Estimado alcalde:

 

En gracia de discusión vamos a admitir que usted no es Dios, del que incluso dicen que se demoró siete días en crear el universo y sin abrir licitación. Incluso admitamos que usted no es infalible como lo han demostrado las losas de Transmilenio o sus fallidos intentos de repetir alcaldía (hasta ahora) o de alcanzar la presidencia. Digamos también, en favor suyo, que encontró una ciudad postrada, sin ilusión, llena de líos, llena de huecos, llena de ineficiencia. Todo eso es cierto. Pero también es cierto que ya han pasado cien días con sus noches y los bogotanos estamos igual como al principio cuando todo era oscuridad.

Al final de su mandato, con seguridad la ciudad florecerá. Eso creemos. Eso esperamos. Pero, ¿mientras tanto, qué hacemos?. No nos pida más paciencia porque esa nos las gastamos hace rato o, ¿es que usted cree que aguantarse a los Moreno es poca cosa? ¿O a Lucho, o a Petro o a usted mismo?. En verdad ya no nos queda más paciencia. Tal vez sólo el marasmo y la desesperanza que hacen que acá no pase nada.

Estamos convencidos que usted y sus funcionarios trabajan día y noche en encontrar la solución pero es que al final de este oscuro túnel no se ve ninguna luz. Por lo menos prenda una velita, un fósforo, para tener una esperanza. Un pañito de agua tibia que le dé paz a esta agonía.

Es obvio que el problema de Transmilenio no se va a arreglar en dos semanas o que las troncales que no se hicieron, van a aparecer de la nada como hacen los vendedores ambulantes cuando surgen los trancones. Obvio que no. Pero denos algo. Una rayita, pinte los buses de fucsia, un cambio de programación en la emisora del sistema. ¡¡¡Algo!!! O en el Sitp, por lo menos quite por decreto la gaminería y el estilo busetero de los conductores para empezar a creer que algo ha cambiado del desplome multicolor que usted heredó, a hoy cuando usted es el que manda. Y lo mismo con el caos de las basuras o con la movilidad que no se mueve, o la inseguridad que es pan de cada día, o con la cultura, o con los vendedores ambulantes. De la Reserva Van Der Hammen, mejor ni hablemos, porque con tanto secretario de despacho con finquita por ahí, lo mejor es dejar el tema quieto. Entienda que no es por lo ilegal sino por lo feo que se ve. En cien días de gobierno solamente hemos visto un paro de taxistas, un desalojo de vendedores ambulantes, un paseo suyo en Transmilenio, un render (¡uno más!) de las estaciones del Metro, tres o cuatro fotos con el Presidente y mucho espejo retrovisor. Y eso está bien, pero ahora hay que mirar hacia adelante, porque ya no damos más.

Alcalde, muchos votamos por usted, pero ya es hora de empezar a devolvernos la esperanza, aun admitiendo que no es Dios.

 

@malievan

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