En realidad cada día estamos más locos. Hoy más que nunca estamos viviendo un periodo de demencia, de enajenación, de dislate, de furia y de arrebato. Y lo peor de todo es que nos estamos matando por monedas, porque aparte de tocados, somos lambones e insensatos.
¿O de qué otra manera se puede llamar lo que pasó con Matador? Que un tinterillo como este se tome el trabajo de amenazarlo veladamente añorando a Castaño (aunque después se haya inventado una disculpa chimba de que era un recuerdo de su profesor del colegio), muestra a las claras la bobería que se mueve entre aquellos discípulos del Centro Democrático que ven como su líder hace del insulto y el agravio una forma de entender el mundo y por eso hacen lo imposible por congraciarse con el señor expresidente. Y aunque en este caso en particular, el mismo Uribe lo descalificó, no deja de ser un tanto paradójico viniendo de quien convierte una disculpa o una rectificación en una humillación mayor. Pero claro, esto no es exclusividad de la derecha, porque en el centro y en la izquierda se consiguen insultadores de ocasión. O que lo diga Claudia López que le dijo hampón a Vargas Lleras.
Nos falta un tornillo, pero también la tuerca y la herramienta para arreglarlo.
Pero claro, no es sólo en la política. Qué decir de los hinchas del América que en un audio preparaban todo para “apretar” a los jugadores: «Armamos el quilombo ahí dentro del estadio. No nos calentamos afuera en la calle, ni que nos vayan a dar bala, ni que nos vaya a coger la Ley. Allá dentro del estadio es todo. Esperemos que salgan a calentar. Pero eso sí, papi, nos tenemos que meter una banda bien poderosa». Y qué decir de otro tinterillo, un tal Hernando Zabaleta que se cree con derecho a parquear donde le da la gana y luego insultar a una patrullera de la Policía que cumple con su trabajo de imponerle un comparendo. O del homenaje que preparaban en Medellín por el natalicio de Hitler.
Para no ir tan lejos, yo mismo tuve mi “semana de pasión” por cuenta de mi blog en el que sugería que una fórmula para lograr una tercería en la carrera por la Presidencia, era la renuncia de Petro. Hijueputa fue lo menos que me dijeron algunos mequetrefes que se sienten con derecho a hablar de mi mamá sin conocerla. Una venerable anciana cuya única preocupación actual es saber cuándo devolverán a Elif, que la volvieron a secuestrar. Lo chistoso del caso es que ni siquiera se tomaron el trabajo de leer, porque los insultos me los gané por algo que no dije. Pero como dicen las abuelas, tú te metiste, tú te sales…
Aparte de locos y dislates, estamos llenos de lambones e insensatos
Lo triste del caso es que esta situación de locura y desvarío parece no tener vuelta atrás porque acá nos damos en la jeta por una camiseta, nos agraviamos por políticos que nos azuzan en público pero se ríen de nosotros en privado, nos ultrajamos por una silla roja en Transmilenio, nos mancillamos el honor por una promoción de Justo y Bueno, nos cosemos a patadas en un partido entre amigos rodillones, nos miramos feo en los bancos y en los cajeros automáticos, nos amenazamos y nos vamos a la manos porque alguien cree en un Dios diferente al de nosotros.
Estamos locos, Lukas, como dirían los personajes del genial Roberto Gómez Bolaños. Definitivamente, hay mucho loco para tan pocas cuerdas…
PD. Tanto loco que anda suelto tomado de la canción Santa Lucía del argentino Roque Narvaja, inmortalizada por Miguel Ríos