Desde pequeño he sido un tipo tímido con todo lo que eso ha implicado: pocas novias (buenas), pocos polvos (buenos), pocos amigos (buenos). Para completar nunca aprendí a bailar, lo que se tradujo en dos pasiones que aún me acompañan en mi soledad: el fútbol y los libros. El primero me dejó dos esguinces de tobillo y muchos goles y los segundos una alegría incontrolable de decir.

Es por eso que hace rato decidí jugar con las palabras, decir sin frases hechas, soñar sin tener alas, sin más expectativas que encontrar gente que me quiera únicamente por lo que soy y por lo que escribo. Dice Eduardo Galeano que para qué escribe uno si no es para juntar sus pedazos Y me ha funcionado: En mis redes sociales son poquitos los que están, pero están, porque creen que tenemos algo de qué hablar. En mis blogs no son muchos los que leen pero siempre hay una palabra de cariño. Y mis libros, no los vendo. Los regalo porque me da la gana, porque me mama lidiar con editores, porque son míos y porque es una forma extraña de alcanzar mi felicidad y sobre todo, de estar vivo. Hoy quiero dejarles algo de lo que escribo a diario:

 

 

 

Finalmente, quiero invitarlos a descargar gratuitamente mi más reciente libro: “Toda margarita es bipolar”. 

@malievan

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