La discusión bizantina de la semana corrió por cuenta de la presencia del youtuber chileno German Garmendia en la Feria Internacional del Libro en Bogotá. Yo en verdad ni siquiera sé qué es un youtuber, pero por pura deducción entiendo que es un tipo que se para al frente de una cámara a echar un cuento, le mete un poquito de producción y lo sube a un canal de YouTube. Nunca lo he visto, creo que no me interesa, pero un tipo al que lo siguen más de 27 millones de personas en el mundo, algo debe tener. Eso ni James cuando jugaba más de diez minutos o Uribe en plena efervescencia.

Igual puede decirse de Paulo Coelho, que es algo así como el Ricardo Arjona de la literatura, del que todos se burlan, todos deshonran, todos menosprecian, todos desdeñan, todos minimizan, pero vende libros como un loco. 140 millones de ejemplares vendidos, es una cifra absolutamente respetable.

Cuando surgió en el mundo el fenómeno de Harry Potter, los intelectualoides del planeta se escandalizaron por la pobreza literaria de los libros de J.K. Rowling. Yo no sé si eran buenos o no tanto. Lo único que tengo claro es que mis hijas los amaron y por esa vía aprendieron a amar los libros, algo que con seguridad no hubiera logrado si les compro El Quijote o Ulises.

En Colombia no leemos, eso está claro. Un viejo sabio, Francisco Gil Tovar lo dijo hace más de treinta años: “Estamos mejor informados que formados”. Según cifras de la Cámara Colombiana del Libro, los colombianos leemos en promedio 1.9 libros por año. La meta del Gobierno es que lleguemos a 10 por persona, pero eso sí, si nos preguntan por lo último de Netflix o la modelo que muestra las tetas en la edición de Soho de este mes, nos las sabemos todas.

Y no es que antes leyéramos más, porque los promedios de lectura no han sido nunca los mejores y si hoy nos distraemos con la Champions, nuestros padres preferían escuchar “ El Derecho de nacer”  antes que leer a Julio Flórez.

No leemos por pereza, pero también porque los costos de los libros colombianos son casi inalcanzables. Un evento como la Feria del Libro, que debería estar lleno de rebajas y promociones 3 x 1, es un certamen para las editoriales, pero no para lectores. Es más fácil conseguir algo barato en Price Smart. Para acabar de completar, la famosa Comisión de Expertos tributarios, recomendó gravar la industria del libro con el IVA del 5 por ciento, costo, que obviamente pagaremos los usuarios.

Leer a la larga es un ejercicio individual, una especie de yagé particular, que cada uno se goza a su manera. Si es Coelho o si es Garmendia, si es Saramago o García Márquez, Corín Tellado, Stephen King o Foucalt, es lo de menos, porque cada cual exprime sus naranjas como puede y lo mejor es que cada uno coma en su platico porque al fin y al cabo, cualquier libro es autoayuda.

 

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