¿Qué duda cabe que una gran parte de los colombianos adoran a Uribe? Lo siguen, lo exaltan, lo celebran, lo veneran, lo reverencian, lo acatan y muchos lo obedecen. ¿Y qué duda cabe que otro gran número lo odia? Lo maldicen, lo critican, lo aborrecen y lo abominan. Para bien o para mal, eso es lo que produce el líder del Centro Democrático. Sin embargo, de lo que se trata acá, es de entender lo que pasa con el Canal RCN.
Desde hace mucho tiempo, los números del rating no le favorecen y su enfrentado lo vuelve ropa de trabajo en todos los horarios. No importa lo que haga, no importa lo que diga, no importa la gente que contrate, no importa la plata que le invierta, no importa los productos que se invente, la audiencia no responde y por eso van de fracaso en fracaso. Los analistas dicen que lo que pasa es que los colombianos le cobramos al Canal RCN, sus posturas ideológicas, su discurso uribista frente a la paz y las críticas constantes al gobierno. Sin embargo, en esa teoría hay algo que no cuadra: ¿Si la mitad de los colombianos ama a Uribe y no están de acuerdo con el proceso con las Farc, no sería lógico que esa mitad, amara a Noticias RCN y su manejo tendencioso de la información? Eso pasa en Estados Unidos, donde CNN no descalza a FOX News que todos los días alaba y amplifica las posturas de derecha de Trump y sus muchachos. Una de dos: o los uribistas no ven televisión o el problema está en otro lado, porque nadie podría decir que lo que nos ofrece Caracol, es de una calidad superlativa y menos lo de Citytv que anda de tumbo en tumbo o esa colcha de retazos que es el Canal 1, o Win que es la radio transmitida por televisión, para no hablar de la televisión regional secuestrada por los gobernadores de turno.
El Canal RCN no levanta porque sufre de una especie de bipolaridad en su discurso .
Tal vez, lo que le pasa al Canal RCN, es que es un uribista vergonzante, que asumió una postura en sus noticias de la cual ya le es imposible desmontarse, pero en sus otros programas intenta congraciarse con la masa y por eso hace novelas sobre Garzón, o intenta programas buena onda donde lo que importa es la gente. En esa medida, quedó en el peor de los mundos, porque los partidarios de Uribe no entienden sus posturas cuasi libertarias y los del otro extremo no le perdonan su oposición al proceso de paz. RCN es algo así como el Iván Duque de la comunicación masiva.
En esa medida, se desconectó de manera grave de un país que dice estar polarizado entre los de derecha y los de izquierda, como si eso en verdad nos importara. Todo hay que decirlo: los colombianos promedio no sabemos lo que es ser de un lado o ser del otro. Muchos godos defienden el aborto y simpatizan con las causas gay, mientras muchos que se dicen liberales son retrógrados extremos. A muchos de nuestros líderes de izquierda les gusta la opulencia y los zapatos Ferragamo, la buena vida. Sibaritas de discurso con olor a pachulí. Por eso nuestras elecciones no se definen por los programas, sino por el talante de los candidatos, que en el caso que se viene, es para sentarnos a llorar.
Los mayoría de colombianos no sabemos bien qué es ser de derecha o ser de izquierda.
En realidad a nosotros lo que nos gusta es el bullicio y el jolgorio y nos mama hablar de ideología. Sin embargo, como somos pantalleros y presuntuosos nos damos en la jeta por Petro o por Uribe, que tampoco son consecuentes con lo que dicen. ¿O habrá un discurso más castrochavista que el del señor expresidente? ( No olvidar que Castro y Chávez, cambiaron sus constituciones para perpetuarse y se apoyaron en el uso de la fuerza para acallar las voces opositoras). ¿ O los lujos, el machismo y el tráfico de drogas que hacían las Farc hacen parte de un discurso de izquierda? ¿O habrá un discurso más intolerante que el de Petro que no soporta a quien le lleve la contraria?¿O habrá un discurso de Fajardo, Duque, Ramírez, donde propongan algo diferente?¿O será que la unión de caciques cuestionados que rodean a Vargas Lleras, tiene alguna ideología?.
Durante el tiempo en que RCN, se dedicó a hacer lo mismo que hacen Caracol, El Tiempo, Semana, la W, Claro, El Espectador y en general todos los medios, es decir defender el capital de sus dueños, no tuvo problema y de vez en cuando sus programas fueron los más vistos. Sin embargo, se creyeron el cuento que la Gurisatti era la Rupert Murdoch colombiana y que lo que había que hacer era alinearse con Uribe en las noticias y dárselas de librepensadores en el resto de programas y se quedaron sin el pan y sin el queso. Los otros han sido prácticos y por eso llenan la pantalla de fútbol, tetas y bobadas, que es en últimas lo que a los colombianos nos encanta.
Mientras el país no cambie o por lo menos, mientras que a los uribistas no les empiece a gustar ver televisión, el canal RCN estará condenado al bajo rating y seguirán dependiendo de lo que hagan El Chavo del Ocho o la Rosa de Guadalupe.