su territorio y el mundo, aquí es clave que las empresas expertas y el gobierno promuevan este tipo de prácticas, ya que logran generar más confianza en los usos eficientes, éticos y seguros de la AI.
“Queremos seguir impactando de una manera positiva las comunidades en Colombia, al usar la inteligencia artificial, la energía solar y la conectividad, podemos ayudar a mitigar los riesgos de la deforestación y proteger la flora y fauna de uno de los países más biodiversos del mundo», concluyó Zhou.
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